Científicas argentinas crearon un biomaterial similar al cuero a partir de hongos
Un grupo de investigadoras de Rosario desarrollaron un biotextil elaborado con residuos orgánicos. Los detalles de la iniciativa.
El vértigo de la moda rápida o fast fashion atraviesa un momento récord: el auge de plataformas chinas que despachan millones de prendas por día hacia todo el mundo alimenta una avalancha de ropa que inunda las principales ciudades. La magnitud es tal que la industria textil produce millones de piezas al año y más de la mitad contienen plásticos en su composición.
Detrás de este boom, la otra cara del fenómeno es preocupante: se calcula que cerca del 85% de la ropa fabricada termina en vertederos o es incinerada poco tiempo después de salir a la venta. Según la ONU, el sector textil genera alrededor del 8% de las emisiones globales de carbono.
En este contexto, surge el debate sobre la necesidad de crear materiales verdaderamente sostenibles. ¿Es posible diseñar moda atractiva sin dañar al ambiente? En busca de una respuesta, un grupo de científicas argentinas fundó en Rosario la startup Mycorium Biotech, donde desarrollaron un material suave y resistente como el cuero, pero libre de plásticos y sin utilizar animales.
La consigna es clara: ofrecer una alternativa real al modelo de consumo masivo, hecha desde la ciencia argentina, que luzca bien y a la vez cuide al planeta.
Ciencia contra el fast fashion
La propuesta de Mycorium Biotech se basa en un biomaterial cultivado a partir de hongos y residuos orgánicos, pensado para integrarse a la cadena textil como sustituto sostenible tanto del cuero tradicional como del sintético (ecocuero).
En diálogo con Infobae, Adriana Clementz -ingeniera, doctora en Tecnología de los Alimentos, investigadora del Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos de Rosario (Iprobyq/Conicet) y CTO de la startup- explicó: “Hace más de una década que trabajo con diferentes especies de hongos y con descartes agroindustriales. Esa experiencia me permitió conocer cómo crecen sobre distintos sustratos. A lo largo de estos años pasé por varios institutos tecnológicos del Conicet y siempre trabajé con la idea de que los desarrollos deben trascender el laboratorio y llegar a la escala industrial”.
Según Clementz, el valor principal de este biomaterial radica en su sostenibilidad: “Nuestro foco no es reemplazar al cuero, sino apuntar al fast fashion, la segunda industria más contaminante del planeta, toda esa ropa que se descarta rápidamente. Creamos un material biodegradable, con la ambición de igualar al cuero en calidad y precio, pero con una huella ambiental mucho menor”.
Un equipo científico con una misión común
Mycorium Biotech nació en 2023 con el objetivo de reducir el impacto ambiental de la industria de la moda. La iniciativa tomó forma cuando el economista Agustín Schiavio se unió a las investigadoras Diana Romanini, María Rocío Meini y Adriana Clementz -del Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos de Rosario (Iprobyq Conicet/UNR)- para convertir un problema en una oportunidad: transformar residuos orgánicos en un biomaterial innovador.
La base de este desarrollo está en el micelio, la red de hifas que constituye la estructura de los hongos. Alimentados con descartes agroindustriales como orujo de uva, pulpas de frutas o restos de verduras, en apenas diez días los hongos generan un material flexible, resistente, cosible y 100% biodegradable, con una textura muy similar al cuero.
“La sostenibilidad no solo tiene que ver con la biodegradabilidad, sino también con reducir la huella de carbono y la huella hídrica en el mundo”, explica Clementz. El gran desafío, reconoce, es llevar la producción a escala industrial. “Desde el inicio pensamos el proceso para que pueda integrarse a las líneas ya existentes, sin necesidad de crear un sistema nuevo”, añade.
Circularidad: de desecho a recurso
El proyecto se apoya en la lógica de la economía circular: convertir lo que sería basura en un insumo valioso y, al mismo tiempo, evitar la creación de una nueva cadena productiva.
“Diseñamos un biomaterial que puede ser procesado en plantas de terminación sin modificar sus líneas actuales. De esta forma ofrecemos una solución sostenible y competitiva, que acompaña a la industria en su transición hacia un modelo más limpio y resiliente”, destaca Schiavio, CEO de la startup.
La combinación entre viabilidad técnica y económica resulta clave frente a un problema global: la ONU estima que el sector textil genera el 8% de las emisiones de carbono y que el 85% de las prendas termina en vertederos o incinerada.
“Hoy existe una demanda creciente de materiales sostenibles, pero también la necesidad de que sean accesibles, sin perder diseño, rendimiento ni costo. Buscamos impactar positivamente en ambos frentes: el ambiental y el competitivo”, resume Schiavio.
Crecimiento y proyección
En apenas dos años, la startup validó su tecnología en programas internacionales, multiplicó por cuatro su capacidad de producción, concretó sus primeras ventas y levantó más de 500.000 dólares en rondas de inversión. Hoy forma parte del portfolio del fondo SF500 -un vehículo del grupo Bioceres enfocado en startups de base científica-.
Actualmente, el biomaterial de Mycorium Biotech ya se aplica en accesorios, marroquinería pequeña y carteras, con planes de expansión hacia calzado, indumentaria e incluso interiores de automóviles.