Belén Arce, de Accenture: “La sustentabilidad sin impacto en el negocio va a quedar en un linda ecobolsa”
Como parte de la consultora internacional, Arce explicó por qué la sustentabilidad ya no es solo una tendencia para las empresas. Qué piden hoy los clientes.
Para Belén Arce, Sustainability Senior Manager de Accenture Argentina, todo lo relacionado con la sustentabilidad, si no se traduce en acciones concretas y medibles para el negocio, terminará siendo “solo un lindo mensaje, una linda ecobolsa”, como suele decir.
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Para la especialista, la sustentabilidad no es solo una tendencia, sino un activo clave para la supervivencia de las empresas. Con años de experiencia en el campo, Arce advierte que aquellas compañías que no adopten prácticas sostenibles corren el riesgo de quedarse atrás en un mercado cada vez más exigente.
En diálogo con Economía Sustentable, la líder en sustentabilidad explica cómo creció la demanda de consultorías en este ámbito y revela el “top 3” de los temas más solicitados por las empresas para desarrollar una estrategia de sustentabilidad efectiva.
-Hace bastantes años que ayudás a las organizaciones a transformarse en actores sustentables con estrategias 360° de triple impacto. Ahora lo hacés desde Accenture. ¿Qué balance podés hacer sobre este tema en la actualidad? ¿Se sumaron más empresas?
-Bajo la mirada de consultora independiente, hace más de 15 años que trabajo en esto y la verdad que se ve una evolución muy grande, lo cual a mí me pone muy contenta pero no solamente una evolución del discurso, sino realmente desde la gestión. La sustentabilidad hoy ya no es algo que las empresas quieren hacer cuando tienen ganas o cuando tienen tiempo, como era tal vez en sus orígenes la RSE o la filantropía. La mayoría de las industrias, incluso en Argentina, ve que la sustentabilidad como un activo clave en el negocio y que, si no se suben a la ola, empiezan a quedarse afuera de industrias, mercados, no pueden ir a comprar un cliente, no pueden ser una buena marca empleadora para atraer talento nuevo. Hoy los reportes de sustentabilidad no los hacen solamente sustentabilidad, los hacen las áreas de relaciones con los inversores y las áreas de compliance. Me parece que ahí es donde se empieza a notar cada vez más la importancia en la agenda de también de los C-Level, ¿no? Muchos de los clientes de Accenture y de empresas que yo conozco por mi trabajo tienen bonos de performance atados con sustentabilidad. Entonces ahí es donde te das cuenta que, si claramente tu performance depende de objetivos de triple impacto es porque no es solamente un discurso. Tiene que haber planes acciones e indicadores, sobre todo para para medir esta gestión.
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-¿Cómo se trabaja para que el cliente realmente entienda que si incorpora una estrategia de sustentabilidad, en algún punto, va hasta ahorrar dinero?
-Creo que tenés como dos tipos de líderes en las organizaciones. Aquellos que realmente le ven el valor concreto, porque ven también un tema de responsabilidad, que tiene que hacerse cargo de los impactos, y ya proactivamente buscan reducir sus impactos, aumentar aquellos positivos, ser un un actor protagonista. Ahí es donde, de alguna forma no tengo que hacer más sencillo, pero hay un poco más de voluntad para permear las ideas. Y, por otro lado, tenés aquellos donde te miran como diciendo ‘uy, ahí viene un área gastadora de dinero’. Ahí es donde vos tenés que decir, ‘mira acá hay dos caminos, la sustentabilidad te permite ver un montón de oportunidades de negocio, desde eficiencia de recursos, y por otro lado, está toda esta legislación internacional sino sos parte, te van a dejar afuera’.
En la sustentabilidad, lo que veo es que si vos no sos parte terminás aislado, básicamente porque todo el mundo va para ese lado. Creo que todavía tiene esto de que no es perfecta y todo el tiempo implica una mejora continua. La verdad no conozco clientes que diga ‘uy, qué feo este proyecto de sustentabilidad’. Cuando ven la cuestión de impacto social y ambiental que le genera, y encima atado a veces ahorros completos que se basan en eficiencia, posicionamiento, reputación, es como que cumple un montón de checklist que la lista necesita. Así que se ven cada vez más compromisos, por suerte.
-Esto más allá del tamaño que tenga la empresa, hablamos desde una multinacional hasta una más chica
-Sí. Obviamente la multinacional tienen más obligaciones, cotizan en bolsa, pero también lo que se ve, es que a veces la Pyme no tiene tiempo, ¿no? tiene que apagar incendios. El tema es que gran parte de la cadena de valor de las grandes empresas son las Pymes y si la grande quiere seguir siendo más sustentable tiene que rodearse de pymes sustentables. Ahí es donde siempre se motiva a los clientes grandes para no dejen solas a Pymes y las puedan acompañar en toda esta transformación.
-Es el tema de este año la descarbonización en la cadena de valor, ¿no? Veo que muchas compañías están haciendo énfasis en esto.
-Sí. Cuando se empezaba a hablar de descarbonización y las empresas medían su huella, el Scope 1 y 2, era más fácil, digamos, de alguna forma porque son tus consumos, tus emisiones. Ahora, cuando ya vas a la cadena de valor, es decir, a los que vos le comprás o a los que te distribuye tu producto, primero que a veces el control es muy difícil de tener, por ende, vos tenés que también saber descarbonizar esa cadena en el sentido de tener esa información, y si no la tenés, saber cómo pedirla y también capacitarla.
-Es que habla de también de la trazabilidad del producto
-Sí, correcto. Acá no se pide que las empresas, de alguna, forma sean perfectas y conozcan todos los detalles porque las empresas están lideradas por personas y somos humanos. Es imposible ese control, pero sí como decís vos, en la trazabilidad vos no podés no saber dónde produce tu proveedor, por ejemplo. Porque puede perjudicarte y vos de alguna forma sos responsable en parte de lo que ese proveedor está haciendo, ¿no?
-Según un informe de Accenture y ONU, solo 56% de los ejecutivos latinoamericanos cree que el sector privado está haciendo lo suficiente en sostenibilidad. Hay un 44% que se está quedando afuera. ¿Cómo evaluás ambos porcentajes?
-Creo que así como ese informe da esos datos también dice que más del 90% casi un 100% tiene la sostenibilidad en su agenda. Entonces es un tema de conversación en la agenda de C-Level, hablar de temas ambientales, de temas sociales, de negocio, de los proveedores se conversa, y muchas veces hay indicadores. Sí, me parece que algo que se ve es que ‘ok con los discursos’ y con los compromisos, pero si eso no es tan atados a planes concretos de acción y sobre todo indicadores, no se puede mejorar. Con el compromiso está buenísimo el discurso, pero cuál es el plan, cómo lo vas a hacer, cómo vas a descarbonizarte, y me parece que ahí es donde falta un poco más de push en pasar a planes concretos adaptados a los contextos.
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-¿Qué desafíos y obstáculos transmiten las empresas a la hora de aplicar todo esto?
-Desde el área de servicios de Sustentabilidad que lidero en Accenture, si te tengo que decir el “Top 3″de lo que más nos piden o de lo que más interesan en saber nuestros clientes, es todo lo que tiene que ver con la data ESG (o ASG en español que abarca tres factores: el ambiental, el social y la gobernanza). Como empresa de tecnología que somos lo que notamos mucho nuestros clientes es tienen el compromiso, tienen las ganas, pero no saben dónde está la información, lo cual hace que un dato ambiental sea imposible de reportar. Acá es donde más se utiliza la Inteligencia Artificial y diferentes aceleradores con los que contamos para ayudar a la empresa a ordenar esa data, a tenerla lista y ahí sí, pasar de una forma a otro de los grandes temas que nos consultan es reporte. Y ahí te dicen, por ejemplo, que necesitan adecuarse a los lineamientos internacionales y que lo tienen que hacer en seis meses. Y otro tema que nos consulta muchísimo, que siempre ha estado, es el de la descarbonización, sobre todo en el Scope 3.
-Ahora, ¿en seis meses se puede lograr algo un avance o esto también es un proceso?
-Si a mi una empresa que me dice ‘nosotros somos 100% sustentables’, digo, ‘algo mal está haciendo’. La línea de base es pensar en dónde estamos parados hoy, ver cómo nos fue en el pasado, cuál es nuestra huella, donde está nuestras principales “fugas”, como siempre digo, y una vez que entendés dónde estás parado, ahí primero ves cómo reducimos esto y segundo, cómo lo vamos a compensar si no lo vamos a poder reducir más.
Para mí, en seis meses vos podés obviamente medir una huella, no hay mucha ciencia. Ahora después hay que armar un plan y tener presupuesto también para hacer esos cambios. Cuando hablamos, por ejemplo de eficiencia energética, no hablamos de apagar la luz, no hablamos de no sé en una fábrica tal vez transformar maquinaria completa para hacerla más eficiente con una inversión, con capacitación. Por ejemplo, en el caso de Accenture, cuando vos implementás una tecnología tenés al lado de la gente de talento que te ayuda a ver cómo hacer los cambios con los colaboradores para que lo entiendan. Es un servicio integral, de principio a fin. Algo que a veces pasa es que muchos clientes son asesorados desde la mirada estratégica pero luego no saben cómo aplicarlo. Y ahí es donde la tecnología te puede ayudar realmente a dar grandes pasos para ir más rápido porque la urgencia climática.
-Otro dato que se desprende del informe es que el 85% de los ejecutivos sostienen que los ODS no podrían ser alcanzados para el 2030, ¿Hay que acelerar la transición? ¿Quizás fue una agenda muy ambiciosa?
-Personalmente creo que los ODS, al ser la evolución de los ODM, lo que tuvieron de bueno es que fueron bajados concretamente con objetivos y metas. Pero sí me parece que las industrias todavía, más allá de poner el dibujito que les gusta en en su web o porque se relaciona con su tema, tienen que realmente mostrar puntualmente acciones concretas que acompañan el cumplimiento de esa meta. Lo que notamos con este estudio es un poco lo que también muchos clientes nos comparten: “Está el compromiso, entendemos los ODS entendemos las metas, pero no es sencillo en un plazo de 15 años tal vez transformar una matriz productiva, por ejemplo”. Las empresas privadas no son las únicas responsables. Algo que tienen los ODS, es que también involucra al actor público, a los privados y a la sociedad civil, y me parece a mí que falta todavía mucha articulación. Sobre todo faltan también reglas claras, en el caso de las empresas, privadas para poder saber hacia dónde vamos. Porque las reglas clave hacen que haya más inversiones. Entonces, en un contexto tal vez un poco incierto el que tiene el que ha tenido y tiene todavía Argentina, entiendo que muchas muchas empresas todavía están esperando a ver cómo se acomoda para poder seguir en los próximos pasos.
-A nivel mundial varios gobiernos y personas influyentes verbalizan que no creen en la crisis climática, ni en la agenda 2030. ¿Cómo se trabaja desde la comunicación y el asesoramiento para hacer entender que sí existen y que todo esto puede llegar a hacer negocios más sustentables?
-Como siempre decimos, el cliente no importa si a sustentabilidad le dice RSE, le dice ambiente, le dice lo verde, digo, a veces creo que desde la teoría, desde lo académico, se quiere forzar a que haya como ciertos conceptos y me parece que acá lo que tiene que ver es cómo realmente pone en práctica este tema. El cambio climático, podemos hacer cualquier investigación, pero el cliente lo que tiene que ver es cómo el cambio climático le impacta en su día a día, en su cadena de producción.
Algo que tiene Accenture con esta mirada y que siempre hacemos es conectar a los clientes con otros que son de la misma industria para que vean cómo otros lo están haciendo, y cómo le encontraron una solución . Entonces el cliente a veces se siente también menos solo. Todo lo que implica la sustentabilidad, si no lo podemos bajar al negocio concreto y ponerle el valor concreto del impacto en el negocio, va a quedar en un lindo mensaje, en una linda ecobolsa como solemos decir.
-Claro, porque las empresas tiene que ser sustentables y también que ganar dinero
-Por supuesto. El avance de los factores ASG fue clave, y aunque muchos se pregunten dónde está la ‘E’ de lo económico, la realidad es que está implícita en las tres letras. De alguna forma me parece que eso fue un avance. El negocio que no es perseguido en temas sociales, ambientales, y que supone una una gobernanza y una transparencia saludable, claramente no va a ser negocio en los próximos años.
-En Accenture, ¿qué metas se pusieron ustedes, o sea, tienen algún tipo de estrategia de sustentabilidad? ¿Para dónde van?
-Mi área es el área de Consultoría para los clientes, pero trabajamos en conjunto con otras áreas internas, y te puedo decir que que, hay compromiso social en materia de inversión social muy grande en diferentes partes del mundo se adapta también a los contextos. En el caso de Argentina, hay muchísima inversión en lo que tiene que ver con programas de formación en tecnología. No solamente por un tema de talento que Accenture va a necesitar y necesitan si no en esta cuestión de cómo hacemos para cambiar también la educación a las nuevas generaciones con la tecnología como aliados. En material ambiental, la mayoría de los edificios Accenture compensan su huella, son autosustentable en materia energética, y ya lo que tiene que ver con el servicio en sí mismo que la empresa brinda, el gran desafío es obviamente cómo hacemos para ir transformando nuestra huella.
-¿Hay una demanda creciente de consultoría en relación a la sustentabilidad?
-Sí, hemos tenido que hacer crecer el equipo por la demanda empieza a ver. Cuando empecé hace casi un año atrás éramos 10. Ahora somos 20. Tengo un equipo súper diverso con expertos en economía circular, en carbono, en reporting, en estrategia. La idea de seguir creciendo año a año.
-¿Desde qué sectores están pidiendo más ese tipo de consultorías?
-En el caso de Argentina, las industrias con las que más trabajamos en materia de estrategia y sustentabilidad, son la banca, la que tiene que ver con energía, recursos naturales, y por supuesto el agro. Después, más a nivel Latam, todo lo que es obviamente software y plataformas, de comercio electrónico, por ejemplo, y también mucho la industria de alimentos.