El Centro de Estudios Espaciales de Francia (CNES) pretende desarrollar tecnologías de agricultura en la Luna para facilitar la instalación durable de astronautas, garantizando su alimentación en el suelo estéril del satélite.
Las futuras misiones humanas hacia la Luna y Marte «nos obligan a proyectar y plantear un nuevo modelo de autonomía completa», declaró Alexis Paillet, jefe del proyecto SpaceShip FR del CNES, que explora diferentes tecnologías espaciales en asociación con el programa Terrae Novae de la agencia espacial europea (ESA). Actualmente, a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS), «la alimentación de los espacionautas está esencialmente conformada por comidas liofilizadas y cocinados hechos, enviados por carga desde la Tierra», situada a unos 400.000 km, subraya la agencia espacial francesa en un comunicado.
El desarrollo de cultivos en entornos extraterrestres no solo busca asegurar la supervivencia humana, sino también entender cómo las plantas responden a la microgravedad y a condiciones extremas de radiación. Estos experimentos permiten avanzar en el conocimiento de la biología vegetal y podrían derivar en innovaciones aplicables en la Tierra, como sistemas agrícolas más eficientes en agua y energía, o capaces de prosperar en suelos degradados.
Además, el proyecto se enmarca en una estrategia internacional más amplia que involucra a agencias como la NASA, la ESA y la JAXA, que investigan cómo crear ecosistemas cerrados y autosuficientes. En ellos, los desechos humanos y vegetales se transforman en recursos, cerrando un ciclo que minimiza la dependencia de suministros externos. Este enfoque de “biorregeneración” es clave para futuras bases en la Luna o Marte, donde la sostenibilidad será una cuestión de supervivencia.
Como este modo de suministro no es posible para misiones lejanas, «cultivar alimentos es indispensable para la continuación de la exploración humana», agrega.
Con motivo del salón aeronáutico de Bourget, cerca de París, se presentó una tecnología para «alimentar durablemente y de manera sana» a ocupantes de una base lunar, o marciana, a partir de 2035.
SpaceShip FR
Se trata de una estructura en espiral sobre la que germinan granos, explicó Maylis Radonde, directora de productos en Timac Agro, empresa especializada en abonos y nutrición animal, escogida por el CNES para desarrollar ese proyecto.
Este dispositivo, que «condensa varios metros de raíces en unos centímetros», está compuesto de tierra lunar (el regolito) y de base biológica (desechos orgánicos especialmente). Puede fabricarse en el lugar por impresión 3D y funcionar también con regolito, siendo además reutilizable y biodegradable. El sistema utilizará «30 veces menos agua y 100 veces menos energía que un sistema de cultivo clásico», asegura Maylis Radonde. Una parte de la reserva de granos, llevada desde la Tierra, sería conservada para la reproducción, según Timac Agro.
Esta empresa, implantada en Saint-Malo (noroeste de Francia), fue criticada por la contaminación del aire provocada por las emisiones de su fábrica de alimentación animal.