Argentina ya tiene su estrategia nacional para el uso de los mercados de carbono
Se trata de un documento oficial que resume los objetivos del plan son contribuir al fortalecimiento y al financiamiento para la adaptación al cambio climático.
Potenciar el acceso nacional al financiamiento climático; participar en los mercados de carbono regulados; acompañar la participación del sector privado en los mercados voluntarios; generar enfoques no comerciales bajo el esquema del Acuerdo de París y acompañar a las provincias a implementar esquemas de mercado para el cumplimiento de sus planes de respuesta al cambio climático, son algunos de los objetivos que acaba de establecer el Gobierno en la reciente elaborada Estrategia Nacional para el Uso de los Mercados de Carbono.
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El paper también agrega contribuir al fortalecimiento y al financiamiento para la adaptación al cambio climático a través de la implementación de los mercados de carbono y enfoques no-comerciales; desarrollar capacidades para la implementación de esos mercados; promover el respeto de las salvaguardas y la integridad ambiental y asegurar los intereses nacionales y regionales en las negociaciones internacionales.
Según el documento elaborado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la estrategia “sirve de base para el desarrollo de hojas de ruta específicas para implementar los ejes y acciones estratégicas, en consistencia con las circunstancias, prioridades y capacidades nacionales”.
Para el Gobierno, la puesta en marcha de la estrategia requerirá además de acuerdos y consensos entre diversos actores del ámbito público nacional, como también del ámbito privado, además de avanzar en un esquema de gobernanza y en el establecimiento de un marco regulatorio para poder definir reglas uniformes y claras que promuevan el desarrollo de los mercados de carbono en el país.
Integridad ambiental
La Resolución 385/2023 del ministerio que orienta Juan Cabandié publicada en el Boletín Oficial de este miércoles 15 de noviembre explica en sus considerandos que el Acuerdo de París “establece que los Estados Parte tienen la posibilidad de implementar mecanismos de cooperación voluntarios superadores y más ambiciosos para la aplicación de sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, logrando así, una mayor ambición en sus medidas de mitigación y adaptación y promover el desarrollo sostenible y la integridad ambiental”.
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En este sentido, el gobierno argentino considera a los instrumentos de precio al carbono, dentro de los cuales se destacan los mercados de carbono, como elementos clave para que el país pueda alcanzar sus compromisos climáticos e impulsar la transición, en un contexto de desarrollo sostenible, erradicación de la pobreza e integridad ambiental.
Por eso, la medida recuerda que la Ley de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global N° 27.520 establece los fondos mínimos de protección ambiental para garantizar acciones, instrumentos y estrategias adecuadas de adaptación y mitigación al cambio climático en todo el país.
Dentro de ese proceso, se destacan 250 medidas de adaptación, mitigación y pérdidas y daños estructuradas en seis líneas estratégicas; cuatro enfoques transversales y otras cuatro líneas instrumentales, además de la formulación de una Estrategia Nacional para la Implementación de los Esquemas de Mercados. “Dicha estrategia resulta la base para el desarrollo de hojas de ruta específicas que permitirán la implementación de los Ejes Estratégicos y sus Acciones asociadas, tomando en consideración las circunstancias, prioridades y capacidades nacionales y subnacionales”, agrega la resolución oficial.
El Gobierno entiende que el objetivo final al cual se aspira con la implementación de dicho plan es el de propiciar condiciones habilitantes para el desarrollo de proyectos que contribuyan a la adaptación y mitigación del cambio climático en el territorio nacional, en un contexto de desarrollo sostenible, erradicación de la pobreza e integridad ambiental.
Financiar el cambio
De acuerdo a los fundamentos de la estrategia, el camino a la descarbonización obliga a asumir compromisos internacionales para reducir y compensar las emisiones de gases de efecto invernadero y de no exceder la emisión neta de 349 megatoneladas de dióxido de carbono equivalente (MtCO2e) en 2030 y de alcanzar la neutralidad de emisiones a 2050.
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Se trata de obligaciones que exigen transformaciones como las de reemplazar el uso de fuentes de energía fósil por energías limpias; promover medios de transporte más sostenibles como la bicicleta y los colectivos eléctricos; hacer más eficiente la producción agrícola-ganadera o promover la conservación y el uso sostenible de bosques nativos para frenar la deforestación, entre otras.
Son transiciones a un modelo de desarrollo sostenible que además de políticas con mirada a largo plazo, demandan más financiamiento, sobre todo en países como la Argentina, donde las respuestas a la crisis climática deben darse mientras se da respuesta a la pobreza o el endeudamiento externo.
“Pero a la par de estos desafíos complejos, existen herramientas que pueden contribuir a que los países alcancemos más rápidamente nuestras metas climáticas y pongamos en valor los servicios ecosistémicos que aportamos al planeta, como es el caso de los mercados de carbono”, destaca el informe oficial.
Además, explica que a través de estos mercados, países, empresas, organizaciones e individuos pueden comprar y vender créditos de carbono (certificados de reducciones de emisiones o aumentos de capturas de gases de efecto invernadero) para cumplir con sus objetivos climáticos, ya sea voluntarios o regulados, y del plano nacional o privado.
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Se trata de certificados que se obtienen por medio de proyectos o actividades específicas asociadas a la mitigación y que pueden comercializarse tanto dentro como fuera del país y que también generan nuevas oportunidades para la Argentina.
En ese marco, el documento explica que “nuestros bosques absorben grandes cantidades de gases de efecto invernadero y tenemos una industria científico-tecnológica con potencial para desarrollar proyectos que generen créditos de carbono en el sector energético, la producción, el transporte o el manejo de residuos, entre otros”.
Marco sólido
Por lo tanto, no solo se trata de un mecanismo que podrá movilizar fondos para mitigar y adaptarnos al cambio climático, sino también para promover la innovación, fortalecer capacidades locales con foco en las y los más vulnerables y colaborar eventualmente con las metas de otros países —por ejemplo, a través de la transferencia de resultados de mitigación—, sin comprometer compromisos nacionales.
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“Esta estrategia nacional busca sentar las bases y principios para que todas estas oportunidades puedan llevarse adelante en el país con un marco normativo sólido, consensuado, que asegure tanto la integridad ambiental y social de los proyectos como su alineamiento con el Acuerdo de París y las prioridades nacionales y provinciales”, añade la publicación.
En este sentido, para el Gobierno, el sector privado tiene un rol clave para el desarrollo y la puesta en marcha de los diferentes instrumentos que constituyen a los mercados de carbono. De ahí la importancia de sus aportes para elaborar esta estrategia y la necesidad de continuar trabajando conjuntamente en la implementación de los ejes estratégicos y acciones que la componen como el de posicionar a la Argentina como un país atractivo y competitivo para desarrollar proyectos de mitigación.
Al respecto, Cecilia Nicolini, secretaria de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación y Coordinadora Técnica Administrativa del Gabinete Nacional de Cambio Climático, la estrategia “profundiza la posición nacional respecto al uso de los mercados de carbono y crea un marco común para su implementación en el territorio nacional”.
Para la funcionaria, el objetivo final de la estrategia “es propiciar condiciones habilitantes para el desarrollo de proyectos que contribuyan a la mitigación y a la adaptación al cambio climático en el territorio nacional, en un contexto de transición, desarrollo sostenible, erradicación de la pobreza e integridad ambiental”.
Financiar la transición
Dentro del Plan Nacional, se aborda además la temática de los mercados de carbono a través de la línea instrumental “Financiamiento para la Transición”, entendiendo que los mercados de carbono son un instrumento adicional para acceder a financiamiento climático para la adaptación y la mitigación climáticas a nivel nacional y subnacional, en un contexto de responsabilidades comunes pero diferenciadas.
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Profundizando el abordaje de las diversas líneas, enfoques y medidas, la estrategia reconoce que los mercados de carbono, a través del desarrollo de proyectos de mitigación del cambio climático, “presentan oportunidades que exceden las meramente financieras y de reducción y captura de emisiones de GEI. Se identifica en ellos un gran potencial para impulsar las prioridades de desarrollo local, priorizando a grupos sociales en mayores condiciones de vulnerabilidad y fortalecer la adaptación al cambio climático a través de los cobeneficios de estos proyectos”.