Inauguran el primer sitio de almacenamiento de carbono bajo el mar
Noruega logró llevar a cabo el proyecto Northern Lights, situado a 2600 metros bajo el lecho marino del Mar del Norte.
Noruega logra un nuevo hito en la descarbonización global: los primeros volúmenes de dióxido de carbono (CO2) ya fueron inyectados y almacenados con éxito en el embalse Aurora, situado a 2.600 metros bajo el lecho marino del Mar del Norte. Con este avance, el país pone en marcha la primera instalación del mundo de transporte y almacenamiento de CO2 abierta a terceros.
Noruega inauguró el primer sitio de almacenamiento de carbono bajo el mar
El proyecto Northern Lights, ubicado en Øygarden, marca un punto de inflexión en la aplicación real de las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (CAC). Por primera vez, una infraestructura de este tipo opera de forma abierta y comercial, ofreciendo una solución concreta para sectores difíciles de electrificar, como el cemento, el acero y los residuos urbanos.
El CO2 almacenado proviene de la planta de cemento de Heidelberg Materials, en Brevik, donde se captura, licúa y transporta por barco hasta Øygarden. Desde allí, una tubería submarina de 100 kilómetros lo conduce hasta el yacimiento geológico Aurora, donde queda confinado de manera permanente en una formación salina profunda, sin riesgo de fuga al exterior.
Lejos de ser un experimento, Northern Lights es una solución operativa en marcha que reduce directamente las emisiones europeas de gases de efecto invernadero. En su fase inicial, puede almacenar 1,5 millones de toneladas de CO2 por año, capacidad ya completamente contratada, equivalente a las emisiones anuales de más de 320.000 automóviles particulares.
Más allá del volumen, lo innovador es su modelo de funcionamiento: una cadena de valor completa, que integra captura, transporte y almacenamiento, disponible para industrias de distintos países. El proyecto cuenta con el respaldo técnico y financiero de Equinor, Shell y TotalEnergies, y con un apoyo clave del Gobierno de Noruega, que cubre cerca del 80 % de los costos de la primera fase.
Con la inyección de CO2 ya en marcha, Northern Lights ingresó en su segunda fase de expansión, que elevará su capacidad a más de 5 millones de toneladas anuales. El impulso definitivo llegó tras la firma de un acuerdo con Stockholm Exergi, mediante el cual Suecia enviará hasta 900.000 toneladas de CO2 por año.
La ampliación contempla un nuevo muelle, mayor capacidad de almacenamiento en tierra y nuevos pozos de inyección, sobre la base de la infraestructura ya existente. En el verano de 2025, se entregaron nueve tanques de CO2 adicionales en Øygarden, evidencia del ritmo acelerado que ha tomado el proyecto.
El crecimiento cuenta con financiamiento europeo: la Unión Europea otorgó 131 millones de euros a través del programa Connecting Europe Facility for Energy (CEF Energy), confirmando el papel estratégico de la CAC en los planes climáticos del continente y anticipando un ecosistema transfronterizo de descarbonización.
Lo que distingue a Northern Lights es su carácter abierto y colaborativo. Forma parte del programa Longship, la iniciativa integral del Gobierno de Noruega para desplegar el almacenamiento de carbono a gran escala. Cualquier empresa emisora de CO2 que cumpla los requisitos técnicos puede acceder a esta infraestructura, lo que reduce los costos unitarios y democratiza el acceso a la descarbonización.En ese sentido, Northern Lights no solo representa un avance tecnológico, sino también un nuevo modelo de cooperación climática que acerca a Europa -y al mundo- a los objetivos del Acuerdo de París.