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Alerta

Un nuevo estudio advierte sobre la contaminación de plásticos en ríos y cuáles son sus consecuencias

Un relevamiento realizado en ocho países reflejó esta problemática, con grandes diferencias en la composición según la región.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte que, “a pesar de las investigaciones en curso, persiste una gran incertidumbre sobre la cantidad de plástico presente en el medio ambiente”. Para reducir esa brecha de información, un estudio internacional analizó la magnitud de la contaminación plástica en ríos de ocho países de cuatro continentes, revelando la diversidad y complejidad de este problema global.

Durante tres años (2020-2023), equipos científicos y organizaciones locales recolectaron y examinaron más de 3,8 millones de kilos de residuos en sistemas fluviales de México, Jamaica, Panamá, Ecuador, Kenia, Vietnam, Tailandia e Indonesia. El 66% correspondía a plásticos, lo que confirma que los ríos son una de las principales vías de transporte de basura hacia los océanos. El trabajo, liderado por la Universidad de California en Santa Bárbara y publicado en Journal of Environmental Management, ofrece datos inéditos y recomendaciones para atacar la polución desde su origen.

Un reciente estudio advierte sobre la contaminación de plásticos en ríos

Según la organización The Ocean Cleanup, cerca de 1.000 ríos generan casi el 80% de las emisiones anuales de plástico fluvial -entre 0,8 y 2,7 millones de toneladas métricas-, con los pequeños ríos urbanos como principales responsables. El 20% restante se reparte entre unos 30.000 ríos. Estas cifras, publicadas en Science Advances, provienen de un método que corrige estimaciones previas que subestimaban el papel de los ríos menores.

A diferencia de estudios basados solo en proyecciones, la investigación de la UC Santa Bárbara y sus socios internacionales aportó mediciones directas de macroplásticos en ríos, un terreno hasta ahora dominado por modelos teóricos y estudios aislados. La selección incluyó ríos con contextos geográficos, hidrológicos y socioeconómicos muy distintos, lo que permitió contrastar la contaminación plástica en zonas urbanas, rurales, insulares y continentales, bajo diferentes políticas públicas y niveles de infraestructura.

Entre los ríos analizados figuran el Cañón de Los Laureles (México), Kingston Harbour (Jamaica), río Juan Díaz (Panamá), río Portoviejo (Ecuador), Athi River (Kenia), Río Rojo (Vietnam), canal Lat Phrao (Tailandia) y río Citarum (Indonesia).

Durante el periodo de análisis, equipos locales -integrados por organizaciones sociales y empresas comunitarias- recolectaron residuos de forma casi continua y coordinada, empleando tecnologías adaptadas a las características de cada río. El esfuerzo total equivalió a 250 meses de muestreo y arrojó un promedio mensual de 15.370 kilos de desechos, de los cuales 10.137 correspondían a plásticos.

“Lo realmente emocionante de este trabajo es que pudimos responder la misma pregunta -¿cómo se ve realmente la contaminación plástica en los ríos?- en contextos, geografías y culturas muy distintas”, destacó Chase Brewster, autor principal y científico del Laboratorio de Ciencias Oceánicas Benioff de la UCSB.

Las diferencias entre ríos fueron marcadas: el Athi River (Kenia) registró la mayor cantidad de residuos plásticos (31.731 kg/mes), mientras que el río Portoviejo (Ecuador) tuvo la menor (93 kg/mes). Sin embargo, factores como el tamaño del río, la población o el nivel tecnológico de recolección no explicaron por sí solos estas variaciones.

La presencia de plásticos en ríos advierte una profunda crisis de la biodiversidad

El análisis reveló una composición plástica muy diversa. El polietileno de baja densidad (LDPE), usado en bolsas, envoltorios y envases flexibles, fue el polímero más común, con proporciones que oscilaron desde el 1,2% en el río Juan Díaz (Panamá) hasta el 65,4% en el canal Lat Phrao (Tailandia). El tereftalato de polietileno (PET), habitual en botellas y envases, predominó en Jamaica, Panamá y Kenia; el polietileno de alta densidad (HDPE) en Ecuador; y el polipropileno (PP) en Indonesia. En México, una gran parte de los residuos correspondió a neumáticos, reflejando problemas locales de importación y gestión de llantas usadas.

En cuatro de los ocho ríos, la capacidad técnica permitió clasificar plásticos según su uso. En Kenia y Ecuador, las botellas de bebidas fueron los artículos más comunes; en Indonesia y Vietnam, las bolsas plásticas. Su presencia fue especialmente alta en Vietnam (46,2%), donde no existe prohibición, frente a la baja incidencia en Kenia, que aplica una restricción total. Esto evidenció el impacto de las políticas públicas, aunque su eficacia depende de un diseño y aplicación sólidos.

El destino final de los plásticos también varió: solo el 14% fue reciclado, un 62,9% se destinó a downcycling, un 12,3% a valorización energética, un 3% se reutilizó y un 7,8% acabó en vertederos. En países como México y Jamaica, la falta de infraestructura obligó a trasladar los residuos a grandes distancias para su reciclaje, mientras que en Tailandia predominó la conversión en energía y en Kenia e Indonesia el downcycling para materiales de construcción.

El estudio identificó tres factores clave: políticas públicas (como las prohibiciones de bolsas), infraestructura de gestión de residuos y participación del sector informal, que en países asiáticos redujo la presencia de PET mediante su recolección y venta.

“En un momento en que la creciente amenaza de la contaminación plástica puede generar resignación, este trabajo demuestra que, río por río y comunidad por comunidad, es posible obtener los datos que impulsen un cambio sistémico e inspiren esperanza”, afirmó Molly Morse, coautora y directora de la Coalición de Corrientes Limpias.

Entre las recomendaciones, los investigadores destacan:

  • Generar valor económico para los plásticos mediante políticas de contenido reciclado mínimo o sistemas de depósito.
  • Invertir en infraestructura de gestión y reciclaje, reconociendo y apoyando al sector informal.
  • Mejorar la recolección y estandarización de datos para evaluar políticas.
  • Implementar acciones coordinadas a nivel local, nacional e internacional, en línea con las negociaciones para un tratado global sobre plásticos.

Fecha de publicación: 12/08, 1:21 pm