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Golpe a las energías verdes: ¿cómo afecta el COVID-19 al sector eólico?

Todas y cada una de las empresas, grandes y pequeñas, están comprometidos para que el impacto del COVID-19 sea el menor posible a nivel humano, social y económico.

El sector eólico es estratégico para muchos países del mundo. El esfuerzo es máximo para que los parques eólicos puedan continuar produciendo electricidad, las fábricas sigan suministrando componentes, los parques en construcción continúen sus obras y las empresas de servicios puedan llevar a cabo su función de soporte a la industria.

El esfuerzo del sector eólico se traduce en una producción de electricidad segura y eficiente, y una cadena de suministro solvente. En los primeros 20 días de marzo (1-20/Marzo 2020), la eólica ha producido 4.261 GWh, un 25% más que el mismo periodo de 2019 en España.

La dependencia de las empresas de la cadena de suministro europea y mundial de las materias primas y los componentes es relativa en comparación a otros mercados, mucho más expuestos. A medida que el virus COVID-19 se ha extendido por los distintos continentes, se podrían crear ciertos retrasos en algunos servicios, pedidos y en la logística.

Entonces, se habla de posibles retrasos, no de pérdida de la actividad. No obstante, según el análisis reciente de WindEurope, los efectos serán moderados en las cadenas internacionales de suministro de la eólica. Actualmente, es demasiado pronto para juzgar los efectos en la producción y en los ingresos del sector.

Lo que sí es cierto es que las empresas cuentan con gran capacidad de resiliencia como se ha demostrado en épocas pasadas. Y la resiliencia cobra valor cuando hay que gestionar situaciones tan excepcionales como la provocada por la crisis sanitaria actual.

La industria eólica, como el resto de las industrias, gestionará el efecto del COVID-19. Es responsabilidad de todos que el impacto sea el menor posible.

La mayoría de los proyectos que están en marcha no están sujetos a plazos administrativos cerrados de finalización, como era el caso de las últimas subastas, aunque sí que puede haber trámites administrativos, como el acceso y conexión a la Red o las autorizaciones de explotación, que al quedar suspendidos, habrá que retomar una vez se abandone el estado de alarma.

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Fecha de publicación: 20/03, 2:28 pm