Un invento argentino transforma la forma de gestionar los residuos y los convierte en objetos de calidad
Juan José Tomasello, junto a dos amigos, desarrolló una máquina que convierte la basura en material reutilizable.
El exceso de basura en las calles no solo genera malos olores, sino que también contribuye a la contaminación y el deterioro del espacio público. Frente a esta problemática, un desarrollo argentino surgido en los últimos años ofrece una solución innovadora con potencial impacto global.
Un grupo de emprendedores de Exaltación de la Cruz creó una máquina capaz de reducir hasta un 75% del volumen de los residuos y disminuir su peso en un 30%. Este avance dio origen a la empresa Zewan, que busca cambiar la forma en que se maneja la basura tanto en el país como en el mundo.
Pero el invento va más allá: además de compactar los residuos, la tecnología -desarrollada en 2021- permite transformarlos en una argamasa fibrosa, que luego puede mezclarse con otros materiales para fabricar productos como ladrillos, zapatillas y más.
Cómo funciona esta máquina para transformar desechos materiales
La planta recibe residuos sólidos urbanos a través de las bolsas de basura convencionales, que luego ingresan a un proceso de tratamiento sin combustión. Una pala mecánica carga los desechos en una cinta transportadora de casi 60 metros de largo, donde se realiza la primera clasificación: residuos orgánicos por un lado, inorgánicos por otro.
En una siguiente etapa, un imán separa los metales ferrosos, que son retirados y enviados a un contenedor aparte. Luego, los residuos restantes pasan por un triturador que reduce significativamente su volumen.
A continuación, los materiales atraviesan otro sistema magnético y son conducidos por una cinta que extrae el exceso de agua. Esta etapa genera vapor y somete los residuos a temperaturas de entre 130 y 160 °C, eliminando bacterias mediante un proceso de pasteurización.
Al finalizar el tratamiento, el resultado es una argamasa fibrosa, un material reutilizable que puede mezclarse con cemento u otros componentes para fabricar productos como ladrillos, pisos blandos o aislantes térmicos.
La visión de su creador
Juan José Tomasello, el impulsor del proyecto en Exaltación de la Cruz, explicó en una entrevista con TN en 2021: «Esto era un vertedero que en su momento emitía gases de efecto invernadero todos los días. Hoy no hay olor y volvió a crecer el verde«.
Y agregó: «Nuestra tecnología es completamente natural: no usamos químicos, no quemamos, no utilizamos combustibles. Es una solución desarrollada en Argentina, única en su tipo, y creemos que es lo que el planeta necesita para revertir la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación de la tierra”.