Por primera vez, se interrumpió un fenómeno clave para la vida marina
Ocurrió en el Golfo de Panamá. El estudio demostró temperaturas superficiales inusualmente elevadas en el área.
Durante décadas, las aguas del Golfo de Panamá fueron escenario de un proceso natural crucial para la biodiversidad y la economía costera: el afloramiento costero. Cada año, entre enero y abril, corrientes frías y ricas en nutrientes ascendían desde las profundidades hacia la superficie, impulsadas por los vientos estacionales. Este ciclo sostenía la productividad marina, alimentaba las cadenas tróficas y favorecía las pesquerías locales. Sin embargo, en 2025, ese patrón se interrumpió de forma inesperada.
Un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) documenta por primera vez la supresión total del afloramiento en el golfo, un evento sin precedentes que desafía el conocimiento actual sobre la estabilidad de estos sistemas frente al cambio climático.
Principales hallazgos
El afloramiento se produce cuando los vientos desplazan las aguas superficiales, permitiendo que aguas profundas, frías y cargadas de nutrientes ocupen su lugar. Este aporte alimenta al fitoplancton -base de la red alimentaria marina- y sostiene tanto ecosistemas costeros como pesquerías de alto valor.
El análisis reveló que, a diferencia de los últimos 40 años, el afloramiento no se produjo en 2025 en los plazos habituales. Históricamente, comenzaba hacia el 20 de enero, duraba unos 66 días y llevaba la temperatura superficial del mar hasta los 19 °C, con registros extremos de 14,9 °C.
En cambio, en 2025 la temperatura solo descendió por debajo de 25 °C recién el 4 de marzo, con un retraso de 42 días. El fenómeno duró apenas 12 días -un 82 % menos de lo normal- y la temperatura mínima registrada fue de 23,3 °C, muy por encima de los valores históricos. En lugar de la mezcla vertical típica, predominó una fuerte estratificación térmica, evidencia de que el afloramiento no se produjo.
Para evaluar el evento, el equipo científico analizó 40 años de registros satelitales (1985-2025), 30 años de mediciones in situ (1995-2025) y perfiles de columna de agua recolectados a bordo del velero de investigación S/Y Eugen Seibold. También estudiaron la dinámica de los vientos con datos de observación y modelos regionales ERA5.
Los resultados fueron claros: aunque la intensidad de los vientos del norte alcanzó valores similares a años anteriores, su frecuencia cayó un 74 %, los periodos de relajación aumentaron un 25 % y la fuerza acumulada fue considerablemente menor. Un análisis regional confirmó, además, la presencia de vientos anómalamente débiles mar adentro.
Consecuencias ecológicas y socioeconómicas
La interrupción del afloramiento tiene impactos directos sobre la biodiversidad marina, las pesquerías y las comunidades costeras que dependen de ellas. Sin el aporte de nutrientes, la productividad primaria disminuye, con efectos en cascada sobre la red alimentaria y posibles reducciones en las capturas comerciales y de subsistencia.
La falta de aguas frías también afecta a los arrecifes de coral, que normalmente se benefician del enfriamiento estacional. Sin ese alivio, quedan expuestos a periodos prolongados de calor, lo que incrementa el riesgo de blanqueamiento masivo.
Los autores del estudio advierten que, a pesar de la importancia ecológica y económica de los sistemas de afloramiento tropicales, siguen siendo poco monitoreados y estudiados, lo que limita la capacidad de anticipar y gestionar eventos extremos como el de 2025.