Por primera vez, un vehículo explorador logró registrar señales acústicas y electromagnéticas de descargas eléctricas durante intensas tormentas de polvo en Marte. El rover Perseverance de la NASA detectó estos fenómenos en 55 ocasiones a lo largo de dos años marcianos, resolviendo una incógnita que durante décadas intrigó a la comunidad científica. Aunque en la Tierra este tipo de descargas suele estar vinculado a rayos generados por la fricción de partículas en la atmósfera, en Marte solo se sospechaba su existencia: nunca habían sido confirmadas. Estas son las imágenes que grabó la NASA En nuestro planeta, estas descargas surgen principalmente por la turbulencia que crea carga estática en las nubes, aunque también pueden darse en nubes volcánicas o tormentas de arena. La atmósfera marciana, delgada, fría y dominada por dióxido de carbono, parecía poco favorable para estos procesos, pero los nuevos registros prueban lo contrario. El equipo encabezado por Baptiste Chide, de la Universidad de Toulouse, analizó grabaciones del micrófono SuperCam de Perseverance, capaz de registrar tanto sonidos como interferencias electromagnéticas. Tras revisar 28 horas de audio, identificaron 55 eventos asociados a descargas eléctricas, de los cuales siete mostraron toda la secuencia de señales. En esos casos, primero apareció un leve “blip” electrónico -producido por la interferencia en el cableado del micrófono-, seguido por un “ringdown” de unos 8 milisegundos y, finalmente, un pequeño estallido sónico generado por la rápida expansión del aire calentado, algo así como un mini trueno. La NASA grabó descargas eléctricas en Marte y las imágenes son impactantes Cómo hizo la NASA para validar los hallazgos Para validar el hallazgo, los científicos replicaron los experimentos en la Tierra usando un SuperCam idéntico y obtuvieron patrones acústicos y electromagnéticos iguales a los registrados en Marte. También descubrieron que la generación de electricidad no depende solo del polvo, sino que se vincula a vientos intensos, en especial en frentes de tormentas y remolinos. Las descargas observadas fueron, en su mayoría, muy débiles: sus energías variaron entre 0,1 y 150 nanojulios. Solo una alcanzó un valor mucho más alto, de 40 mil julios, probablemente por carga acumulada en el propio rover que luego se descargó hacia el suelo. A modo de comparación, un rayo típico en la Tierra libera cerca de mil millones de julios, lo que demuestra cuán pequeñas son estas descargas marcianas. El reciente descubrimiento de la NASA en Marte no solo amplía nuestro conocimiento sobre la atmósfera del planeta rojo, sino que también ofrece información clave para proteger la tecnología que se utilizará en futuras misiones. Comprender cómo y por qué se generan estas descargas ayuda a perfeccionar los modelos que describen las reacciones químicas marcianas, muchas de las cuales podrían depender directamente de estos fenómenos eléctricos. A su vez, algunos científicos plantean que estas descargas podrían tener un rol en la posibilidad de vida en Marte, del mismo modo que en la Tierra se cree que los rayos aportaron componentes esenciales para el surgimiento de la vida. Como señala el equipo liderado por Baptiste Chide, este hallazgo abre un nuevo campo de estudio sobre la atmósfera marciana y motiva el desarrollo de modelos más completos para explicar los procesos eléctricos y sus efectos en el entorno marciano. El rover Perseverance registró por primera vez señales acústicas y electromagnéticas de descargas eléctricas en tierras marcianas El rover Perseverance, que aterrizó en el cráter Jezero en febrero de 2021, forma parte central de esta investigación. Su misión es buscar indicios de vida microbiana pasada y recolectar muestras para su análisis futuro en la Tierra. Equipado con instrumentos como el micrófono SuperCam, el helicóptero Ingenuity y el experimento MOXIE -capaz de producir oxígeno a partir del aire marciano-, Perseverance continúa aportando datos fundamentales. Los recientes resultados, publicados en la revista Nature, marcan un nuevo hito en la exploración marciana y abren interrogantes sobre la dinámica atmosférica y la potencial habitabilidad del planeta.
