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Eón Arcaico

Un grupo de geocientíficos hallaron las rocas generadoras de los primeros continentes

Descubrieron lo que se llama un eslabón perdido sobre cómo se crearon los continentes del mundo, tal como se los conoce en la actualidad.

Científicos especializados en geociencias lograron descubrir un eslabón perdido en la enigmática narrativa sobre la evolución de los continentes, mediante el hallazgo científico de rocas que constituyen parte integral de la corteza primitiva del planeta Tierra.

Comprender cómo se formaron los continentes durante el Eón Arcaico (hace entre 4.000 y 2.500 millones de años) fue un desafío significativo, especialmente al tratar de identificar los componentes esenciales de la corteza terrestre primitiva. Durante este periodo, gran parte de la nueva corteza Arcaica estaba compuesta por una mezcla distintiva de tres tipos de rocas granitoides: tonalita, trondhjemita y granodiorita (TTG).

La dificultad radicaba en comprender los procesos geológicos involucrados en la formación de las TTG y los magmas a partir de los cuales surgieron, dado que entre su fusión inicial y su cristalización final se produjeron numerosos eventos geológicos. En este contexto, los geólogos anteriores se centraron en la composición de oligoelementos de estas rocas, buscando pistas sobre los magmas TTG y su origen.

El Dr. Matthijs Smit, profesor asociado y catedrático de investigación en el Departamento de Ciencias de la Tierra, los Océanos y la Atmósfera de la Universidad de Columbia Británica (UBC), lideró la investigación y explicó: «Rastreamos un conjunto específico de oligoelementos que no se ven afectados por la alteración y preservan impecablemente las firmas del magma original que formó la nueva corteza TTG».

Agregó que estos elementos permitieron retroceder en el tiempo a través de los cambios químicos experimentados por los magmas TTG, rastreando las composiciones fundidas hasta su estado y fuente iniciales, muy probablemente un tipo de gabro.

Smit también resaltó la conexión interesante con la vida cotidiana, mencionando que muchas personas tienen variedades de este tipo de roca como encimera de cocina, y señaló: «En cierto modo, muchas personas preparan su cena sobre el tipo de roca que fue responsable de la formación de nuestros continentes modernos».

La corteza Arcaica TTG sigue siendo una parte integral de los continentes en la actualidad, ocupando regiones significativas en América del Norte, como el interior de Canadá, entre el cinturón montañoso de la Cordillera en el oeste y los cinturones montañosos de Grenville y los Apalaches en el este.

En este sentido, Smit concluyó que el modelo presentado por su equipo explica de manera simple cómo los TTG, así como las rocas más jóvenes con las que suelen asociarse, resultaron del lento entierro, engrosamiento y fusión de la corteza precursora, que probablemente se asemejaba a las mesetas oceánicas. Este proceso llevó al desarrollo de la corteza continental, ya que continuó enterrándose y las rocas en su base se vieron obligadas a fundirse, creando los TTG que resultaron ser esenciales para la supervivencia y el crecimiento continental.

Este descubrimiento desafía la antigua teoría de que los TTG arcaicos se formaron en las primeras zonas de subducción de la Tierra, marcando un hito en el inicio de la tectónica de placas. Smit destacó que este hallazgo es crucial para entender la relación entre el inicio de la tectónica de placas y el magmatismo TTG en la formación de la nueva corteza continental. 

Utilizando datos de muestras de TTG de fragmentos cratónicos arcaicos de todo el mundo, recopilados durante las últimas tres décadas, el estudio proporciona una visión valiosa y sólida de la composición de estas rocas. Este extenso conjunto de datos ahora está disponible en el repositorio de datos geoquímicos de código abierto Geochemistry of Rocks of the Oceans and Continents, alojado en la Georg-August-Universität en Gotinga.

Fecha de publicación: 02/02, 12:14 pm