Un estudio halló que el agua potable de la mitad de las canillas contiene químicos dañinos
Un reciente informe del Servicio Geológico develó la alarmante prevalencia de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas.
En los Estados Unidos, el suministro de agua potable que llega a millones de hogares contiene “productos químicos persistentes” que se asocian con riesgos significativos para la salud, como el cáncer testicular y renal. Un estudio exhaustivo llevado a cabo por el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) revela la presencia de compuestos per- y polifluorados, conocidos como PFAS, en niveles preocupantes tanto en sistemas públicos de agua como en pozos privados en todo el país. La preocupación radica en que, a pesar de los riesgos conocidos para la salud, aún no se han establecido políticas federales efectivas para regular su presencia en el suministro de agua.
En marzo, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) propuso los primeros límites federales para seis tipos de PFAS, resaltando la gravedad del problema. Sin embargo, se espera que la decisión final sobre estas regulaciones se tome a finales de este año o incluso en 2024. Scott Faber, del Grupo de Trabajo Ambiental, critica la falta de acciones preventivas para controlar la fuente de estos contaminantes, argumentando que “deberíamos abordar este problema desde su origen en lugar de poner un semáforo después del accidente”.
El estudio realizado por el USGS, concebido no para impulsar políticas sino para evidenciar la realidad de la contaminación por PFAS, recopiló muestras de agua de 716 grifos entre 2016 y 2021 en una amplia variedad de ubicaciones. Según Kelly Smalling, hidróloga de investigación y autora principal del informe, quien dialogó con Univisión, se incluyeron zonas tanto rurales como urbanas, prestando especial atención a áreas sin fuentes conocidas de PFAS y zonas con potencial contaminación industrial. Este análisis exhaustivo proporcionó una nueva perspectiva sobre cómo los PFAS no solo persisten en el ambiente, sino que también han penetrado en el suministro de agua a nivel nacional.
Los PFAS son compuestos químicos que pueden permanecer en el cuerpo humano durante años y no se descomponen en el medio ambiente, lo que plantea desafíos significativos para su tratamiento y eliminación. “La presencia de estos productos químicos es generalizada”, advierte Smalling, señalando su aparición en artículos cotidianos como sartenes antiadherentes y envases de alimentos, lo que destaca la complejidad para abordar su contaminación.
A pesar de que el gobierno de Estados Unidos comenzó a reconocer la amenaza que representan los PFAS para la salud pública, la acción reguladora ha sido lenta. En este contexto, el informe del USGS podría convertirse en un recurso crucial para evaluar los riesgos de exposición y tomar medidas preventivas a nivel individual y comunitario. Sin embargo, como destaca Smalling, la solución definitiva requerirá un enfoque colaborativo que involucre tanto a las autoridades reguladoras como a las industrias responsables de la contaminación original.
Qué son las PFAS que se hallaron en agua potable
El USGS detalla en su portal web que los PFAS, o compuestos perfluoroalquilados y polifluoroalquilados, conforman un amplio y diverso grupo de productos químicos empleados en una variedad de aplicaciones comerciales gracias a sus propiedades únicas, como su resistencia a temperaturas extremas, su durabilidad y sus características antiadherentes. Estos compuestos han sido fabricados y utilizados desde la década de 1940, aunque la preocupación por sus posibles efectos adversos en la salud humana se agudizó a principios de la década de 2000 con la detección de ácido perfluorooctanoico (PFOA) y sulfonato de perfluorooctano (PFOS) en muestras de sangre humana.
Desde entonces, se han identificado cientos de variantes de PFAS en diversas fuentes, como agua, suelo y aire. Aunque la mayoría de los usos de PFOA y PFOS fueron eliminados voluntariamente por los fabricantes estadounidenses a mediados de la década de 2000, aún persisten algunos usos limitados, y estos compuestos continúan presentes en el medio ambiente debido a su resistencia y dificultad para degradarse, según informa la agencia federal.
Cuántas sustancias están presentes en el agua analizada
Para evaluar la calidad del agua potable procedente de los grifos, los investigadores analizaron 32 variantes de PFAS, cubriendo la mayoría de aquellas que pueden ser detectadas con los métodos actualmente disponibles. Aunque se estima que existen miles de compuestos adicionales, estos no son identificables con la tecnología actual, según señaló Smalling.
Las muestras positivas revelaron la presencia de hasta nueve tipos diferentes de PFAS, aunque la mayoría se concentraba en dos variedades. La concentración mediana detectada fue de alrededor de siete partes por billón para los 32 tipos de PFAS, mientras que para PFOA y PFOS, oscilaba alrededor de cuatro partes por billón, el límite propuesto por la EPA para estos dos compuestos.
Las concentraciones más altas se encontraron en zonas urbanas y cercanas a posibles fuentes de contaminación, particularmente en la costa este, áreas urbanas de los Grandes Lagos y las Grandes Llanuras, así como en el centro y sur de California. Sin embargo, muchas pruebas, especialmente en áreas rurales, no detectaron presencia de PFAS.
Según los datos recopilados, los investigadores calcularon que al menos una variedad de PFAS podría estar presente en aproximadamente el 45% de las muestras de agua del grifo en todo el país.
El estudio subraya la importancia de que los propietarios de pozos privados analicen su agua en busca de PFAS y consideren la instalación de filtros, según indicó Faber del Grupo de Trabajo Ambiental. Los filtros que utilizan carbón activado o membranas de ósmosis inversa tienen la capacidad de eliminar estos compuestos.