Este es el combustible más raro del planeta que solo 1 de cada 20 mil vehículos lo utilizan
En Argentina, esta tecnología todavía no está disponible en el mercado. El Toyota Mirai representa un ejemplo de lo que aún no está accesible.
Desde vehículos eléctricos hasta motores que funcionan con amoniaco, se vio visto una variedad de innovaciones en los últimos años. Sin embargo, el hidrógeno se destaca como una de las tecnologías más prometedoras para el futuro, aunque también una de las menos comunes.
A pesar de sus beneficios ambientales y su potencial para transformar la industria automotriz, actualmente solo 1 de cada 20,000 autos en el mundo utiliza hidrógeno como fuente de energía.
En Argentina, esta tecnología todavía no está disponible en el mercado. El Toyota Mirai, uno de los modelos más emblemáticos que utiliza hidrógeno, representa un ejemplo de lo que aún no está accesible en el país.
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Qué significa tener un motor de hidrógeno
Los motores de hidrógeno operan de forma distinta a los motores de combustión interna tradicionales y a los motores eléctricos que utilizan baterías.
En lugar de quemar combustibles fósiles o almacenar energía en baterías, los vehículos de hidrógeno emplean una celda de combustible para generar electricidad.
Esta celda de combustible combina hidrógeno con oxígeno en un proceso electroquímico que produce electricidad, calor y agua como únicos subproductos. La electricidad generada es la que alimenta el motor eléctrico del vehículo.
Ventajas y desafíos del uso del hidrógeno
El hidrógeno como combustible ofrece varias ventajas notables. En primer lugar, es una fuente de energía extremadamente limpia.
Cuando se utiliza en una celda de combustible, el único subproducto es agua, lo que elimina las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes que se producen con la combustión de hidrocarburos. Además, los vehículos de hidrógeno pueden alcanzar una mayor autonomía en comparación con los vehículos eléctricos con batería.
Otro punto a favor es que estos vehículos pueden recorrer distancias mucho mayores con una sola carga, y los tiempos de recarga son similares a los de los automóviles de gasolina convencionales, permitiendo que estén listos en cuestión de minutos.
No obstante, el hidrógeno enfrenta desafíos significativos que han limitado su adopción a gran escala, como hemos observado en Argentina. Uno de los principales obstáculos es la infraestructura necesaria para soportar su uso.
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En la mayoría de los países, incluso en las economías avanzadas, hay una escasez significativa de estaciones de recarga de hidrógeno, lo que restringe severamente la viabilidad de los vehículos de hidrógeno para el uso diario.
Además, la producción de hidrógeno, especialmente de manera sostenible, resulta costosa y complicada. Aunque es factible producir hidrógeno a partir del agua mediante electrólisis, este proceso consume grandes cantidades de electricidad, lo que puede disminuir la eficiencia general si la electricidad no proviene de fuentes renovables.
¿Cuál es la situación en Argentina?
En Argentina, los vehículos de hidrógeno como el Toyota Mirai aún no están disponibles en el mercado. Esta situación se debe a la falta de infraestructura de recarga y a la limitada demanda de esta tecnología en el país.
En contraste, regiones como Japón y ciertas partes de Europa han realizado inversiones significativas en el desarrollo de una red de estaciones de hidrógeno. En Argentina, sin embargo, estas iniciativas aún no han avanzado.
Por ahora, el mercado argentino se enfoca en tecnologías más establecidas y accesibles, como los vehículos eléctricos con batería y los híbridos, que están comenzando a ganar popularidad. No obstante, es cuestión de tiempo para que estas tecnologías evolucionen.
Aunque en Argentina esta tecnología aún no está disponible, es probable que en el futuro cercano veamos un aumento en su adopción. A medida que se superen los desafíos actuales y se expanda la infraestructura necesaria, el uso generalizado de vehículos de hidrógeno podría hacerse realidad.
El Toyota Mirai sirve como un claro ejemplo de lo que el futuro podría ofrecer para la movilidad basada en hidrógeno. Todos seremos testigos de esta evolución a medida que avance la tecnología.