El tesoro otoñal que tenés en casa y todavía no descubriste: cómo ayuda al ambiente

Estamos en otoño y seguro que tenés miles en tu patio, terraza, hasta incluso se pueden ver de todos colores en las veredas. Sí, hablamos de las hojas secas que son un verdadero tesoro para cuidar el medioambiente.

Según especialistas y ambientalistas insisten en que estos residuos naturales no deben considerarse basura. Por el contrario, se trata de un recurso valioso para la salud del suelo, la biodiversidad urbana y la jardinería sustentable.

¿Para qué se pueden usar las hojas secas?

Las hojas caídas funcionan como una capa protectora que mantiene la humedad del suelo, evita la erosión y proporciona refugio a insectos beneficiosos como lombrices, escarabajos y polinizadores. Además, al descomponerse, devuelven nutrientes esenciales a la tierra, favoreciendo el crecimiento de nuevas plantas.

Las hojas secas son un verdadero tesoro para cuidar el medioambiente.

Entre lo principal se destaca:

  • Compostaje: Las hojas secas son ideales para hacer compost, ya que aportan carbono y equilibran la humedad de los residuos húmedos como restos de cocina.
  • Acolchado o mantillo: Utilizar hojas como cobertura del suelo ayuda a conservar la humedad, suprimir malezas y proteger las raíces del frío.
  • Tierra de hoja: La hojarasca parcialmente descompuesta se puede usar como sustrato en huertos y viveros, mejorando la fertilidad del suelo
Las hojas caídas funcionan como una capa protectora que mantiene la humedad del suelo, evita la erosión y proporciona refugio a insectos beneficiosos.

«Muchas veces las barremos, embolsamos y descartamos, sin darnos cuenta de que estamos tirando un fertilizante natural», explicó Carla Morante, ingeniera agrónoma y asesora en espacios verdes. Y sumó: «Incluso en patios y balcones, las hojas pueden aprovecharse como base para compostaje casero o cobertura de macetas».

Recoelcción colectiva

Organizaciones ambientales, como la Red Verde CABA, promueven campañas informativas para cambiar la percepción sobre este recurso. “Hay una oportunidad educativa en cada baldosa cubierta de hojas. Enseñamos a verlas no como suciedad, sino como parte del ciclo natural de la vida urbana”, señalaron desde la red.

Los vecinos también están comenzando a cambiar su actitud. En barrios como Villa Ortúzar o Parque Patricios, grupos comunitarios recolectan hojas para usar en huertas barriales o talleres escolares de compost.

Frente a un contexto de crisis climática y necesidad de soluciones sostenibles, las hojas otoñales aparecen como un recurso humilde pero poderoso. Tal vez el verdadero tesoro del otoño no esté escondido, sino justo ahí, bajo nuestros pies.

EconoSus: Equipo de redacción de Economía Sustentable. Brindamos información sobre empresas y gobiernos responsables en mejorar la calidad de vida y favorecer el desarrollo social sustentable.