Entró en vigencia la obligación de reciclar ropa en la Unión Europea

Desde el 1 de enero de 2025, todos los países de la Unión Europea están obligados a implementar sistemas que aseguren la separación de textiles para su reutilización o reciclaje, tal como lo establece la Directiva Marco de Residuos en vigor desde 2008. Esta medida busca enfrentar el desafío del elevado volumen de residuos textiles generados anualmente en la región.

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Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), cerca del 28% de la ropa y el calzado usados en la UE son separados para su reutilización o reciclaje. Sin embargo, la mayoría de los textiles desechados aún terminan como residuos domésticos mezclados, dificultando su aprovechamiento.

En 2020, se generaron aproximadamente 16 kilos de residuos textiles por persona en la UE, de los cuales solo 4,4 kilos fueron gestionados de forma adecuada. Además, el 82% de estos residuos provenían de consumidores finales.

Qué implica la medida de la Unión Europea

En respuesta a este desafío, la Comisión Europea propuso revisar la Directiva Marco de Residuos para obligar a los productores de textiles a asumir la responsabilidad completa del ciclo de vida de sus productos, desde el diseño hasta la gestión de residuos. Aunque muchos países de la UE ya cuentan con sistemas de separación, estos se centran principalmente en textiles reutilizables, dejando espacio para mejorar las capacidades de clasificación y reciclaje.

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Los puntos clave sobre lo que implica la medida:

• Obligatoriedad: Desde el 1 de enero de 2025, todos los países de la UE deben contar con sistemas que aseguren la gestión separada de residuos textiles para su reutilización o reciclaje.
• Objetivo de la Directiva Marco de Residuos: Garantizar que una mayor parte de los residuos textiles generados en la UE se recicle o reutilice en lugar de terminar como residuos domésticos mixtos.
• Responsabilidad del productor: Los productores de textiles tendrán que hacerse responsables del ciclo de vida completo de sus productos, desde su diseño hasta la gestión de residuos.
• Reciclaje de textiles: Actualmente, solo un 28% de la ropa y calzado usados se recogen por separado. La nueva normativa busca aumentar esta cifra para fomentar una economía más circular.
• Mejorar la clasificación y reciclaje: La medida busca ampliar la capacidad de clasificación y reciclaje para asegurar un uso más eficiente de los textiles.
• Exportación de ropa usada: En países como España, una gran parte de la ropa usada no es reciclada localmente, sino que es exportada a países del sur global, lo que plantea desafíos adicionales para la gestión sostenible de residuos textiles.
• Impacto ambiental: Se espera que la medida reduzca el impacto ambiental de la industria textil, promoviendo el reciclaje y la reutilización en lugar de la eliminación masiva.