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Comienzan a construirse en el país buques “sustentables” impulsados a GNL

Se trata de barcazas que permiten ahorrar costos en el combustible, aprovechar las reservas de Vaca Muerta y reducir el impacto de la contaminación ambiental.

La batalla que el mundo está dando contra las nefastas consecuencias del cambio climático también se lleva adelante en los ríos, mares y océanos. Y una de las medidas que ya se han tomado tiene que ver con la firma de acuerdos internacionales para modificar el sistema de combustible en el transporte.

El objetivo es evolucionar aceleradamente hacia el gas natural licuado (GNL), considerado, por los expertos, como un agente al servicio de la lucha contra el calentamiento global y posible de sustentar un modelo energético económicamente rentable.

Quienes impulsan este combustible aseguran que se trata de la energía tradicional más respetuosa con la contaminación ambiental en comparación con otras como los derivados del petróleo, el carbón o la biomasa. Y que además permite una mejora tanto en el clima como en los niveles de contaminación del aire.

Es decir, permite crear un modelo energético sostenible desde lo comercial que ayude a conseguir los objetivos contra el calentamiento global y que aumente la calidad del aire que respiramos.

Como en el caso del transporte terrestre, el gas natural para impulsar buques es considerado el combustible más eficiente, limpio y sostenible ya que conjuga importantes ventajas ambientales, a través de la reducción de emisiones tanto de CO2 como de contaminantes y de una menor contaminación acústica. Además, los motores de gas natural producen hasta un 50% menos de emisión sonora que los motores diésel.

Y ayudan a mantener las ciudades portuarias con un aire más sano al conservar estables sus bajos niveles de emisiones, además de presentarse como una oportunidad de desarrollo económico en la zona de puertos y áreas metropolitanas cercanas.

Siguiendo esta “ideología” global que ya se aplica en varios países europeos, en la Argentina se comenzó a impulsar la fabricación de buques que sean propulsados a GNL.

El primer paso es la construcción de remolcadores, estrategia surgida a partir de la necesidad de reducir los costos de la logística en el transporte marítimo, aprovechar las reservas de gas no convencional de Vaca Muerta y al mismo tiempo cumplir con los objetivos ecológicos del Acuerdo de París, del cual la Argentina es miembro.

Según los impulsores de esta iniciativa, estas naves permiten un ahorro de hasta un 63% en los costos en combustibles frente al gasoil; reducen en un 80% las emisiones de gases contaminantes como el CO2 y el NO2 y le permiten a la Argentina contar con buques mercantes adecuados a las pautas ecológicas que el mundo está aplicando para reducir los desastres ecológicos que está produciendo el cambio climático.

La primera unidad de este tipo fue construida en el astillero Rio Paraná Sur (ARPS), y será presentada el próximo viernes 6 de marzo en la sede porteña del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y Cabotaje Marítimo.

Se trata de un remolcador de hasta 6000 HP de potencia, propulsado a GNL, que puede mover 40.000 toneladas y tener un capital del 40% en su operatividad y su autonomía es 24 días con una carga de combustible.

Al respecto, Julio González Insfrán, secretario general de esta entidad. Explica que el uso del GNL permitiría también aprovechar las reservas de gas que existen en Vaca Muerta, considerado el segundo yacimiento de gas no convencional del mundo.

El dirigente naval añade que con estos buques, la Argentina se posiciona como el primer país de América Latina en cumplir con las obligaciones ambientales establecidas por los organismos internacionales de salud pero sin perder rentabilidad.

“La idea es contar con buques más sustentables pero también más competitivos, más rentables que incluso reduce los costos en la Hidrovía”, adelanta González Insfrán, para quien los buques se podrán abastecer de GNL en la zona de Rosafé, donde se encuentran los barcos de ultramar y también en un sitio que se levantará sobre la Hidrovía Paraná –Paraguay.

González Insfrán adelantó que se “establecerá una planta de licuefacción en la zona del Paraná de las Palmas, o en los lugares donde tienen acceso los barcos de ultramar porque no solamente se abastecerá a los remolcadores a GNL en el río, sino a los barcos de ultramar que hay en el mundo que no vienen a la Argentina porque no tienen donde abastecerse”.

Es posible también establecer otras plantas en la zona de Hernandarias, a mitad de camino entre Asunción y Buenos Aires, y en Barranqueras. “Es decir en todos los puntos posibles donde se puedan abastecer los buques”, agregó el dirigente.

En este sentido, explicó que los buques tendrán dos formas de cargar el combustible. Una, con plantas de licuefacción sobre los muelles, y la segunda a partir de camiones que transportarán el combustible a los puertos. “En ambos casos, sigue siendo mucho más barato que cargar gasoil”, aclara.

Con respecto al origen del GNL, no tiene dudas de que las reservas existentes en Vaca Muerta podrán abastecer el desarrollo de una flota de buques impulsados a GNL.

Hasta ahora, en la Argentina solamente la empresa Buquebús posee un barco (el Papa Francisco), de este tipo que se abastece de la planta que la compañía posee en la zona bonaerense de San Vicente donde produce el GNL que luego se transporta en camiones hasta el puerto de Buenos Aires.

Pero desde el sector naviero se espera que a partir de los buques a GNL la Argentina pueda recuperar una marina mercante competitiva que tenga como basamente el Acuerdo de Transporte de la Hidrovía Paraná-Paraguay, firmado en la década del 90.

De hecho, estiman que este año, el 15% de los buques van a estar preparados para funcionar con GNL. Y como ejemplo se cita a la automotriz Volkswagen que ya anunció que va a utilizar buques con este combustible para transportar su vehículos entre Europa y América del Norte.

Según González Insfrán, la reducción en el costo del combustible es uno de los factores que permitiría contar con una marina mercante de bandera, al igual que la reducción de los costos impositivos y el desarrollo de tecnologías que permitan bajar otros costos¨.

En ese marco, también plantea la necesidad de contar con una Ley de Marina Mercante nacional y de Industria Naval “como herramienta necesaria para poder encaminar el país, teniendo en cuenta que la previsiones marcan un aumento del 40% de la producción de granos en cinco años que nos obliga a tener barcos”.

Fecha de publicación: 26/02, 1:26 pm