Bonos sustentables: así es el nicho de inversiones que se potenció en medio de la pandemia
Este año se incrementó el interés en herramientas financieras que combinan aspectos sociales y ambientales y hasta vio nacer a los coronabonos.
El coronavirus trajo cambios en muchos ámbitos y el mercado de capitales no es la excepción. Los especialistas destacan el crecimiento del interés de los inversores por bonos destinados a financiar proyectos de cuidado del medioambiente y con fines sociales (bonos verdes, sociales y sostenibles) y el surgimiento de los “coronabonos” como dos tendencias a observar a nivel mundial.
El economista especialista en finanzas sustentables Pablo Cortínez explica que “los bonos vinculados a la sostenibilidad social y ambiental surgieron en 2007, con una emisión de bonos verdes del Banco Europeo de Inversiones”.
Pero han tenido un fuerte crecimiento en el volumen de emisión desde 2016, gracias a la celebración del Acuerdo de París (una convención marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que establece medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero) en abril de ese año.
El director del programa de Bonos Verdes y Finanzas Sustentables de UCEMA cuenta que “los organismos multilaterales de crédito tuvieron mucha importancia en el despegue de los bonos verdes, que han ido rompiendo récords de emisión año tras año en el mundo en el marco de una serie de iniciativas relacionadas a la concientización del cambio climático”.
Sin embargo, ese desarrollo dio lugar, en el último tiempo, a la emisión de otro tipo de bonos llaman bonos sociales, que sustentan cuestiones como vivienda asequible, infraestructura básica y salud, entre otras iniciativas.
Pero hay un tercer tipo de bonos, los sustentables, que conjugan partes verdes y sociales. En este marco que apunta a impulsar proyectos sustentables aparecieron este año los coronabonos, que se han emitido principalmente en Asia y están destinados a responder a las necesidades del COVID-19.
“Hoy aumentó la demanda porque muchos fondos de inversiones, como los de pensiones, están obligados a invertir en este tipo de herramientas”, señala.
En coincidencia con la visión del Cortínez, Sergio Morales, asesor financiero fundador de InterFinance y Director de Morales Inversiones, asegura que “las emisión de Bonos SVS (Sociales, Verdes y Sustentables) es una tendencia que llegó para quedarse”.
El especialista observa que la pandemia del coronavirus trajo aparejado un cambio en la percepción de toda la población en general, actualmente más proclive a consumir productos y servicios de empresas con buenas prácticas que beneficien al colectivo, sea que estas contribuyan directamente al cuidado del medioambiente o simplemente promuevan proyectos con impactos positivos en la comunidad.
Los millennials como potenciadores
Sin embargo, señala que se trata de la profundización de una tendencia que se viene dando hace tiempo porque impulsada por la generación millennial (nacidos entre 1981 y 1999 aproximadamente), que están escalando puestos en el mercado laboral e incrementan su capacidad adquisitiva para consumirlos.
Morales asegura que las empresas emisoras son conscientes de la potencialidad que tienen las próximas colocaciones de Bonos SVS en el futuro y, por tanto, comienzan a posicionarse estratégicamente en este segmento. Y apunta que “en Argentina, particularmente, cada vez son más las empresas que se están listando en el mercado de capitales (BYMA) para emitir este tipo de instrumento”.
Según este asesor financiero, las emisiones por parte de las empresas de deuda orientadas a atender problemáticas sociales quizás no representan en muchos casos un negocio directo del proyecto a financiar, sin embargo, pueden verse muy beneficiadas indirectamente a través de la valorización de la marca y su reputación en el segmento en el que se desarrollen en la economía real.
Morales considera que, posiblemente, esto se deba a que el país cuenta con gran cantidad de recursos naturales y, por tal motivo, cada año se incrementan los proyectos de energías renovables, conjuntamente y en menor medida, a un alineamiento a los protocolos y los nuevos estándares a nivel mundial impulsados por Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Más dispersión y especialización
Otra tendencia dentro de estos bonos es que, en los últimos años empezó a haber cada vez una mayor especialización. Cortínez cuenta que, hace 10 años, el 60% de las emisiones a nivel mundial correspondía a era energías renovables, pero hoy representan el 30% de los bonos verdes.
En este sentido, cuenta que, si se suman todos los bonos verdes, sociales y sostenibles emitidos en 2018 en el mundo, el 83% correspondía al primer grupo, un 7%, al segundo y un 10%, al tercero. Al año siguiente, los verdes bajaron al 74%, los sostenibles subieron al 10% y los sociales se ubicaron en el 6%. En tanto que en este 2020, con la pandemia, la tendencia demuestra que las proporciones van a estar mucho más parejas.
“En el segundo trimestre arrasaron los bonos sostenibles y ahora se están emparejando las proporciones. Yo creo que esto se debe a que los inversores que antes miraban solo lo verde, como consecuencia de la pandemia han visto otra oportunidad para financiar”, detalla el economista. Así, considera que, de alguna manera las finanzas se han acomodado a la circunstancia del Covid y se volcaron de los bonos verdes hacia los sociales y sostenibles.
Todo hace prever que esta tendencia se va a mantener en 2021 y 2022 porque los efectos económicos de la pandemia no se van a terminar este año.
“Esto es algo que ha venido para quedarse y, más aun, hay una tendencia a ser cada vez más especializados, yendo hacia lo que se llaman bonos temáticos. Va a haber un bono para vivienda, otro estrictamente para la salud y así”, pronostica el experto.
Asimismo, anticipa que los bonos del sector salud van a tener un despegue porque el mundo demostró no estar preparado para la situación que estamos viviendo y esto va a tener como consecuencia el fondeo de países y provincias a través de estos instrumentos con destino a investigación o construcción de infraestructura de salud.