Casas ecofriendly llave en mano: así es el proyecto de una pareja en Córdoba
Con el foco puesto en el uso de materiales locales y prácticas bioclimáticas, Noa y Cristian empezaron a construir casas sustentables. ¿Cuánto salen?
Con el foco puesto en la construcción de casas que buscan minimizar el impacto ambiental y promover la eficiencia de los recursos, crece el número de emprendedores que se abocan a crear hogares ecofriendly.
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Centrados en el uso de materiales disponibles en la región para la que se destina una vivienda y contemplando las añejas recetas ancestrales, este tipo de propiedades asimismo reducen los costos de transporte y fomentan la economía local, como una solución sostenible a largo plazo.
Esas justamente son las premisas de EcoSuyana (“esperanza”, en quechua), una empresa fundada por la ingeniera química franco-venezolana Noa Shlesinger y su marido, el director técnico de fútbol oriundo de Vicente López (provincia de Buenos Aires) Cristian Torres. Hoy con base en la ciudad cordobesa de Los Cocos, ya cuenta con vasta experiencia en arquitectura bioclimática y la construcción ecológica.
Cómo surgió el proyecto de la pareja de argentinos en Córdoba
La trama de su origen se empieza a desentrañar “después de un viaje que hicimos con Cristian por Latinoamérica, donde vimos muchas injusticias sociales, sobre todo, casas humildes y construcciones que podían ser mejoradas muy fácilmente con apenas un poco de información”, narra Shlesinger.
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Aunando los propios conocimientos y con el interrogante de qué podían hacer para cambiar esa realidad, pronto comprendieron que era muy sencillo tener una casa sustentable; en el sentido de un menor consumo de energía para su calefacción, el uso de energías renovables como un termotanque solar, una orientación idónea para su calefacción solar pasiva, y que además estuviera hecha con materiales económicos y locales. En fin, una vivienda “cómoda y sana”.
Así pues, en 2016 empezaron con lo que resultó ser una casa modelo, que con el tiempo (verdad revelada con antelación) se convirtió en su propio hogar. Fue fabricada con un arquitecto y un grupo de voluntarios provenientes de todo el mundo: Nueva Zelanda, Italia, Brasil, Francia, Australia y tantos otros.
Entusiasmados con la “primogénita”, como todo queda en familia la segunda morada que fabricaron fue la del papá de Noa. Sin embargo, la empresa per se tomó su forma decisiva cuando un arquitecto amigo les pidió construir la casa de un tercero.
Lo primero que hicieron fue dudar, porque “nosotros no éramos constructores”. Pero jamás hubo un no rotundo: Noa y Cristian les ofrecieron que fueran a ver su propia casa, y como les encantó se eyectaron de entusiasmo. “Ese fue nuestro primer cliente”. Eso sí, para ejecutarla decidieron contratar a un chico de La Falda que había sido voluntario y se transformó en el primer empleado de EcoSuyana.
Unos años después, en 2021, crearon las S.A.S. Hoy cuentan con un estudio de arquitectura propio y con varias cuadrillas de mujeres y hombres albañiles para llevar a cabo los proyectos de construcción en la provincia
Rompiendo estereotipos de la industria de la construcción sustentable
Ganadores en la Categoría Empresa Social de los Premios de la Cámara de Comercio e Industria Franco-Argentina a la Sustentabilidad 2023, en la empresa ahora trabajan cuatro arquitectas a tiempo completo. Que sean mujeres no se trata de una cuestión aleatoria. “Intentamos generar oportunidades para todos y todas porque el sector de la construcción estaba muy masculinizado, por lo que tenemos una política de empleo orientada a la equidad de género”.
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Con casi unas 12 casas ya construidas (de las cuales 5 están en ejecución), la empresa tiene un enfoque holístico: la arquitectura bioclimática se centra en los recursos naturales, minimizar el uso de la energía para su calefacción e iluminación, y que toda el agua que se usa sea tratada primero a través de fitodepuración y, posteriormente, reutilizarla para poder tener impacto hídrico menor.
La industria de la construcción, según los fundadores de EcoSuyana, es una de las más contaminantes y emisora de gases de efecto invernadero. Y al construir con materiales locales como lo hacen desde esta empresa reducen la huella de carbono por el transporte, por materiales locales como la arcilla, la paja, la arena y la madera natural.
“No se utiliza energía para su elaboración, no usamos materiales procesados. Y una vez construida la vivienda consumen hasta 10 veces menos de energía para su calefacción porque tienen mucha aislación térmica y, sobre todo, mucha masa térmica, que es algo que no se obtiene con las nuevas construcciones que se hacen llamar sustentables”, aclara Shlesinger.
Y eso se debe a que ese tipo de hogares solamente se encuentran muy bien aisladas, “pero las construyen con materiales industrializados muy costosos, que emplean mucha energía para su elaboración y no tienen inercia térmica, un componente clave para tener una temperatura interior estable”.
El proceso de construcción lo arrancan evaluando “primero las necesidades del cliente; y segundo, el terreno: la orientación, la vegetación, para generar el menor impacto posible y tener la mayor ganancia bioclimática”, pormenoriza Torres.
Y a partir de haber desarrollado un sistema relativamente novedoso, porque han tecnificado sobremanera la construcción natural, han logrado “un proceso de calidad muy elevado, desarrollado un equipo arquitectónico especializado en el tema, lo cual nos permite bajar tiempos, disminuir costos y aumentar la productividad y la calidad”, asevera.
Como si fuera un paso a paso, realizan una “quincha” tecnificada: utilizan maderas aserradas de diferentes secciones reforzadas con listones de madera en diagonal de cada lado del muro. Este entramado luego es rellenado con una mezcla de arcilla, arena y paja.
Luego, se revocan las paredes con otra mezcla de arcilla, arena y paja en diferentes proporciones, terminando con un revoque fino o pintura natural a base de arcilla o cal. Se logran terminaciones blancas o con color, según el gusto, con pigmentos naturales a base de ferrites.
Casas más sustentables, ¿qué precio tienen?
Las construcciones que llevan adelante en EcoSuyana pueden ser viviendas de 2 ambientes hasta propiedades de dos plantas de 200 metros cuadrados. Y valen casi lo mismo que una casa económica de materiales tradicionales. “Pero un 45% más barata que una casa que tiene la misma aislación construida con materiales industriales”, asegura la pareja.
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Así las cosas, con una facturación que oscila entre los 15 y 20 millones de pesos por mes, ahora se encuentran trabajando en obras en diferentes ciudades de Córdoba y en la ampliación de la escuela cooperativa Olga Cossettini de Capilla del Monte, donde asisten sus hijos. Allí “estamos haciendo un edificio nuevo con cuatro aulas sustentables para que tengan mejor calidad térmica, que consuma menos energía y que esté en armonía con el entorno natural”, concluyen.