Arquitectura urbana: prevén un “boom” de esta tendencia en las grandes ciudades
La pandemia ha dejado a los habitantes de estas urbes con ganas de volver al contacto con la naturaleza. Esto explica parte de esta tendencia.
La arquitecta francesa Stephanie Chaltiel ha explicado que los jardines verticales serán un espacio importante en las ciudades del futuro, puesto que la pandemia ha dejado a los habitantes de estas urbes con ganas de volver al contacto con la naturaleza.
Chaltiel ha participado este viernes en una conferencia sobre innovación y jardines verticales como parte de la programación del evento Hay Festival de Segovia junto a la directora ejecutiva del premio Pritzker, Martha Thorne.
Durante la charla, la arquitecta francesa ha mostrado algunas de las últimas novedades en las que trabaja su estudio ‘MuDD Architect’, especializado en innovación y sostenibilidad y que explora el mundo de los jardines verticales, un elemento urbano que, en opinión de Chaltiel, será popular en las ciudades del futuro.
“Tras la llegada de la pandemia, hemos oído que las personas quieren desesperadamente espacios verdes y sueñan con tumbarse en la hierba, y es que lo verde construye salud mental”, ha opinado Chaltiel.
Thorne ha coincido en este extremo y ha añadido que, en la misma línea, las granjas urbanas en las que cada habitante pueda cultivar sus propios alimentos podría ser otra de las direcciones a seguir en el diseño de las futuras urbes.
Jardines verticales y sostenibilidad
En apenas un año de vida, el estudio fundado por Chaltiel ha conseguido reunir un equipo multidisciplinar que ha explorado nuevas formas de trabajar los jardines verticales, en particular con el uso de drones.
La utilización de estos dispositivos pueden ayudar a crear las propias instalaciones a través de la plantación de vegetales en el propio muro de los edificios, en lugar de la técnica usada hasta ahora.
Martha Thorne ha señalado que muchos de los jardines actuales, como el ubicado junto a CaixaForum en Madrid, utiliza como base del tapiz cloruro de polivinilo, comúnmente conocido como PVC, un derivado del plástico.
En su opinión, este material es “poco sostenible” y además, ha apuntado, estas instalaciones a menudo usan agua potable para su funcionamiento y son muy difíciles de mantener porque los encargados de esta labor tienen que elevarse para hacerlo manualmente.
Chaltiel ha completado que todas esas dificultades acaban por provocar que los jardines verticales sólo se instalen en lugares emblemáticos o de excepción, como museos o edificios de lujo.
Tecnología y naturaleza
En contraposición a todo eso, su estudio trabaja en la optimización de estos elementos con el uso de drones que sirven para, por ejemplo, plantar directamente la propia superficie a través del “disparo” de las semillas de plantas, que van cubiertas de una película a modo de burbuja que las protegen del impacto.
Esta arquitecta comenzó su carrera en México y Guyana Francesa, donde con la colaboración de la administración pública local construyó casas con los habitantes locales que pusieran en valor la artesanía y la cultura autóctona: “Es un trabajo duro y eso es algo que enseña muchísimo “, ha valorado.
Después de esa experiencia, tuvo la oportunidad de trabajar para prestigiosas firmas como Bernard Tschumi, Office for Metropolitan Architecture y Zaha Hadid, hasta que hace un año fundó su propio estudio.
La arquitecta ha lanzado un mensaje de ánimo a los estudiantes de su disciplina, a los que les ha aconsejado “resiliencia”: “Si uno tiene una buena idea, no hay que dejar que le digan que hay que dejarlo, porque no se puede satisfacer a todo el mundo, sólo hay que hacer equipo con las personas adecuadas”, ha recomendado