Creó un juguete para que dure 400 años y logró reciclar toneladas de plástico
Se trata de José María Rodríguez, quien fabrica y enseña a armar su “ecoguardián”. Su objetivo es conseguir “aliados para llevar el mensaje” del cuidado del planeta.
Un diseñador ecológico de Carmen, un pueblo de Santa Fe, comenzó un emprendimiento y creó un juguete para que dure 400 años y tiene el objetivo de conseguir “aliados para llevar el mensaje” del cuidado del planeta.
Botito, el robot “ecoguardián” que creó José María Rodríguez y su compañera de vida, Daniela Czajkowski, fue hecho con plástico recuperado para tener un impacto positivo en la Tierra.
Rodríguez es un diseñador ecológico de Carmen, un pueblo de Santa Fe, y comenzó un emprendimiento de la marroquinería en 2010, cuyos productos siempre fueron fabricados con materiales rescatados para “resignificar los residuos de este tipo de industrias”, explicó en diálogo con TN.
Su vocación ambientalista lo motivó a diseñar un producto ecológico para presentarlo en un concurso y ganó, pero el diseño tenía una falla que solo podía solucionarse con una máquina traída de Bélgica, algo que no podía costear.
Al verse el proyecto truncado por dicha falla, junto a su compañera de vida repensaron el prototipo y crearon al “ecoguardián” Botito hace unos siete años.
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Se trata de un robot hecho con plásticos recuperados, tapitas, envases de champú, bidones y otros, y las partes se unen con cordones: “Con Bo-tito, resignificamos el plástico de uso cotidiano”, aclaran. “Nosotros evitamos que se tire para que vaya a parar a un basural abierto”, agregan.
Ante la pregunta de por qué un robot, Rodríguez comenta: “Todos, en algún momento, tenemos la fantasía, desde los 0 a los 99 años, que un robot nos ayude en alguna tarea que no nos gusta o para la que necesitamos un apoyo”.
“El plástico tarda 400 años en degradarse. En realidad, lo que estamos haciendo a través de este proyecto es tirar un mensaje 400 años para adelante, poder pedirles perdón a nuestros humanos de 400 años en el futuro y mostrarles que hubo un grupo de personas que trató de hacer las cosas diferente”, remarca.
“Estamos preocupados por que la gente se eduque respecto de temas ambientales, que realmente entienda que va a resignificar residuos, lo que puede ser no solamente bueno para el planeta, sino que puede tener un impacto social donde ayudamos a un tercero, y también puede tener, por supuesto, un rédito a través de la venta, como es nuestro caso”, comenta.
Junto con su equipo, visita escuelas, empresas con responsabilidad social, municipios e hizo intervenciones en espacios públicos. Ahora, tienen la meta de convertir a las personas en “aliados para llevar el mensaje”.
Cabe destacar que los Bo-titos ya han viajado por distintas provincias del país y también al exterior, a Uruguay, México, Colombia y a Rapa Nui o Isla de Pascua (Chile). También dio una charla TED en Casilda, Santa Fe, hace dos años.
“Los abuelos lo están tomando como un juguete de apego. No solo tiene que ver con lo pedagógico y lo didáctico, sino que también estamos creando un elemento de sentimiento en algo que cualquiera puede construir con sus manos. Lo que nosotros decimos es que Botito no solo puede rescatar 10 kilos de plástico, sino que puede brindar a cada persona que lo tiene un momento único”, concluyen.