Otro “oro blanco”: ¿cuál es el material que proponen como sustituto del litio para baterías?
Un equipo compuesto por investigadores chinos y británicos de la Universidad de Nottingham están experimentando con un nuevo recurso para reemplazar al litio.
De la mano de un equipo de investigación chino-británico, fue presentado el diseño de un nuevo tipo de batería recargable que utiliza como materia prima la sal. Esta propuesta se perfila como una alternativa más ecológica y duradera que las baterías convencionales.
Estando en medio de tiempos en los que los automóviles eléctricos están siendo objeto de un acelerado impulso, motivado entre otras razones por el creciente interés por el cuidado de nuestro medio ambiente
La búsqueda de una alternativa a las baterías de litio
Muchos aparatos electrónicos y los mismos autos eléctricos son alimentados por baterías recargables de iones de litio. Aunque funcionan considerablemente mejor que sus predecesoras, las baterías de níquel e hidruro metálico, sobre todo en cuanto a ligereza y cuota de autonomía, también tienen puntos débiles.
Las baterías de litio se degradan con rapidez y son sensibles a las altas temperaturas. Por lo mismo, ante un eventual sobrecalentamiento, un escenario posible para un vehículo, estas podrían inflamarse e incluso estallar.
En busca de una solución para estos problemas, un equipo compuesto por investigadores chinos y británicos de la Universidad de Nottingham está realizando un trabajo mancomunado con seis institutos de investigación científica provenientes del gigante asiático, para desarrollar una batería que rinda adecuadamente, que sea asequible, segura, respetuosa con el medio ambiente y reciclable.
Como referencia, por una parte se encuentran presentes las baterías de combustible de óxido sólido, que convierten hidrógeno y oxígeno en electricidad como producto de una reacción química.
Como ventaja, además de ser económicos, ecológicos y duraderos, estos compuestos son considerados sumamente eficientes en la extracción de energía de un combustible. Sin embargo, como principal desventaja se presenta la incapacidad de estos para ser recargados.
Por otra parte, fueron consideradas también como antecedente las baterías de metal-aire, que constan de células electroquímicas que se valen de metales como el hierro (más barato que otros metales) y el oxígeno presente en el aire para generar electricidad. Como ventaja, estas baterías son recargables y su capacidad puede equipararse con las ampliamente usadas baterías de litio. No obstante, como contraparte de sus bondades, este tipo de baterías son de ciclos de vida útil más cortos que los de otras alternativas.
Sal, el compuesto clave
Durante el inicio de la investigación, el mencionado equipo de Nottingham trabajó en torno al diseño de una batería de aire de hierro a alta temperatura que utilizaba la sal fundida a modo de electrolito, activado por el calor, para conducir electricidad. Este componente dota a las baterías de una capacidad de energía sobresaliente y un ciclo de vida prolongado.
Mediante el uso de nanopolvos de óxido sólido, los investigadores lograron hacer más segura la sal fundida, que por naturaleza es sumamente corrosiva y volátil. De esta forma, los investigadores asumen que una batería de estas características puede operar hasta a 800 ºC.
Los resultados obtenidos hasta el momento, fueron catalogados como alentadores por los investigadores responsables.
Todos los detalles técnicos de este diseño presentado, que una vez materializado comercialmente podría revolucionar el mercado de baterías, fueron compartidos en un artículo publicado en la revista Energy Storage Materials y en el blog de la Universidad e Nottingham.