De la “Ley Conan” a la “Ley Carpincho”: cómo son los proyectos que buscan proteger a los animales del maltrato
Por separado, el oficialismo y la oposición buscar impulsar proyectos en el Congreso. ¿Qué plantean y qué ley rige hoy para la protección de los animales?
El cariño por las mascotas aumentó en los últimos años y, de hecho, cada vez es más común que los negocios dejen entrar a los clientes con sus mascotas. Incluso, recientemente se conoció un estudio que confirma que Argentina es uno de los países del mundo con más mascotas por persona.
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De hecho, el tema de la protección de animales generó una ola de proyectos en el Congreso, en línea con el conocido fanatismo del presidente Javier Milei por los perros.
El primero de los proyectos fue presentado semanas atrás por el diputado del PRO, Damián Arabia, conocido popularmente como “Ley Conan”, en referencia al mastín inglés de Milei, que acompañó al hoy presidente hasta 2017.
Entre otras cuestiones, el proyecto Conan propone una pena de prisión de 6 meses a 3 años y multa de 5 a 20 veces el valor del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) para quien maltrate a un animal.
También, establece que el Día del Animal -que se celebra cada 29 de abril pasará a ser una jornada de reflexión en todas las escuelas del país. La iniciativa la presentó el legislador del PRO, Damián Arabia, en enero pasado, cuando se conoció el caso del chofer de un micro que atropelló apropósito a un perro.
Ante esa situación, el propio Milei compartió el video del hecho para ayudar a encontrar al culpable: “Cualquier información que sepan comenten, que este miserable pagará con lágrimas lo que hizo”, escribió en el posteo el presidente.
También, desde el radicalismo, el diputado de la UCR por Corrientes, Manuel Aguirre, propone ampliar la pena de prisión de 1 año a 2 años en los casos de maltrato animal causado dolosamente.
Además, prohíbe el uso de drogas con animales sin propósitos terapéuticos, asegurando que cualquier tratamiento farmacológico sea justificado y necesario para la salud del animal.
Aguirre explicó a Economía Sustentable que el proyecto “busca ampliar la ley de protección animal, incluyendo acciones como la falta de alimentación adecuada, el uso de instrumentos que causen castigos innecesarios y dolorosos e incrementa las penas para quiénes cometan delitos contra animales”.
“En lo que hace al cuidado animal y la producción lo que hace es determinar específicamente que no serán comprendidos en dicha ley las prácticas desarrolladas por los establecimientos agropecuarios en cumplimiento de normas sanitarias y las correspondientes a la actividad productiva… esto se deja bien especificado para que no quede ningún vacío en la Ley y tampoco no quede ningún gris que de lugar a distintas interpretaciones…”, afirma el diputado radical.
Según una encuesta realizada por la consultora Kantar, Argentina es el país con mayor cantidad de mascotas por habitante en el mundo. Mientras la media global es 56%, aquí trepa al 80%. Luego se ubican México, Rusia y Estados Unidos.
¿Qué ley rige actualmente para la protección de animales?
En 1891, se promulgó la Ley N° 2786, posteriormente conocida como la “Ley Sarmiento”, en honor a uno de sus impulsores.
Se trata de una norma, que fue pionera en su tiempo, y representó el primer gesto por establecer disposiciones legales que sancionan los actos punibles relacionados con el maltrato hacia los animales.
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Asimismo, solicitó la intervención del Estado Nacional para la creación de veterinarios públicos y gratuitos, marcando así un hito en el reconocimiento de la importancia del bienestar animal.
De todos modos, en la actualidad, la única normativa penal vigente en esta materia es la Ley N°. 14.346, promulgada en 1954.
Esta ley castiga el maltrato y la crueldad hacia los animales pero carece para el contexto actual de distinciones específicas y no contempla los avances que se han producido en el campo de la protección animal.
¿Qué propone el proyecto de ley Conan?
- Eleva la pena actual -que es de 15 días hasta un año de prisión- por maltrato animal a seis meses como mínimo y cinco años como máximo a quien “infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los animales”.
- Incorpora también una multa de cinco a treinta veces el valor del salario mínimo vital y móvil, que en mayo fue de $234.315,12. – Fija prisión de dos años hasta seis años y una multa de 100 a 200 veces el salario Mínimo Vital y Móvil al que matare a un animal infligiéndole malos tratos, haciéndolo victima de actos de crueldad o por mera perversidad.
- La misma pena se establece a quien abuse o facilite el abuso sexual de un animal mediando acceso carnal o empalamiento; quien los torturare u ocasionare sufrimientos o quien le mutilare cualquier parte del cuerpo.
- Extiende el listado de actos que serán considerados como maltrato e incorpora el empleo de “animales en tareas que excedan sus fuerzas, sean inapropiadas en base a su aptitud, estado físico y/o les provoquen castigos, dolores o sufrimientos”.
- Fija además como maltrato el “no procurar atención médica veterinaria”, “limitar de manera constante en el tiempo su movilidad en áreas por cuyas dimensiones o exposición a temperaturas extremas, sea frío o calor intenso, representen un peligro para su salud o les impida expresar su natural comportamiento”, así como “abandonar a un animal bajo su responsabilidad en la vía pública o en predios públicos o privados, exponiéndolo a condiciones de desamparo, falta de higiene, carencia alimentaria o evidentes problemas de salud”.
Otra ley contra el maltrato animal: la ley Carpincho
La proliferación de los conflictos en los countries o barrios cerrados por la presencia de carpinchos también desató otra polémica. En ese sentido, esta vez desde la oposición, la diputada de UP, Natalia Zaracho, presentó una iniciativa para proteger a los carpinchos, que en su mayoría están habitando en los countries del conurbano bonaerense.
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A través del proyecto, la diputada bonaerense e integrante del movimiento cartonero, busca la protección y preservación de la fauna autóctona, en particular de las capibaras o carpinchos y prohíbe el uso de electrificados, trampas o cualquier otro método que implique la muerte, el daño o el maltrato y expulsión de su hábitat natural.
La iniciativa, según Zaracho, “surge de la necesidad imperiosa de proteger la fauna autóctona en todo el territorio nacional, con particular atención en los carpinchos, que han sufrido y continúan sufriendo graves daños debido al uso de alambres electrificados, y otros métodos de maltrato y expulsión, en los countries y barrios cerrados”.
Para la diputada de UP, “estos dispositivos, utilizados con el fin de incrementar la seguridad perimetral, representan una amenaza letal para los animales, que, atraídos por la vegetación y el agua presentes en estos desarrollos urbanísticos (emplazados muchas veces en su hábitat natural), terminan electrocutados al entrar en contacto con los alambres, son arrollados por autos o víctimas de armas de fuego o cortantes”.
Recuerda que hace unos meses en el barrio privado Nordelta en la provincia de Buenos Aires y otras zonas del país, la interacción entre carpinchos y seres humanos ha generado controversia.
En Nordelta, por ejemplo, la proliferación de carpinchos ha llevado a conflictos con los residentes, quienes, en algunos casos, han instalado alambres electrificados que resultan en heridas y muertes de estos animales.
“Este problema no es aislado; en varias localidades los carpinchos enfrentan barreras similares que ponen en riesgo su supervivencia”, asevera la diputada.
Asimismo, para Zaracho “es importante considerar que estos desarrollos urbanísticos suelen asentarse interfiriendo el hábitat natural de las especies, correspondiendo que en la planificación ponderen la convivencia armoniosa con las especies silvestres de la zona”.
El carpincho es un roedor herbívoro anfibio, que por su tamaño resulta el mayor de los roedores vivientes. Está presente en Panamá y gran parte de Sudamérica, hasta el sur de la provincia de Buenos Aires.
Se trata de una especie ampliamente distribuida y sin problemas de conservación aunque en algunas regiones se han reducido sus poblaciones, debido a la fuerte presión de caza que sufre por el consumo de su carne y el aprovechamiento del cuero en marroquinería.
