Una importante ciudad de Córdoba regula la iluminación urbana para proteger el cielo nocturno
La normativa regula la iluminación urbana con el objetivo de proteger la oscuridad natural de los cielos serranos. Los detalles.
Una importante ciudad de la provincia de Córdoba dio un paso significativo en materia ambiental al aprobar una ordenanza que regula la iluminación urbana con el objetivo de proteger la oscuridad natural de los cielos serranos.
Se trata de Villa General Belgrano, y la iniciativa, impulsada por el Concejo Deliberante, busca reducir el impacto del alumbrado artificial sobre la biodiversidad y el paisaje del faldeo de la Ruta 5.
Qué establece la normativa
La normativa establece que toda luminaria exterior, pública o privada, deberá orientar su luz hacia el suelo, evitando emisiones directas hacia el cielo o las fachadas de los edificios. Solo se permitirán excepciones mínimas, como galerías en planta alta, siempre con iluminación rasante y controlada.
Además, se impone el uso obligatorio de luces cálidas y se prohíben los cañones, láseres y haces de luz que superen los 2,5 metros de altura. Los dispositivos deberán estar ocultos tras aleros o estructuras arquitectónicas, garantizando una iluminación tenue, eficiente y respetuosa del entorno.
La ordenanza no solo favorece la observación astronómica, sino que también protege a numerosas especies nocturnas afectadas por la luz artificial. Insectos, aves y murciélagos -que dependen de la oscuridad para alimentarse o reproducirse-encontrarán un entorno más equilibrado y natural.
Los habitantes y establecimientos ubicados en la zona este de la Ruta 5 tendrán 60 días para adecuar sus sistemas lumínicos a la nueva disposición, bajo sanciones en caso de incumplimiento. Más allá del control, la medida busca fomentar una conciencia ambiental colectiva, entendiendo que cada luminaria mal dirigida contribuye al deterioro del cielo estrellado.
Contaminación lumínica, un problema silencioso
La contaminación lumínica altera la oscuridad natural del cielo y tiene consecuencias sobre los ecosistemas, la salud humana y el consumo energético. Interrumpe los ciclos biológicos de los animales, altera rutas migratorias y afecta la polinización. En los humanos, puede provocar trastornos del sueño, desajustes hormonales y mayor consumo eléctrico en horarios innecesarios.
Reducir la contaminación lumínica implica usar luces cálidas, direccionadas hacia el suelo y controladas por horarios, mejorando la visibilidad del cielo estrellado y promoviendo un entorno urbano más saludable.