Argentina ya comienza a exportar soja libre de deforestación
Lo hace a través del uso de una plataforma que certifica el origen “sustentable” del insumo, tal como requieren los países europeos para poder comprar.
A partir del 1 de enero de 2025 no podrán ingresar al territorio de la Unión Europea (UE) productos agroindustriales provenientes de zonas que hayan sido deforestadas luego del 31 de diciembre de 2020.
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La medida comprende a productos como el aceite de palma; carne vacuna; soja; café; cacao; madera; carbón vegetal y caucho, así como productos derivados de los mismos.
La Argentina se encuentra abarcada dentro de esta decisión de los países europeos en varios de esas materias primas, siendo la harina de soja la más comprometida.
Es por eso que, a principios de enero de este año, el nuevo gobierno libertario renovó el compromiso de seguir enviando este insumo de zonas libres de forestación y la utilización de la plataforma Visec (Visión Sectorial del Gran Chaco Argentino), que impulsa el compromiso ambiental sobre exportaciones.
De hecho, se realizó una presentación en la embajada de España que tiene sede en Madrid, de la que también participaron ejecutivos de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), como su presidente, Gustavo Idígoras.
El proyecto Visec fue concebido en 2019 pero su implementación formal está programada para 2025, con un proceso de certificación que garantizará a los consumidores europeos sobre la trazabilidad y origen sostenible de los productos argentinos.
La iniciativa no solo abarca a la soja, sino que también incluye a los frigoríficos exportadores de carne vacuna de la llamada Cuota Hilton con el objetivo de posicionar al país como un proveedor diferenciado de productos libres de deforestación.
En ese contexto, a fines del 2023 el puerto de Huelva fue destino del primer envío de la cerealista Viterra de harina de soja deforestada, marcando el inicio de un sistema que busca preservar los ecosistemas y garantizar la sostenibilidad en la cadena de suministro.
El embarque representó además una prueba piloto para el sistema Visec y funcionó como mecanismo de tracción para que el resto de los productores se integren al sistema, evitando inconvenientes cuando entren en vigencia las restricciones en 2025.
Pero para este año, la meta es que cada empresa agrícola se dé de alta de manera independiente en el sistema Visec, paso que permitirá a las empresas verificar su estado conforme a los criterios establecidos por la normativa de la UE.
El mecanismo de trazabilidad posibilita el seguimiento de los granos desde su origen en el campo hasta los puntos de embarque con el objetivo de evitar posibles problemas comerciales, como el rechazo de partidas de soja y hacienda, que podrían surgir a partir de 2025.
A partir de esta obligación, el gobierno del presidente Javier Milei llevará a cabo una campaña de difusión con los productores para concientizar sobre la importancia de esta transición hacia prácticas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
Se pondrá el acento en “el compromiso de Argentina con la protección del medio ambiente y su adaptación a las demandas crecientes de los consumidores en todo el mundo”, aseguraron fuentes oficiales.
Herramienta valiosa
Del mismo modo, se hará hincapié en la metodología de Visec que es la emisión de Certificados de Producto Libre de Deforestación (CLD) por cada embarque como evidencia de que la biomasa respaldada por los documentos presentados cumple con los requisitos establecidos en el protocolo de la plataforma. Es decir, se certifica el cumplimiento de los estrictos requisitos ambientales establecidos en el protocolo de la plataforma, destacaron.
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El sistema será emitido por organismos de verificación autorizados por Visec y, una vez otorgados, se convertirán en una herramienta valiosa para los operadores económicos, sirviendo como prueba irrefutable de la conformidad de los productos con las exigentes normativas de Visec en términos de deforestación.
El sistema fue diseñado por Ciara-CEC y la Bolsa de Comercio de Rosario para que las exportadoras puedan cumplir los contratos de compraventa del producto, lo que implica que, si Visec detecta que una partida de soja proviene de un establecimiento que deforestó más de una hectárea luego de la fecha de corte (31 de diciembre de 2020), será dada de baja y la soja producida en el mismo no podrá a partir a Europa.
Exportación creciente
Luego del embarque de Viterra, durante el último trimestre del 2023 partieron de los puertos argentinos otros envíos de harina de soja más con certificado georreferenciado que garantiza que el producto proviene de campos libres de deforestación propiedad de los grupos multinacionales Bunge y LDC.
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Según un informe de CIARA, “estos envíos fueron resultado de las pruebas piloto de la implementación del Protocolo VISEC en Argentina, cuyas exigencias están alineadas con los requisitos de la Regulación 2023/1115 de la Unión Europea vinculada a productos libres de deforestación, que entrará en vigor el 30 de diciembre de 2024”.
El objetivo de estas pruebas fue consolidar mercadería proveniente de campos que no han sido deforestados de forma posterior a diciembre 2020 y cuyos granos han sido respectivamente trazados y segregados a lo largo de todo el flujo de la cadena comercial, desde el campo hasta el puerto.
En este sentido, Idígoras explicó que a partir de estos embarques se le pueden realizar ajustes al sistema Visec “y prepararnos para el lanzamiento de la herramienta de trazabilidad y monitoreo que dará los primeros pasos desde abril próximo”.
En total, se embarcaron hacia los puertos de España e Irlanda más de 46.000 toneladas de harina de soja, procedentes de más de 570 unidades productivas, entre participación directa e indirecta.
Suministro trazable
Al respecto, Rossano de Angelis Jr., vicepresidente de Agronegocios de Bunge en América del Sur, sostuvo que, en los últimos años, su holding ha implementado con éxito un sistema de trazabilidad y monitoreo junto a sus proveedores, para verificar tanto aspectos sociales y ambientales, como la identificación de la deforestación en nuestra cadena de valor.
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“Sabemos que el desarrollo de cadenas de suministro trazables es un desafío, pero creemos en la fuerza de las iniciativas sectoriales, como VISEC“, agregó.
Del mismo modo, Fernando Correa Urquiza, Gerente Regional de Cereales y Oleaginosas de LDC para Latinoamérica Sur y Oeste, consideró que, “de acuerdo con el compromiso de la empresa con la trazabilidad y con la deforestación cero en sus cadenas de suministro, nuestro objetivo es seguir trabajando para ampliar el Protocolo de Sustentabilidad, hacer ajustes a la plataforma y aumentar la participación de los productores y el área georeferenciada en futuros envíos”.
En tanto, para Vladimir Barisic, CEO de Viterra para Argentina, Paraguay y Uruguay, el procedimiento “es una ventaja competitiva y al mismo tiempo refleja nuestro compromiso con un modelo de negocio responsable y sostenible a largo plazo”.