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Ciencia y belleza

La Royal Society premió a una sorprendente foto microscópica de un científico argentino

La imagen, capturada con microscopía electrónica, revela la estructura excepcional de la seda de una araña australiana y se convirtió en la ganadora.

A veces una sola imagen basta para recordar que la ciencia no vive únicamente en gráficos, papers o laboratorios. El Concurso de Fotografía de la Royal Society Publishing lo demuestra año tras año, revelando un universo donde el conocimiento también se transmite a través del impacto visual.

Foto tomada por Peter Hudson

La edición 2025 vuelve a confirmarlo con un repertorio que abarca desde renacuajos suspendidos en una masa gelatinosa en Madagascar hasta la superficie solar captada en luz hidrógeno alfa. Pero, entre todas estas escenas, el verdadero foco de atención recae sobre un hilo diminuto, flexible y casi imperceptible a simple vista.

Seda de araña: un hilo que esconde una ingeniería sorprendente

Ese hilo pertenece a una seda de araña capturada por el científico argentino Martín J. Ramírez, investigador del CONICET, principal organismo dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología en Argentina.

La foto que sacó el argentino Ramírez

La imagen, titulada Mesmerizing spider threads (“Hilos de araña hipnóticos”), fue seleccionada como ganadora absoluta y muestra en detalle la seda producida por la araña australiana Asianopis subrufa, conocida como la “araña lanzadora de redes”. Esta especie desafía la idea clásica de una telaraña estática: en lugar de esperar que una presa tropiece con su trampa, sostiene una red entre sus patas delanteras y la lanza con precisión quirúrgica. Para lograrlo, requiere un material extraordinario. Y ahí es donde la biología vuelve a sorprender.

Ingeniería biológica a microescala: una elasticidad fuera de lo común

El secreto de esta seda radica en su estructura particular. Según fuentes especializadas como ZME Science, el hilo funciona como un verdadero “cable compuesto”: un núcleo extremadamente elástico recubierto por fibras más rígidas.

Esta arquitectura le permite soportar las tensiones del lanzamiento sin deformarse de manera permanente, dotando a la red de una resistencia y flexibilidad excepcionales. No se trata, por lo tanto, de una telaraña común escondida en un rincón, sino de una pieza de ingeniería biológica a escala microscópica. En la fotografía ganadora es posible ver apenas un fragmento de unos 0,05 milímetros, según detalló la Royal Society.

El resultado cautivó al jurado no solo por su aporte científico, sino también por su enorme potencia visual. Basta con observar la imagen para entender su impacto: los hilos parecen moverse en una coreografía microscópica, enroscándose con tal sutileza que da la sensación de que la araña hubiera trenzado, literalmente, las leyes de la física.

“Hilos que evocan asombro y muestran de forma perfecta la convergencia entre arte y ciencia”, así definió la imagen Hugh Turvey, presidente del Comité Científico de la Royal Photographic Society, en un comunicado que acompañó el anuncio de los premiados.

Microscopía electrónica y secretos evolutivos

La fotografía fue obtenida mediante un microscopio electrónico de barrido (SEM) en el Museo Argentino de Ciencias Naturales, donde Martín J. Ramírez lleva adelante investigaciones sobre morfología evolutiva y biogeografía de arañas como parte del CONICET.

El trabajo se desarrolló en colaboración con Jonas Wolff, de la Universidad de Greifswald (Alemania). Juntos analizaron la estructura y elasticidad de los filamentos, estudiando pacientemente cada fibra para comprender sus propiedades únicas.

Los ganadores 2025: del cielo al hielo

Cada edición del concurso invita a científicos de todo el mundo a enviar imágenes en cinco categorías: astronomía, comportamiento, ciencias de la Tierra y climatología, ecología y ciencias ambientales, y microimagen.

Entre los seleccionados de este año se encuentra la fotografía de Peter Hudson, de la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos), quien capturó un combate aéreo entre dos gallos de las praderas machos (Tympanuchus cupido) en Colorado. En estos rituales de cortejo, los ejemplares saltan y chocan en pleno vuelo para imponer su dominio.

En la categoría de ecología y ciencias ambientales, el galardón fue para Filippo Carugati, de la Universidad de Turín (Italia), por una imagen de renacuajos -probablemente crías de una rana Guibemantis liber- moviéndose dentro de una masa translúcida adherida al tronco de un árbol en Madagascar, una escena que, iluminada desde atrás, recuerda al resplandor de una nebulosa.

En astronomía, el primer lugar fue para Imran Sultan, de la Universidad Northwestern (Estados Unidos), quien registró una vista del Sol cercana al pico de su ciclo solar de 11 años, en julio de 2024. Observado en hidrógeno alfa, el disco solar revela arcos de plasma sostenidos por campos magnéticos, algunos de ellos tan grandes que superan varias veces el diámetro de la Tierra.

Por su parte, Michael Meredith, del British Antarctic Survey, ganó la categoría de ciencias de la Tierra con una imagen nocturna de los glaciares de la bahía de Börgen, en la península antártica, tomada durante una campaña invernal. Los reflectores del buque de investigación iluminan el glaciar William en plena oscuridad polar. Horas más tarde, una porción significativa del frente glaciar se derrumbó en el mar, un recordatorio inquietante de la velocidad del cambio climático.

El concurso otorga 1.000 libras esterlinas al ganador absoluto, mientras que los vencedores de cada categoría reciben 500 libras y una membresía anual en la Royal Photographic Society.

Fecha de publicación: 12/12, 10:27 am