Cómo es la impresionante Ruta Patagonia Azul: una región protegida que busca fomentar el turismo responsable
Aves marinas, acantilados rojizos, aguas turquesas, colonias de pingüinos y playas desiertas que parecen irreales. Sobre la costa centro de Chubut se extiende Patagonia Azul, un proyecto que busca proteger uno de los corredores marinos y costeros más valiosos del país, mientras impulsa un modelo de turismo de naturaleza responsable y de bajo impacto.
Patagonia Azul es un proyecto de conservación impulsado por Rewilding Argentina, junto con municipios locales, organismos provinciales y la comunidad costera. Nació con el objetivo de proteger 400 kilómetros de costa chubutense, trabajar en la restauración de los ecosistemas marinos, e impulsar una nueva economía local a través del turismo marino y la producción regenerativa.
La región bautizada con este nombre abarca la costa desde Rawson hasta Comodoro Rivadavia, atravesando cuatro portales de acceso público, dos Pueblos Auténticos, dos Parajes Históricos y cuatro áreas naturales protegidas en la región costera de la provincia de Chubut. Todo está conectado por la Ruta Escénica 1, por lo que se le dio el nombre de “Ruta Patagónica Azul”.
Además, esta zona se caracteriza por una gran biodiversidad. Sus playas rocosas, acantilados e islas permiten que puedan reproducirse y alimentarse distintas especies de ballenas, toninas, aves, pingüinos y lobos marinos.

¿Qué hace tan especial a la Patagonia Azul?
Patagonia Azul es mucho más que un destino turístico: es un corredor donde conviven ecosistemas marinos, humedales, estepas, acantilados y áreas de nidificación de miles de aves. A eso se suma el valor cultural y social de las comunidades costeras que hace tantos años viven de la pesca artesanal y del turismo de naturaleza.
Pero el proyecto no se limita a conservar: busca transformar. Tal como explican desde la iniciativa, el objetivo es ampliar la protección marina en Argentina, restaurar el ecosistema costero y marino, impulsar la economía local y generar empleo. El enfoque combina ciencia, desarrollo territorial y participación comunitaria, con la idea de que conservar también significa generar oportunidades.

La Ruta Patagonia Azul: 7 puntos clave para recorrerla
Quien vaya a conocer esta región, no puede dejar de visitar estos 7 puntos clave que se extienden desde Trelew hasta Comodoro Rivadavia, todos perfectamente conectados por la famosa Ruta 1, la cual permite a los viajeros poder hacer un pintoresco recorrido, ir parando y conocer en profundidad cada uno de estos puntos turísticos. Estos son los imperdibles, de norte a sur.
1. Punta Tombo, el hogar de los pingüinos
Es uno de los lugares más emblemáticos del país para observar pingüinos de Magallanes. Cada primavera llegan más de medio millón de ejemplares para reproducirse, lo que convierte al Área Natural Protegida en un punto clave para el turismo de naturaleza. Su pasarela habilitada permite observarlos de cerca sin interferir en su comportamiento.
2. Cabo Raso, el vecindario fantasma
Un poblado histórico en medio del silencio patagónico, donde conviven las ruinas de un antiguo asentamiento, playas extensas y un paisaje casi intacto. Ideal para caminatas costeras, avistaje de fauna marina y una experiencia más solitaria y despojada.
3. Camarones, el “pueblo auténtico”
Pueblo costero con un enorme valor histórico y natural. Desde aquí se accede a varias playas, miradores y senderos que forman parte de la ruta. Es uno de los puntos donde la conexión con las comunidades locales se vuelve más visible a través de proyectos turísticos y culturales.

4. Cabo Dos Bahías, para avistaje de fauna
Considerado uno de los paisajes más espectaculares de la zona, es hogar de pingüinos, lobos marinos y aves costeras. Sus pasarelas y miradores muestran una costa salvaje donde el mar golpea acantilados volcánicos de colores rojizos.
5. Isla Leones, portal al Mar Patagónico
Es uno de los sitios de mayor sensibilidad ecológica. Su faro histórico y la fauna marina que habita sus costas hacen de este escenario uno de los más singulares de toda la Patagonia costera. Además, es uno de los accesos al Mar Patagónico desde la Ruta Patagonia Azul.
6. Bahía Bustamante, biodiversidad en el litoral de Chubut
Combina hospedajes, estepa, mar y una biodiversidad impresionante. Es ideal para quienes buscan actividades guiadas: navegación, avistaje de aves, senderismo y exploración de bosques petrificados. Su rol como portal turístico del proyecto es clave.
7. Rocas Coloradas, el “Planeta Marte” de Chubut
El final del recorrido revela uno de los paisajes más impactantes: formaciones rocosas rojizas, playas extensas y un ambiente geológico único. Aquí se ve de forma clara cómo el turismo responsable permite disfrutar del entorno sin alterar un ecosistema extremadamente sensible.

Turismo responsable en la Patagonia Azul: cómo se cuida un territorio único
Para entender cómo se está desarrollando el turismo de naturaleza en la región, Economía Sustentable entrevistó a María Mendizábal, Coordinadora del Destino de Turismo de Naturaleza del Proyecto Patagonia Azul (Rewilding Argentina), quien trabaja en el territorio desde hace seis años impulsando un modelo turístico que permita conservar mientras se visita.
Según explica, la Ruta Patagonia Azul atraviesa uno de los paisajes más frágiles y biodiversos de la costa chubutense: “Es un lugar exótico, salvaje, despoblado y profundamente sensible”. En estos 450 kilómetros de costa entre Trelew y Comodoro Rivadavia, el desafío es doble: abrir un destino nuevo para el turismo nacional e internacional, pero con un criterio de protección ambiental estricto.
Conservación y turismo: un equilibrio necesario
La región fue declarada Reserva Natural por la UNESCO en 2015, por concentrar “la mayor biodiversidad marina de toda la costa argentina”. Hoy, con la reciente creación del Parque Patagonia Azul, amplió su área protegida y consolidó un marco legal donde solo se permiten actividades de turismo de naturaleza y ciencia.
El objetivo, explica Mendizábal, es “proteger la fauna marina, los bosques de macroalgas y todo este mar que tenemos enfrente, que muy poco conocemos”.
Una comunidad que vuelve a mirar al mar
El corazón social del proyecto es Camarones, un pueblo de menos de 2.000 habitantes que históricamente vivió de la ganadería y la pesca. Hoy, la llegada de la Ruta Azul transformó su vínculo con el territorio.
Rewilding Argentina emplea a numerosos habitantes en distintas áreas, como mantenimiento, guardaparques, cocina, operación de campamentos y áreas de acceso, y acompaña el crecimiento del turismo local. El proyecto se convirtió en el tercer empleador del pueblo, lo que demuestra su impacto social directo.
La participación comunitaria también incluye programas de educación ambiental y recorridos por los portales del parque para que los vecinos conozcan y valoren el lugar: “Es importante que entiendan que el territorio es de ellos y que protegerlo también garantiza su futuro”, remarcó.
El desafío: abrir un destino nuevo sin afectar su esencia
Según Mendizábal, el reto es lograr que Patagonia Azul crezca como destino sin poner en riesgo la esencia del lugar: su diversidad natural, su inmensidad y su espíritu profundamente silvestre.
“Lo que más me inspira es este mar azul, inhóspito y salvaje, un color que muchos argentinos ni sabían que existía. Mi norte es hacer las cosas bien: abrirlo al turismo, pero cuidando que nada de eso se pierda”, expresó.















