Vivir dentro de hongos: la micotectura, la revolución ecológica que cautiva a la NASA
La micotectura es un innovador método de construcción que utiliza hongos para crear materiales sostenibles y económicos.
La micotectura es una revolucionaria técnica de construcción que emplea hongos para crear materiales ecológicos y sostenibles. Utilizando el micelio, la red subterránea de filamentos de los hongos, es posible fabricar ladrillos y paneles a partir de residuos orgánicos como madera o paja.
Este proceso no solo aprovecha desechos, sino que también da lugar a materiales ligeros, resistentes y biodegradables, proporcionando una alternativa más ecológica y económica frente a los materiales convencionales.
Christopher Maurer, un arquitecto entusiasta de los hongos, defiende que el micelio, los filamentos que actúan como raíces de los hongos, es fundamental en la construcción. Este material, además de ser ignífugo, resistente al moho y al agua, tiene una dureza que puede superar la del hormigón con un peso equivalente.
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Su proceso de fabricación, aunque más lento que el de soluciones constructivas tradicionales como el hormigón, es relativamente sencillo. Solo es necesario inyectar el micelio vivo en un sustrato orgánico, lo que permite que crezca y tome la forma deseada.
Luego, tras un tratamiento térmico que detiene el crecimiento, el material se endurece y queda listo para su uso. Además, el sustrato puede fabricarse a partir de diversos desechos, que van desde restos agrícolas hasta materiales derivados de demoliciones. El micelio, por su parte, puede adaptarse a cualquier forma según el molde utilizado.
La torre Hy-Fi, diseñada por el arquitecto David Benjamin, fue construida con diez mil ladrillos de micelio como parte de una exposición en el MoMA, el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Sin embargo, Maurer está trabajando en conceptos más avanzados para llevar la arquitectura sostenible a nuevos niveles.
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El interés de la NASA
Marte, con su difícil acceso a materiales de construcción, es el escenario perfecto para explorar soluciones innovadoras. Por eso, los proyectos centrados en el uso de hongos despertó un gran interés por parte de la NASA, que ve en la micotectura una alternativa viable para la construcción en otros planetas.
La agencia estadounidense está financiando una iniciativa que consiste en enviar algas y esporas de hongos al planeta rojo. Una vez allí, gracias al agua presente en el subsuelo, se podría fomentar el crecimiento de las algas. Posteriormente, el micelio se alimentaría de esta materia orgánica, produciendo los ladrillos o módulos necesarios.
Con la meta de establecer presencia humana en Marte para 2030, la carrera por desarrollar nuevas soluciones arquitectónicas para el planeta rojo ya está en marcha.
La micotectura está transformando nuestra visión de la construcción, abriendo el camino hacia un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Su enorme potencial es tan prometedor que incluso la NASA está explorando su uso para edificar hábitats en Marte y la Luna, aprovechando su capacidad para crecer con recursos locales y crear estructuras resistentes y ligeras.