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Causa Mendoza

Cómo afecta la navegación turística en el Riachuelo a la fauna y la flora del río

Estaba prohibida desde 2011, sin embargo, ahora proyectan crear un corredor de navegación entre Tigre y Quilmes, con parada en La Boca.

Hace pocos días, la Justicia habilitó la navegación con fines turísticos en un circuito entre el puerto de Tigre y el barrio porteño de La Boca, que incluye un tramo del Riachuelo. 

La decisión del Juzgado termina así con doce años de prohibición para navegar en la zona y es el puntapié inicial para concretar la traza prevista por las autoridades nacionales, con un trayecto hasta el Puente Avellaneda

Además, el circuito planificado incluye también paradas intermedias como el puerto de San Isidro o el Aeroparque, más tres estaciones turísticas en Puerto Madero

La navegación del Riachuelo estaba prohibida desde marzo de 2011. En aquel entonces, la Justicia había establecido de forma “preventiva” que las aguas del Riachuelo no eran navegables, en el marco del fallo de la Corte Suprema por la causa Mendoza.

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Ahora, el juez Jorge Rodríguez consideró que en el tiempo transcurrido desde el 2011 «se han retirado las embarcaciones abandonadas y hundidas», y que ahora «existe un servicio permanente de limpieza del espejo de agua y de la sirga”.

De esta manera, el juez Rodríguez ordenó entonces “exceptuar de la prohibición de navegación a las embarcaciones incluidas en el paseo náutico” en el tramo hasta el Puente Avellaneda. 

También ordenó a Acumar que “lleve adelante un control y regulación mensualmente” con informes “sobre la incidencia de la actividad en la calidad de agua”. 

El juez ­sostuvo que su decisión de rehabilitar la navegación busca fomentar la “puesta en valor de aquellos símbolos que constituyen una identidad, en este caso de la zona de ‘cuatro bocas’ a un lado y otro del Riachuelo”.

­La decisión de Rodríguez responde a una iniciativa impulsada por el Ministerio de Turismo nacional y el Ente de Turismo porteño, con apoyo de Acumar, para crear un corredor de navegación entre Tigre y Quilmes, con parada en La Boca. 

El trayecto denominado “Paseo náutico – Circuito turístico Quilmes – Tigre“, que abarca una traza de unos 60 kilómetros, debía sí o sí contar con la autorización de la Justicia para realizar el trayecto que incluye las aguas del Riachuelo. 

“Una de las paradas turísticas intermedias propuestas dentro del recorrido implica la navegación de entre 150 y 200 metros del cauce del Riachuelo y el embarque -­ desembarque del Puente Transbordador”, detallaron las autoridades en la causa, según Página 12.

“Acumar acompañó la propuesta de navegabilidad entendiendo su importancia para promover la recuperación territorial, cultural y económica en la Cuenca”, manifestó Martín Sabbatella, presidente de Acumar.

“La idea es incorporar este proyecto al que ya estamos llevando adelante entre las dos orillas de La Boca – Isla Maciel, para que el Riachuelo no sea un límite, sino un lugar de encuentro”, concluyó.

Cómo afecta la navegación turística en el Riachuelo

La navegación turística en el Riachuelo, o en cualquier otro cuerpo de agua, puede tener diversos efectos en la fauna y la flora del río, tanto positivos como negativos. 

Estos efectos dependen en gran medida de la forma en que se gestione y regule la actividad turística, así como de las características naturales del ecosistema y su estado de conservación. A continuación, se detallan algunos de los posibles impactos:

Impactos negativos

1. Contaminación del agua: la navegación turística puede contribuir a la contaminación del agua a través de la liberación de desechos, combustibles y aceites de embarcaciones. Esto puede afectar la calidad del agua y tener consecuencias negativas para la fauna y la flora acuáticas.

2. Alteración del hábitat: el tráfico de embarcaciones puede alterar los hábitats acuáticos, como los humedales y las áreas de desove, lo que puede afectar la reproducción y el ciclo de vida de las especies locales.

3. Ruido y perturbación: el ruido de los motores de las embarcaciones y la presencia de turistas pueden perturbar la vida silvestre en el área, especialmente las aves acuáticas y otros animales sensibles al ruido y la actividad humana.

4. Introducción de especies invasoras: las embarcaciones pueden transportar inadvertidamente especies invasoras que no son nativas de la zona, lo que puede competir con las especies locales y perturbar el equilibrio ecológico.

Impactos positivos

1. Concientización y educación: la navegación turística puede ser una herramienta efectiva para educar al público sobre la importancia de la conservación de los ecosistemas acuáticos y la biodiversidad. Los turistas pueden aprender sobre la fauna y la flora del río y la necesidad de protegerlos.

2. Generación de ingresos: el turismo puede generar ingresos que pueden destinarse a la conservación y restauración del ecosistema del río. Estos fondos pueden utilizarse para programas de limpieza, restauración de hábitats y vigilancia ambiental.

3. Monitoreo y regulación: la presencia de turistas y operadores turísticos en el área puede llevar a un mayor escrutinio y regulación de las actividades en el río, lo que puede ayudar a reducir la contaminación y otros impactos negativos.

Para minimizar los impactos negativos de la navegación turística en el Riachuelo, es fundamental implementar una gestión adecuada y regulaciones ambientales sólidas. Esto incluye la adopción de prácticas sostenibles, la capacitación de operadores turísticos en conservación ambiental y la aplicación de estándares de emisiones y descarga de desechos. 

Además, es importante llevar a cabo evaluaciones de impacto ambiental antes de autorizar actividades de navegación turística y establecer áreas protegidas o zonas de exclusión donde se prohíba la navegación para preservar hábitats críticos.

Fuente: con información de Página 12

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Fecha de publicación: 27/09, 2:59 pm