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Prenda del futuro

Así es la prenda que diseñó el MIT con tecnología sustentable y de vanguardia

A través de un vestido de punto 4D, los investigadores buscan realizar un cambio de paradigma en pos del medioambiente. Detalles.

La industria de la moda viró hacia la sustentabilidad en los últimos años. Tras la era del fast fashion, los diseñadores textiles se centraron en el impacto ambiental de la ropa y su rápida obsolescencia. En este contexto, la ciencia también jugó un papel crucial, como lo demuestra el reciente desarrollo del vestido 4D por parte de expertos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

En un esfuerzo por revolucionar la industria textil, el Laboratorio de Autoensamblaje del MIT y la firma de moda tecnológica Ministry of Supply colaboraron en la creación de un “vestido de punto 4D”. Esta innovadora prenda está hecha de un hilo activado por el calor que permite un ajuste personalizado instantáneo.

Sasha MicKinlay, diseñadora textil e investigadora en el Laboratorio de Autoensamblaje del MIT, enfatizó la importancia de la ropa como una necesidad humana básica, pero también destacó la necesidad de expresión personal. Este vestido, según ella, promete ser más sostenible que la moda tradicional tanto para el consumidor como para el productor.

El proceso de tejido tridimensional del vestido, en lugar de utilizar láminas planas que requieren corte y costura, combina diversas tecnologías para lograr un ajuste y estilo personalizados. Los hilos activados por calor y la tecnología de tejido computarizado permiten un ajuste esculpido alrededor de cada prenda, marcando un cambio radical en la forma convencional de fabricar ropa.

Este desarrollo no solo representa una innovación en la moda, sino también un paso hacia un futuro más sostenible para la industria textil.

Prenda adaptable

El proyecto se centró en la creación de una prenda en 3D, concretamente un vestido de tubo básico. La inclusión de la cuarta dimensión en su nombre alude al tiempo. Este vestido está diseñado para que su formato pueda modificarse según los deseos del usuario, gracias a un brazo robótico programado que aplica calor. La prenda no se limita a un único estilo, sino que se adapta.

Esto implica que las variaciones deseadas en la prenda no solo permiten transformaciones de estilo, ya sean drásticas o sutiles, sino que también posibilitan una confección cambiante para que se ajuste perfectamente a la contextura física de cada consumidor.

Tanto la estructura como el hilo del tejido son fundamentales para lograr esta transformación de la tela. Para conseguir un ajuste esculpido, se utilizó un tejido computarizado, hilos activados por calor y una activación robótica alrededor de cada vestido. El Laboratorio de Autoensamblaje fue el encargado de desarrollar el hilo activado por el calor, hecho de nailon y mezclado con un hilo más suave que combina poliéster y viscosa en el tejido de la prenda.

Los estudiantes aseguran que la prenda mantiene su suavidad, elasticidad y resistencia después del calentamiento, y que el proceso de producción es escalable y eficiente. Además, el vestido puede lavarse a máquina en frío.

Durante muchos años, los estudiantes del Laboratorio de Autoensamblaje han investigado y fabricado los hilos de diversas formas para poder modificar sus propiedades. Este vestido revolucionario es el fruto de todos esos aprendizajes. Y ahora, finalmente, estos hilos son estables, pero también muestran tamaños originales, diseños diversos y colores vibrantes.

McKinlay, diseñador textil e investigador en el Laboratorio de Autoensamblaje, expresó en el comunicado de prensa del MIT: “La mayoría de las personas se centran en la talla, pero creo que el estilo es lo que distingue a la ropa. Todos estamos evolucionando como individuos y creo que nuestro estilo también evoluciona. Después del ajuste, la gente se enfoca en la expresión personal”.

Textil Sostenible

El vestido de punto 4D se fabrica en una única pieza, eliminando así cualquier desperdicio en su producción y convirtiéndose en una opción más sostenible para la confección de prendas de vestir. Esta característica lo hace una alternativa prometedora en la industria de la moda, ya que no genera excedentes ni desechos de tela.

La fabricación de prendas en una amplia gama de tallas y estilos puede resultar costosa y poco sostenible para la industria textil. Skylar Tibbits, profesora asociada del Departamento de Arquitectura y fundadora del Self-Assembly Lab, destacó que esta innovadora prenda aborda este problema al ofrecer confecciones personalizadas, lo que reduce significativamente el exceso de inventario.

“Espero que este proyecto de investigación fomente una reflexión sobre nuestra relación con la ropa”, declaró McKinlay en el comunicado de prensa. Y concluyó: “Actualmente, al comprar una prenda, se obtiene un único estilo. Pero, ¿no sería emocionante adquirir una prenda y reinventarla según evolucionan las estaciones o los estilos, al igual que nosotros cambiamos? Esa es la experiencia que espero que la gente pueda tener”.

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Fecha de publicación: 19/03, 6:55 pm