Innovación y sostenibilidad: una escuela hecha con basura y materiales reciclados, ¿dónde queda?

Además de esta escuela 100% sustentable que queda en Argentina, a un pocos menos de 17 mil km de nuestro país, existe un establecimiento educativo que está hecho con basura.

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¿Dónde queda? En Camboya, un país enfrentado a graves problemas de gestión de residuos, ha surgido una solución innovadora que está transformando no sólo el paisaje, sino también las vidas de cientos de niños.

Cómo es la escuela construida enteramente con basura reciclada

Camboya genera miles de toneladas de residuos cada día, con un gran porcentaje de ellos terminan en vertederos o siendo incinerados, causando graves daños al medio ambiente. La falta de infraestructura para el manejo adecuado de estos desechos agrava la situación, afectando tanto a la salud pública como al entorno natural.

La idea de construir una escuela con materiales reciclados nació de un grupo de activistas y educadores locales, preocupados por la doble problemática de la falta de acceso a la educación y la gestión de residuos. Inspirados por iniciativas similares en otros países, decidieron poner manos a la obra y crear un espacio educativo sostenible.

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Utilizando botellas de plástico, vidrio, metales y otros residuos no biodegradables, la comunidad se unió para levantar las paredes y techos de la escuela que se llama Coconut School.

El proceso de construcción no solo fue una oportunidad para reciclar materiales, sino también para educar a la comunidad sobre la importancia de la gestión de residuos y el reciclaje.

La escuela no solo ofrece un entorno de aprendizaje seguro y accesible para los niños de la comunidad, sino que también sirve como un poderoso símbolo de sostenibilidad. Al reducir la cantidad de residuos en el área y reutilizar materiales que de otro modo contaminarían el medio ambiente, la escuela ha tenido un impacto positivo en la comunidad

“Antes, ni siquiera pensaba en reciclar. Ahora, veo basura y pienso en qué podría construir con ella,” comenta un estudiante entusiasta. Los padres también han notado el cambio, apreciando no sólo el nuevo espacio educativo, sino también la creciente conciencia ambiental de sus hijos.

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La escuela hecha de basura en Camboya es un ejemplo inspirador de cómo la innovación y la sostenibilidad pueden ir de la mano. Este proyecto no sólo aborda dos problemas críticos de manera simultánea, sino que también inspira a otras comunidades a buscar soluciones creativas a sus propios desafíos ambientales.