Por qué recomiendan eliminar las espátulas de plástico (negro) de la cocina
Un estudio alertó sobre el uso de estos utensilios y cuál es el efecto sobre la salud de las personas. Cuáles son las alternativas.
Las espátulas de plástico son utensilios muy comunes en la cocina, valoradas por su versatilidad al mezclar, raspar, voltear y servir alimentos. Sin embargo, recientes investigaciones pusieron en duda su seguridad, especialmente aquellas fabricadas con plástico negro.
Por qué recomiendan eliminar las espátulas de plástico
Un estudio publicado en octubre pasado en la revista Chemosphere encendió las alertas al analizar más de 200 productos de plástico negro, revelando que 17 de ellos contenían niveles detectables de retardantes de llama, sustancias químicas potencialmente tóxicas. Entre estos compuestos se identificó el decaBDE, prohibido en 2021 en Estados Unidos por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) debido a sus efectos nocivos sobre la salud.
La exposición prolongada a estos químicos fue asociada con un mayor riesgo de cáncer, desequilibrios hormonales y enfermedades de la tiroides. El principal problema radica en que no es posible identificar visualmente qué utensilios contienen estas sustancias, lo que aumenta la preocupación.
Por esta razón, muchos expertos recomiendan reemplazar los utensilios de plástico negro por alternativas más seguras, como espátulas de silicona de alta calidad, acero inoxidable o madera.
Origen y riesgos de los retardantes de llama
Los retardantes de llama (RL) son compuestos químicos incorporados a materiales como plásticos, tejidos y recubrimientos con el objetivo de reducir su inflamabilidad y frenar la propagación del fuego en caso de incendio.
Su uso se popularizó en la década de 1970, especialmente en productos electrónicos, como una medida preventiva contra incendios. Sin embargo, con el tiempo, diversos estudios científicos comenzaron a revelar su lado oscuro: muchos de estos compuestos resultaron ser tóxicos.
Actualmente, la exposición a retardantes de llama se asocia con serios riesgos para la salud, incluyendo cáncer, alteraciones hormonales, problemas en la salud reproductiva y efectos negativos en el desarrollo neurológico.