El crecimiento de algas en lagos patagónicos genera preocupación por su impacto ambiental
Impulsado por el incremento de nutrientes en el agua, podría tener consecuencias graves para el ecosistema local, según estudios recientes.
Los lagos de la Patagonia enfrentan un aumento considerable en la proliferación de algas en sus costas, un fenómeno relacionado con el incremento de nutrientes en el agua que podría generar graves consecuencias ambientales en las próximas décadas. Esta problemática fue identificada en un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA), dependiente del CONICET y la Universidad Nacional del Comahue (UNCo).
El informe, que será próximamente publicado en la revista científica británica Inland Waters, revela que en los últimos 30 años las concentraciones de compuestos como el nitrógeno y el fósforo aumentaron hasta 7,4 veces. Además, el estudio encontró diferencias entre los nutrientes que favorecen las floraciones algales en las costas y los que afectan a las zonas más profundas de los lagos.
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“Actualmente no enfrentamos consecuencias graves, pero si esta tendencia continúa, los problemas comenzarán a manifestarse”, señaló Facundo Scordo, doctor en geografía y autor principal del estudio, en diálogo con Diario Río Negro. Scordo alertó sobre los posibles impactos en actividades turísticas, recreativas, y en la potabilización del agua, advirtiendo también sobre cambios ecológicos que podrían afectar a insectos, peces y la calidad del agua para consumo humano.
El equipo del INIBIOMA llevó a cabo experimentos en los lagos Gutiérrez, Mascardi, Guillelmo, Puelo, Steffen, la laguna Huala Hué y Las Mercedes, utilizando sensores y muestras de agua. Los resultados indicaron que las algas en las costas crecen principalmente debido al aumento de nitrógeno, mientras que las algas en el centro de los lagos requieren tanto fósforo como nitrógeno para prosperar.
“Después de 21 días de experimentación con agua embotellada y nutrientes, observamos mayor biomasa en las costas que en las zonas profundas. Esto sugiere diferencias en las especies de algas, algo que investigaremos en futuras etapas del estudio”, explicó Scordo.
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En el lago Puelo, la proliferación algal se atribuye a los desechos cloacales generados por el crecimiento poblacional en la cuenca del río Azul, mientras que en el lago Steffen, las cenizas de incendios forestales en 2022 son las responsables del aumento de nutrientes. A nivel global, los investigadores señalan la deposición atmosférica de nitrógeno, derivada de actividades humanas como el uso de vehículos y procesos industriales, como otro factor relevante.
El equipo tiene como objetivo ampliar sus estudios para identificar las comunidades específicas de algas y analizar lagos más superficiales en la región de la meseta. También planean instalar más sensores en los lagos patagónicos para obtener datos sistemáticos sobre las variaciones químicas del agua.
“El propósito es obtener lecturas cada 10 minutos para comprender mejor los cambios en la composición del agua. Sin embargo, el alto costo de estos dispositivos, que superan los mil dólares cada uno, limita su implementación a gran escala”, explicó Scordo, quien actualmente trabaja en una universidad de Estados Unidos que proporcionó los equipos utilizados en el estudio.