Gremios pesqueros de 10 países de América Latina, comprometidos en reciclar redes
Reciclarán 1.500 toneladas de redes de pesca en desuso, que se dejan en los océanos. Y es una de las principales causas de basura en las aguas.
Los gremios de pesca industrial de diez países de América latina se comprometieron a recuperar 1.500 toneladas de redes y aparejos en desuso para su reciclaje y posterior elaboración de nuevos productos.
Generalmente, este tipo de desechos quedan tirados en los mares y océanos provocando contaminación y también pérdida de diversidad, porque afecta a la flora y la fauna marina.
La iniciativa se llama Segunda Vida y se puso en marcha luego del acuerdo firmado por Alianza Latinoamericana para la Pesca Sustentable y la Seguridad Alimentaria (ALPESCAS) y Bureo Inc.
El proyecto intenta proteger los océanos de las redes fantasmas, reducir la huella de carbono asociado, generar nuevos productos con valor agregado y aportar a los objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que tienen relación con fomentar una industria innovadora, producción y consumo responsable al tiempo de
desarrollar acciones por el clima y velar por la vida submarina.
La alianza está formada por asociaciones y cámaras de pesca de Argentina, Uruguay, Brasil, México, Costa Rica, El Salvador, Colombia, Ecuador, Perú y Chile, países que se comprometieron a recuperar miles de toneladas aparejos que se dejan como basura en los océanos.
Pesca con futuro
Durante la reunión, celebrada en forma virtual, bajo el lema Una sola región, una sola misión: pesca sustentable, pesca con futuro también se abordaron temas tales como el impacto del COVID-19 y la pesca ilegal.
Osciel Velásquez, presidente de ALPESCAS sostuvo la importancia de los principios de la economía circular, ya que aporta “una nueva mirada y nos permitirá decir con mucha fuerza que estamos a bordo del cuidado del medioambiente, de los recursos pesqueros y del planeta”.
Además, hizo hincapié en la importancia de esta alianza, al
destacar que “no existe un precedente a nivel mundial de una iniciativa similar y que agrupe a la industria de todo un continente”.
“Hoy la economía circular permite un aprovechamiento integral de los recursos pesqueros, reciclando y reutilizando diversos desechos del proceso para generar nuevos productos, contribuyendo a más negocios, y a la utilización de residuos biológicos y técnicos”, agregó Velásquez.
Redes fantasmas en los océanos
Las redes de pesca tienen una vida útil de 2 a 3 años. Pasado ese tiempo, se desechanen basurales, se abandonan en galpones cercanos a los puertos o se tiran la mar.
Al estar compuestas —mayormente—por plástico tardan alrededor de 600 años en degradarse y, en este proceso, se van transformando en micro plásticos que son una fuente de contaminación en todos los océanos.
Según la ONG ambientalista Greenpeace, cada año son arrojados al mar 50 mil colectivos de dos pisos. La paradoja intenta graficar las 640 mil toneladas de plásticos y residuos —entre ellas las redes— que la actividad pesquera desecha durante sus operaciones.
Estos residuos representan un 10% de los plásticos que se encuentran en los océanos y con frecuencia provocan la muerte de la fauna marina, que se engancha y queda atrapada.
Los datos que aporta Greenpeace son reveladores: el 29% de todos los palangres, líneas de pesca de varios kilómetros de largo, quedan abandonadas en la mar. Los desechos de pesca no solo matan la vida marina sino que también dañan gravemente los hábitats submarinos.
Los montes submarinos se ven particularmente afectados porque, por su gran variedad de fauna, son zonas de intensa actividad pesquera.