Solo el 10% de los residuos industriales se trata de forma adecuada en Argentina
Cada año, se generan más de 11 millones de toneladas de desechos industriales. La falta de tratamiento y control alimenta los más de 5.000 basurales a cielo abierto del país, una amenaza creciente para el ambiente y la salud pública.
En plena conmemoración del Mes del Ambiente, Argentina enfrenta un panorama alarmante: más de 5.000 basurales a cielo abierto se distribuyen en todo el país, convirtiéndose en una amenaza tanto ambiental como sanitaria. A esta crisis se suma otro dato preocupante: solo el 9,22% de los residuos industriales recibe un tratamiento adecuado.
Los basurales a cielo abierto son depósitos irregulares de residuos sólidos urbanos (RSU) que carecen de medidas básicas de control y tratamiento. Según el último dato oficial disponible, contenido en el “Informe del Estado del Ambiente” de 2017, estas acumulaciones cubren unas 8.600 hectáreas, afectando directamente a la calidad del aire, el agua y el suelo en múltiples municipios.
La responsabilidad no recae únicamente en los hogares. Las industrias argentinas generan más de 11 millones de toneladas de residuos peligrosos, no peligrosos y patogénicos al año, de las cuales solo una fracción es tratada según las normativas vigentes.
Qué pasa con los residuos peligrosos
“Los residuos peligrosos están clasificados como tales por una razón: el impacto que generan es innegable”, advierte Gustavo Solari, presidente de la Cámara Argentina de Industrias de Tratamiento para la Protección Ambiental (CAITPA). La falta de tratamiento adecuado provoca filtraciones tóxicas y emisiones de metano -gas inflamable y de efecto invernadero-, además del lixiviado, un líquido altamente contaminante que se infiltra en las napas.
La ley nacional 24.051 establece que estos residuos deben ser tratados en plantas habilitadas. Pero los datos recopilados por el Observatorio de Residuos Peligrosos de la Universidad Nacional de Rosario y la UBA, en alianza con las cámaras CATRIES y CAITPA, revelan que más del 90% de los residuos industriales no recibe el tratamiento adecuado. El índice, actualizado bimestralmente desde 2022, expone un panorama crítico que «exige respuestas urgentes».
“El destino que tienen que tener estos residuos es una planta de tratamiento habilitada, donde se recuperen los materiales reutilizables y el resto sea dispuesto correctamente, con su certificado legal correspondiente”, señala Claudia Kalinec, presidenta de CATRIES, la cámara que agrupa a tratadores y transportistas del sector.
Además de exigir controles más estrictos, las cámaras promueven mayor transparencia y políticas públicas que combinen fiscalización, incentivos y educación ambiental.
“Necesitamos dimensionar el problema para resolverlo. Por eso impulsamos este índice y trabajamos con universidades para lograr un diagnóstico serio y federal”, concluye Kalinec.