Energía y movilidad: ¿cuánto contamina extraer petróleo y convertirlo en nafta o diésel?
Como algunos ya sabrán, el proceso de extracción y refinado del petróleo para obtener gasolina y diésel es muy contaminante.
En muchas ocasiones, algunos expertos tratan de desacreditar los beneficios ecológicos del coche eléctrico basándose en premisas como la contaminación derivada de la generación de la electricidad, o en las emisiones resultantes de la construcción de las baterías de este tipo de vehículos.
Sin embargo, a la hora de comparar los coches eléctricos con los térmicos, siempre se tienen en cuenta exclusivamente las emisiones directas de los motores de combustión interna.
Como algunos ya sabrán, el proceso de extracción y refinado del petróleo para obtener gasolina y diésel es muy contaminante. Pero, ¿hasta qué punto?
Esta pregunta la ha tratado de responder Auke Hoekstra en un artículo recientemente publicado en Innovation Origins. Para su sorpresa, después de investigar ha descubierto que este proceso es todavía más perjudicial para el medio ambiente de lo que creía inicialmente.
Basándose en un estudio que cubría el 98% de la producción mundial de petróleo, Hoekstra constató que extraer un barril de petróleo supone unas emisiones de unos 63 kg de dióxido de carbono (10,3 gramos de dióxido de carbono por MJ).
A esto habría que sumar el proceso de refinado, que supone agregar 10,2 gramos de dióxido de carbono por MJ para la gasolina y 5,4 gramos de dióxido de carbono por MJ para el diésel.
Sin embargo, estos últimos números se corresponden con las refinerías de la Unión Europea, más eficientes que las del resto del mundo, por lo que posiblemente los valores de emisiones globales asociados al proceso de refinado de petróleo sean superiores.
Siguiendo con el caso concreto de Europa, para transportar el combustible y el diésel a gasolineras habría que añadir algo más de 1 gramo de dióxido de carbono por MJ.
A todo esto habría que sumar las emisiones resultantes de quemar el combustible en nuestro vehículo (de media unos 2.420 gramos por litro para la gasolina y 2.670 gramos por litro para el diésel). En resumen, a las emisiones de escape de un vehículo habría que añadir bien un 30% (gasolina), bien un 24% (diésel) de emisiones «del pozo al depósito».
Dicho de otra forma, un coche de gasolina emite de media unos 3.140 gramos de dióxido de carbono por litro, mientras que un coche diésel se va a 3.310 gramos por litro (recordemos que sin embargo las emisiones de los diésel en relación a la distancia recorrida son menores porque su consumo de combustible es inferior).