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Crisis climática

Un nuevo estudio revela que la contaminación acelera el deterioro cognitivo

El estudio se evaluó su exposición a dióxido de nitrógeno (NO), óxidos de nitrógeno (NO) y partículas en suspensión (PM y PM).

La exposición prolongada a contaminantes atmosféricos como el dióxido de nitrógeno y las partículas en suspensión no solo afecta la salud física, sino que también puede enlentecer el procesamiento mental, deteriorar la memoria y provocar cambios estructurales en el cerebro que aceleran el deterioro cognitivo en la vejez.

Un nuevo estudio revela que la contaminación acelera el deterioro cognitivo

Así lo revela un estudio internacional publicado en la revista The Lancet Healthy Longevity, en el que participó Jorge Arias de la Torre, investigador de la Universidad de León (España) y profesor en el King’s College de Londres. El trabajo analizó la salud de ciudadanos británicos nacidos desde 1946.

La investigación se centró en adultos de mediana edad (45–64 años) y evaluó su exposición a dióxido de nitrógeno (NO₂), óxidos de nitrógeno (NOₓ) y partículas en suspensión (PM₁₀ y PM₂.₅). Años después, cuando los participantes tenían entre 69 y 71 años, se midieron sus capacidades cognitivas y la estructura cerebral mediante pruebas de memoria, velocidad de procesamiento y resonancias magnéticas.

Por qué la contaminación acelera el deterioro cognitivo

El uso combinado de datos ambientales y neuroimágenes permitió establecer la relación entre la exposición crónica a la contaminación y la función cerebral en la madurez y la vejez. Los resultados fueron claros: una mayor exposición a dióxido de nitrógeno y partículas en suspensión durante la mediana edad se asocia con un procesamiento mental más lento y un deterioro cognitivo significativo en etapas posteriores.

Además, se observó que niveles elevados de óxidos de nitrógeno estaban vinculados a una reducción en el volumen del hipocampo, mientras que la exposición prolongada a dióxido de nitrógeno y partículas finas se relacionaba con un agrandamiento de los ventrículos cerebrales, marcadores habituales de atrofia cerebral.

De esta manera, el estudio aporta nueva evidencia de que la contaminación del aire tiene efectos duraderos sobre el cerebro humano, más allá de los impactos conocidos en la salud física. Los autores subrayan que estos hallazgos refuerzan la urgencia de implementar políticas de reducción de emisiones como estrategia esencial de salud pública para proteger la función cerebral a largo plazo.

Fecha de publicación: 27/08, 9:40 am