Biodiversidad en peligro: Tierra del Fuego busca prohibir las salmoneras
Debido a los graves daños ambientales, productos de la salmonicultura, en Chile, la provincia quiere prohibir el avance de esta industria.
En 2018, el Gobierno Nacional firmó un acuerdo con Noruega para instalar centros de cría de salmón en el Canal Beagle de Tierra del Fuego, pero esta industria está siendo fuertemente cuestionada por los desastres ambientales que está generando en Chile, donde la salmonicultura está presente desde hace 30 años.
En este sentido, ocurrieron diversos incidentes ambientales, como el escape de miles de salmones, especie invasora, que al ingresar en el ecosistema local ataca a otras especies, y los excesos de sus desechos generan algas tóxicas para la biodiversidad, provocado la muerte de miles de peces.
Por lo tanto, cuando se realizó el anuncio para instalarla en Tierra del Fuego, diversas organizaciones ambientales naciones e internacionales se movilizaron para impedirlo, ya que las consecuencias ambientales en el país vecino son evidentes.
En esta oportunidad, desde Economía Sustentable dialogamos con los actores involucrados tanto sociales como privado, que se unen para frenar el avance de esta industria en el país.
Desastres ambientales
“Un solo emprendimiento en un canal pequeño puede provocar grandes desastres”, comienza explicando Estefanía González, coordinadora de campaña de Océanos de Greenpeace para Argentina, Chile y Colombia.
¿Por qué es tan peligrosa? “La especie que se cultiva en el océano Pacífico es el salmón del Atlántico, -una especie que viene del hemisferio norte-, que se cría de manera nativa en zonas como Noruega, y al ser un animal introducido, son necesarias grandes cantidad de químicos y antibióticos para que pueda sobrevivir”, detalla González.
Por otro lado, para la producción, los salmones se colocan en piletones del tamaño de un campo de fútbol o el equivalente a un edificio de 15 pisos bajo el mar, donde los peces viven completamente hacinados. Así se acumula, en poco espacio, una gran cantidad alimento no consumido; heces y salmones que mueren durante la cría.
Todos estos factores producen una sobrecarga de nutrientes llamada “eutrofización” de las aguas, que es un factor de potenciamiento de las floraciones algales nocivas como las mareas rojas. Este tipo de microalga genera toxinas, que afecta a otras especies del mar y es potencialmente tóxica para el ser humano. Recientemente, una de estas floraciones, generó la muerte de más de 5 mil toneladas de salmones en el Fiordo Comau (Chile).
Además, las embarcaciones utilizadas para trasladar los salmones hacia los piletones y luego trasladarlos a la planta de procesamiento, implica un elevado tráfico marítimo, provocando colisiones con ballenas. “En Chile es común que aparezca ballenas muertas varadas por el choque con las embarcaciones”, agrega la coordinadora de campaña de Océanos de Greenpeace e indica que los químicos que utiliza la salmonicultura también generan daño en las pieles de los delfines.
Con respecto a los escapes, explica que las consecuencias se notan en el mediano y largo plazo. “Como el salmón es una especie carnívora, aquellos que escapan y suben a los ríos se comen todo a su alrededor, provocando una disminución de las especies nativas y poniendo en riesgo la pesca artesanal”, señala González
Entonces, todos estos impactos concentrados en un lugar limitado como es el Canal Beagle, puede generar un impacto realmente devastador. “Por eso que es tan importante para Ushuaia, que particularmente dependen del turismo y que es conocida a nivel mundial por su biodiversidad y por la calidad de sus aguas, se mantenga así y no acabe con su patrimonio ambiental”, sostienen desde Greenpeace.
Prohibir la salmonicultura
“Cuando surgió el proyecto nos advirtieron que, si la salmonicultura se instala en Tierra del Fuego, en 10 años no tenemos más Canal”, explica Augusto De Camillis, buzo de Ushuaia y representante local del Programa de Conservación Marina Sin Azul No hay Verde, de la Fundación Rewilding Argentina.
Así empezaron a realizar diferentes actividades y acciones para concientizar a la comunidad sobre el impacto de la industria, junto con Patagonia participaron de un evento local y en la realización del documental Contracorriente, sobre la cría intensiva de salmón y alertar sobre sus consecuencias en los ecosistemas marinos.
Como respuesta a estas acciones, en 2019, desde la Legislatura de Tierra del Fueron presentaron un proyecto de ley para su prohibición en toda la provincia. Con la pandemia el tema quedó demorado, pero en diciembre del año pasado, se retomó y se discutió en una mesa de debate, donde participaron organizaciones ambientales nacionales y locales, la Secretaría de Industria y Promoción Económica de Tierra del Fuego y partes interesadas.
“Actualmente están definiendo si estarán todos los sistemas prohibidos o podrán realizarse alguno de baja escala”, informa Augusto De Camillis. “Con la crisis actual algunos sectores pueden fomentarla como parte de la recuperación financiera” añade.
Por su parte, en lo que respecta al proyecto de ley, Estefanía González participó del debate, exponiendo la postura de Greenpeace. “Hicimos llegar una minuta con todas las observaciones, porque se discutía la posibilidad de permitir algunos proyectos de baja escala en el mar, pero nuestra postura fue categórica: uno de los errores que podría hacer la provincia era hacer excepciones que luego se trasformen en reglas”.
Indica que una vez que la industria ingresa es muy difícil frenarla y sus impactos son irreversibles. “Hemos insistido en que Tierra del Fuego tiene la oportunidad única de no cometer los errores que se cometieron en Chile y de poder proteger el Canal Beagle y lograr un modelo de desarrollo que sea amigable con la naturaleza. Por eso el proyecto que se está tramitando debe prohibir el cultivo de toda especie de salmones en el Canal”, finaliza González.
Campaña No a Las Salmoneras
En 2019 la empresa Patagonia junto a otras organizaciones llevaron adelante un evento en el Canal Beagle, donde se sumaron distintas personalidades, entre ellas Francis Mallmann, que fueron invitadas a participar de un debate sobre distintos puntos de la industria y demostrar por qué no se debe desarrollar ni Argentina, ni en ningún lugar del mundo.
“Es una campaña que venimos apoyando hace más de dos años. En este caso, intentamos proteger uno de los últimos lugares prístinos del planeta. La biodiversidad que hay en el Canal Beagle es impresionante, y pensar que puede desaparecer con la instalación de la salmonicultura, nos motiva a hacer todo lo posible para impedirlo”, explican desde Patagonia sobre su participación.
¿Por qué se sumaron? “Uno de nuestros objetivos principales y nuestra filosofía, es poder apoyar a organizaciones sin fines de lucro que se encuentran protegiendo el ambiente. En este caso, nos parecía muy importante intentar que este proceso no avance, porque entendemos que los daños son irreversibles”, aseguran.
En la actualidad, siguen acompañando en todo lo que es difusión de la campaña y de los avances en cuanto a la sanción del proyecto de ley. Además, el sábado 8 de mayo acompañaron la organización de una Kayakeada autoconvocada pacífica en el Canal Beagle, uniendo Argentina y Chile en contra de las salmoneras.