Una provincia aprobó 35 proyectos de minería que incentivan la contaminación y destrucción ambiental
Bajo el paraguas del RIGI y de la Ley Bases, empresas extranjeras lograron jugosos acuerdos, con grandes exenciones impositivas.
El gobierno de San Juan aprobó alrededor de 35 proyectos mineros de grandes corporaciones multinacionales, los cuales, según denuncian, causarán una grave contaminación al único río limpio que queda en la provincia. Así lo expresó Alfredo Avelín, presidente del partido Cruzada Renovadora, en declaraciones a la Agencia Noticias Argentinas.
Avelín advirtió que “el río San Juan podría sufrir el mismo destino que el río Jáchal, que desde 2022 está fuera de uso”.
Análisis realizados por la Universidad Nacional de Cuyo revelaron niveles de mercurio, aluminio y manganeso muy por encima de los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Código Alimentario Argentino para consumo humano.
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Por su parte, la Asamblea Jáchal No Se Toca denunció que las concentraciones encontradas son incluso superiores a las del derrame de 2015, el mayor accidente minero en la historia de Argentina. Según la asamblea, los 35 proyectos mineros apoyados por el gobernador Marcelo Orrego podrían ocasionar una devastación ambiental en gran parte de la provincia, poniendo en peligro el futuro del río San Juan.
La promesa de prosperidad minera en los años 90
“En los años noventa, cuando las grandes corporaciones mineras se dieron cuenta de que en la Cordillera de Los Andes había polimetales (oro, plata, cobre, uranio, litio, etc) necesitaron entrar a la Argentina para explotarlos”, indicó el ex intendente de la capital sanjuanina.
“Y para ello lograron acuerdos con el menemismo con grandes leyes que beneficiaron a esas firmas, como las exenciones impositivas, el IVA, las ganancias, el hecho de no invertir en el país, poder exportar e importar sin ningún tipo de costos. Todo eso llevó a una competencia desleal”, añadió.
El especialista contó que “el Estado argentino se comprometió a tener 30 años de estabilidad jurídica para esas grandes corporaciones”. “Una vez que lograron el contrato obtuvieron en los bancos internacionales el dinero para la exploración -dura 5 años- y explotación correspondiente, que se prolonga por los siguientes 25 años”, precisó. Esos créditos los pagaron con las exenciones impositivas; por lo tanto, son todas ganancias para esas empresas.
“Además, la ley decía que del total de explotación debían dejar el 3 por ciento a boca de mina, sin necesidad de que sean controlados. Por ejemplo: si sacan 100 kilos de oro –ellos dicen eso y no hay ningún control nacional de que así sea- el 3 por ciento serían 3 kilos de oro”, indicó.
Avelín sostuvo que “el Estado debería recibir esos 3 kilos, pero las firmas rechazaron ese monto y dijeron que debía ser un kilo y medio porque la otra mitad es de una deducción porque cuidaron el Medio Ambiente en esa explotación”.
“Estos procesos tienen tres etapas: destrucción, contaminación y saqueo. Para explotar las minas tienen que llevar a cabo una actividad llamada lixiviación, que es un proceso de separación que consiste en extraer una sustancia de un material sólido mediante el uso de un líquido”, explicó.
En la industria minera, la lixiviación es un método de extracción de metales valiosos de los minerales. Se pulveriza un mineral y se le aplica una solución ácida para generar una solución rica en el metal deseado. El tipo de ácido utilizado depende del mineral que se vaya a lixiviar.
“Lo primero que se hace es hacer explotar la montaña, que en el fondo tiene las rocas y en ellas pegada el metal en cuestión. Por ejemplo, el oro. Los vientos fuertes cuando explotan las montañas levantan una nube de tierra que es llevada a unos 3.000 metros de altura para depositarse en la cima”, remarcó el ex intendente sanjuanino.
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Asimismo, añadió: “Ese polvo tiene metales pesados, entre los que se encuentran el mercurio y el plomo, que se deposita en la cima de las montañas, que poseen hielo y que cuando se derriten bajan al río de una manera altamente contaminante”.
“A su vez usan, al volar la montaña grandes camiones que llevan unos 3.000 o 4.000 kilos de esas rocas por carga. Lo trasladan a una especie de piletón de muchas hectáreas. Luego a esas rocas le aplican la ‘sopa química’, que posee cianuro y que sirve para separar el oro de la roca en sí. Para ese proceso se usan 12 millones de litros de agua por día cuando el consumo y producción de agua para toda la población es de 15 millones”, sostuvo.
“Todo ese proceso afectó al Río Jáchal que es inviable y está muy contaminado. El cianuro penetra en las napas y para limpiarlo se tarda más de 100 años, lo que genera que sea inviable”, denunció. Avelín recordó que “antes en Jáchal sobresalía la producción de ajo y cebolla y desde Brasil llegaban para llevarse la producción, pero ya desde hace años no lo hacen más porque entienden que esos productos están contaminados”.
“Por lo tanto, hablamos de un saqueo de las grandes corporaciones en las minas, ya que se llevan toda la riqueza de los metales, que son no renovables. Los yacimientos explotados fueron Gualcamayo, Casposo y Veladero fueron explotados por estas grandes firmas”. señaló.
“El gobernador Orrego dio el visto bueno a por lo menos 35 proyectos mineros, que arrancaron con los 5 años de exploración, luego vendrán los 25 de extracción, todo sobre el río San Juan, el único que queda en la provincia y que no está contaminado”, afirmó.
“Además, ahora todo es más grave porque se arranca con perforaciones en las montañas y llegan a las zonas calientes. De allí sale lo que se llama el calor y ese calor derrite la nieve y cuando la derrite va a generar que no haya más nieve en 10 o 15 años, además de la contaminación de las aguas por el cianuro durante la ‘sopa química’”, aseguró.
El ex funcionario sanjuanino estimó que «se calcula que la contaminación podría afectar el río San Juan en unos 10 o 15 años«.
Contaminación, saqueo y destrucción
“Tras aprobarse la Ley de Bases y crearse el RIGI las mineras pueden empezar a trabajar tranquilas, pero en cada provincia los proyectos deben ser aprobados por el gobernador tras un decreto y luego por la Legislatura provincial, donde Orrego tiene facilidad para aprobar las normas que desee”, denunció.
El mandatario provincial, como se hizo en los años noventa, aseguró que “esos proyectos traerán trabajo y riquezas a San Juan, algo que jamás ocurrió en Jáchal, donde hubo contaminación, saqueo y destrucción”, precisó Avelín y agregó: “Además dejó gente aún más pobre, sin agua y con menos producción”.
“La situación es gravísima porque a todo esto también se le agrega la destrucción de los glaciares que tienen formaciones de agua de miles y miles de años. Los habitantes de la provincia exteriorizaron su enojo y no entienden cuáles fueron los motivos que llevaron a Orrego a avanzar con estos proyectos”, señaló.
El sociólogo ambientalista Juan Pablo Olsson aseguró que “las promesas de que la megaminería a cielo abierto con cianuro va a traer prosperidad, empleo y ganancias para la Argentina, no son reales”.
“Se prometió profundizar el extractivismo, pero ¿por qué después de décadas, si las promesas de prosperidad fueran ciertas, el país tiene casi el 50 por ciento de la población por debajo de la línea de la pobreza?”, indicó Olsson en declaraciones a la agencia Noticias Argentinas.
Asimismo, planteó: “Acá se quiere instalar que la megaminería a cielo abierto con cianuro no contamina ni perjudica la salud humana. Pero el tratamiento que le dio todo el conjunto de la Comunidad Europea llevó a prohibirla por ley, tras fundamentos debatidos, debido a las graves consecuencias a la salud, al Medio ambiente, al aire, al agua y al suelo”.
“El proceso de lixiviación inevitablemente contamina. No hay un proceso que evite contaminarlo. A su vez la voladura de enormes territorios de montaña es enormemente perjudicial”, advirtió el ambientalista. En ese aspecto, recordó que “en Mendoza está prohibida la megaminería a cielo abierto con cianuro por la ley 7722 para la protección del agua”.
Fuente: Tiempoar.com.ar