Desarrollan una idea para aprovechar los canales de Mendoza y generar energía
Con ideas tomadas de la aeronáutica, el proyecto promete cambiar la forma de generar energía en zonas rurales.
En Mendoza, los canales de riego no solo forman parte del paisaje: son parte de su identidad. Atraviesan ciudades, fincas y viñedos, llevando agua donde antes solo había desierto. Ahora, un grupo de investigadores del CONICET busca que esas mismas acequias transporten algo más que agua: energía.
El ingeniero aeronáutico Mauro Grioni, becario posdoctoral del CONICET en el Instituto de Mecánica Estructural y Riesgo Sísmico (IMERIS) de la Universidad Nacional de Cuyo, trabaja en el diseño de turbinas hidrocinéticas (THC) capaces de generar electricidad a partir del flujo de esos canales. Su iniciativa le valió la Distinción Franco-Argentina en Innovación 2024, en la categoría Junior, otorgada por el CONICET y la Embajada de Francia, con el apoyo de TotalEnergies Argentina.
El proyecto busca aprovechar una fuente energética ya existente y en constante movimiento, pero hasta ahora desaprovechada. Mendoza cuenta con más de 12.000 kilómetros de canales de riego, en su mayoría destinados a la producción agrícola y vitivinícola. Si parte de ese caudal se utilizara también para generar electricidad, el potencial sería enorme: bodegas, fincas y viviendas rurales podrían autoabastecerse e incluso aportar energía al sistema interconectado nacional.
De los aviones a los canales
A diferencia de las represas, las turbinas hidrocinéticas no requieren diques ni embalses: se instalan directamente en el flujo del agua, lo que reduce costos de obra y minimiza el impacto ambiental.
“Este tipo de turbinas permitiría generar energía localmente, reducir las pérdidas por transmisión y descentralizar la producción”, explica Grioni.
La propuesta parece sencilla, pero detrás hay años de ingeniería aplicada y simulaciones computacionales. La THC desarrollada por el investigador mendocino incorpora winglets, pequeñas aletas ubicadas en los extremos de las alas de los aviones, una innovación directamente inspirada en la aeronáutica, su campo de origen.
En el ámbito de la aviación, los winglets cumplen una función clave: reducen la resistencia aerodinámica y mejoran la eficiencia del vuelo al minimizar los vórtices de aire que se generan en las puntas de las alas.
Aplicados a una turbina, el principio es similar: disminuyen las pérdidas de energía en los extremos de las palas y aumentan el rendimiento general del sistema.
“En las turbinas eólicas, estos dispositivos ya demostraron mejoras de hasta un 10 % en la eficiencia”, explica Mauro Grioni. “En las hidrocinéticas esperamos resultados incluso mayores, porque el flujo de agua confinado en los canales amplifica ese efecto».
El diseño del prototipo se valida actualmente mediante simulaciones de dinámica de fluidos computacional (CFD), una herramienta que permite optimizar la geometría de la turbina en función de las condiciones reales de los canales mendocinos.
Una vez concluida esta etapa, el equipo avanzará en la construcción de un prototipo funcional para realizar los ensayos experimentales. “Con el prototipo validado y optimizado, el objetivo a mediano plazo -entre tres y cinco años- es introducir esta tecnología en el mercado, a través de alianzas con gobiernos locales, cooperativas agrícolas, entes energéticos y organismos vinculados a la gestión de los canales de riego”, anticipa el investigador.