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YPF quiere dejar de ser una petrolera y convertirse en un holding energético integral

Pone el foco en la producción de energías renovables y gas natural como alternativas más limpias al petróleo, con fortalecimiento de la eficiencia.

Luego de haber ordenado la grilla jerárquica y definido los nombres de quienes ocuparán los cargos de mayor rango, YPF comenzará un proceso de transformación para dejar de ser considerada una petrolera y convertirse en una empresa energética integral y líder en el desarrollo de energía sustentable en Argentina. 

La intención es cambiar totalmente el perfil de la mayor compañía de hidrocarburos local a partir de este año y en la medida en que lo permita la crisis financiera y operativa que sufre. Cabe destacar que este escenario se vio profundizado -y acelerado- por los efectos colaterales del coronavirus en el negocio petrolero.

Según el plan elaborado, esto implica:

• Trabajo transparente y responsable a nivel económico, ambiental y social.

• Rentabilidad y enfoque en el crecimiento a través de la innovación y las nuevas tecnologías.

• Generación de valor a corto y largo plazo para accionistas, inversores, socios, clientes, empleados, proveedores, las comunidades donde operamos y nuestro país.

Aunque el petróleo y el gas seguirán siendo la base de la cartera de negocios de YPF para los próximos años, el foco estará puesto en el fortalecimiento de la eficiencia energética, la reducción de emisiones específicas y el desarrollo de alternativas más sustentables.

Esto incluye la promoción de la producción de las energías renovables y el gas natural como alternativas más limpias al petróleo, no solo para el mercado doméstico, sino también para el mercado externo. 

“Lo hacemos a través de un negocio responsable y transparente basado en la innovación, las nuevas tecnologías y la mejor economía, la excelencia operacional y la transformación de las operaciones y la cultura corporativa”, se asegura en el documento elaborado por YPF como brújula para los próximos años.

En el informe se sostiene que en energía renovable, al proporcionar una fuerte inversión en I+D y proyectos en esta área, la compañía espera aumentar su capacidad de generación mediante la diversificación de las fuentes de energía, incluido el aumento de los usos del gas natural, la energía térmica, solar y eólica. 

Negocios sustentables

En relación al compromiso con la sustentabilidad, el documento de YPF explica que la industria del petróleo y gas “está atravesando un momento de profundos cambios que requieren armonizar una creciente demanda de energía con nuevos desafíos en términos de costos y rentabilidad, diversificación de la matriz energética y una creciente preocupación por el cambio climático y la descarbonización de la economía”. 

Anticipa que cada región o país tendrá que desarrollar su propia hoja de ruta para la transición en función de su propio punto de partida, disponibilidad de recursos y capacidades.

Este proceso se  complementa con una estrategia financiera dirigida a mantener una sólida disciplina, realizar una estricta asignación del capital en proyectos de inversión que superen la rentabilidad objetivo esperada, lograr un flujo de caja positivo sostenido, gestionar la cartera de proyectos e incrementar el pago de los dividendos en el mediano plazo, en la medida que las condiciones particulares lo permitan.

En lo inmediato, ya en su balance del 2019, la compañía anticipaba el cambio de tendencia pero aclaraba que para los próximos años el principal vector de crecimiento seguirá siendo el shale, mostrando ejemplos como la puesta en marcha del oleoducto Loma Campana – Lago Pellegrini que aumentó la capacidad de evacuación de la cuenca; la ampliación de la planta de tratamiento de crudo de Loma Campana y la construcción de las plantas de La Amarga Chica y Bandurria para poder tratar y evacuar el crecimiento de la producción.

Otra pata del plan a futuro se basa en los acuerdos estratégicos con socios internacionales, así como eficientizar la producción de gas natural minimizando los cortes en un contexto de sobreoferta a través de proyectos de generación de demanda estival con exportaciones estacionales a países limítrofes, almacenamiento subterráneo, exportación de gas licuado y oferta de gas invernal mediante un producto económicamente viable para la demanda.

En este sector, la idea es poder liderar el desarrollo de una red eficiente de midstream para viabilizar el crecimiento de la producción de gas; buscar nuevas alternativas de almacenamiento subterráneo; e impulsar el negocio de energía eléctrica a través de una la incorporación de capital de terceros y la búsqueda permanente de alternativas que mejoren la eficiencia energética del resto de las operaciones de YPF.

En relación al negocio de Downstream, los principales pilares son los de mantener el liderazgo en el mercado local, con foco en el valor de la marca; adecuar la actividad al futuro crecimiento de Vaca Muerta aumentando la capacidad de las refinerías, a través de inversiones en destilación y circuito de corrientes livianas por aproximadamente u$s500 millones.}

Plan Nielsen

También como parte de este proceso, está previsto anticiparse a un futuro con menor presencia de combustibles fósiles reposicionando la presencia de YPF en la región que la ubique como una compañía energética y no solamente de hidrocarburos.

Pero también es cierto que la coyuntura podrí demorar este proceso de transformación que YPF busca encarar con Guillermo Nielsen a cargo de la presidencia y como referente de la nueva gestión.

Es que en primer lugar la empresa deberá hacer frente a una situación interna complicada después de años de balances negativos como el del 2019, que arrojó una pérdida cercana a los $34.000 millones.

Si bien YPF sigue liderando el mercado, con el 55% del share, su escenario actual se ha  complicado por factores domésticos e internacionales, la incertidumbre sobre Vaca Muerta,  las consecuencias de la pandemia en la producción de hidrocarburos  y las negociaciones para establecer un precio domestico para el barril del crudo, que una semana atrás se cotizó en el mundo en su piso histórico y hasta con valores negativos, al menos en el barril de referencia en Estados Unidos, el WTI.

En el caso del Brent, el valor de referencia en el país también tocó mínimos históricos, poniendo presión a la situación actual de las provincias productoras de hidrocarburos, a las empresas del sector y al sistema laboral si se tiene en cuenta que más de 60.000 trabajadores debieron aceptar reducir sus ingresos en un 40% por la grave situación y  a la espera de un acuerdo que sostenga un precio diferencial del petróleo en el país, y en el fondo, también ayude a YPF.

Un escenario que se suma a la “herencia recibida” de la administración de Mauricio Macri cuando la compañía insignia del sector petrolero evidenció con números preocupantes entre 2015 y el año pasado, con una caída en la producción de petróleo del 10%, del 5% en gas natural y de más del 40% en los niveles de inversión.

En este marco, el nuevo perfil de compañía que busca Nielsen para YPF seguramente se demorará si se tiene en cuenta que todo el mercado está contaminados por el  contexto de derrumbe causado por la inédita pandemia sanitaria del coronavirus que hasta ha impactado en el valor bursátil de la petrolera que en la actualidad oscila en los u$s880 millones  y cuyas actividades en el país se han derrumbado un 90% en la comercialización de combustibles y en casi un 20% en la producción de hidrocarburos.

Otra situación que la conducción de YPF deberá atender es la acumulación de reservas de crudo que existe en el país y en el resto del mundo, generada por la recesión y que evidencia la imposibilidad de seguir guardando petróleo y pagando por su almacenamiento. 

Fecha de publicación: 30/04, 12:47 pm