¿Cómo impactará el cambio climático en la industria vitivinícola?
En el “Café de las Ciencias” se abordó las consecuencias del efecto invernadero sobre el sector vitivinícola y los posibles escenarios a futuro.
Se prevé que para el año 2100 habrá un incremento de 3.3 grados, se modificará no solo la temperatura, sino que los centros ciclónicos y anticiclónicos.
Con este pronóstico se dio inicio al primer encuentro de julio del ciclo de divulgación científica llamado “Café de las Ciencias”, en esta oportunidad, sobre “¿Cómo afectará el cambio climático a los vinos del futuro?”, de la mano de la vicedirectora del Doctorado en Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO), Liliana Martinez; el docente-investigador en la Universidad de Burdeos, Josep Valls Fonayet; y la moderación del periodista científico, Martín De Ambrosio. La charla se transmitió en vivo por el canal de YouTube del C3.
El cambio climático se atribuye a la acción del hombre que altera la composición química de la atmósfera, que se suma a la variación natural del clima.
Los gases de efecto invernadero son los que lo producen, hay distintos gases uno de ellos es el dióxido de carbono, el metano, entre otros, los cuales absorben la radiación que ejerce la tierra, lo que determina un incremento de la temperatura.
“También la desforestación aumenta las emisiones por la combustión de la madera”, señaló la docente-investigadora del Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (IBAM-CONICET-UNCUYO), “si se continúa con estas mismas emisiones y se respeta el Acuerdo de París, para el año 2100 el incremento será de 3.3 grados”.
Impacto en la industria
Argentina es un país productor de uvas, es el quinto productor mundial de vino; la provincia de Mendoza tiene el 70% de la superficie cultivada de vid, y se encuentra bajo riego, dado que en la provincia llueve poco.
De acuerdo al pronóstico, en la región de Cuyo se auspicia un incremento de temperaturas en verano e invierno, un mayor número de noches tropicales (superior a los 20°), incremento en las temperaturas mínimas, que impactará negativamente en las plantas de uvas.
“Se va a dar también en las altas cumbres, lo que va a traer una disminución de precipitaciones de lluvias níveas. Los ríos se enriquecen con agua de deshielo, por tanto, los caudales serán menores, lo que significa menos agua para regar”, explicó Martinez.
El impacto alcanzará a la calidad de los vinos. “En el color, el sabor, el aroma, la textura, en la calidad, tendrá menor acidez y mayor tenor azucarino, es decir, vinos más alcohólicos”; también afectará a las uvas y las plantas, tanto la brotación como la floración.
“Se busca rendimiento y los compuestos fenólicos son sensibles a condiciones climáticas”, explicó Josep. Burdeos es una ciudad bastante lluviosa, la cual sujeta a esta predicción tendrá problemas de granizos. Al igual que Martinez, coincidió en que en un futuro se obtendrán “uvas con mayor cantidad de azúcar, menor acidez y la pérdida de aromas y compuestos fenólicos”.
Dentro de las posibles soluciones, el docente investigador identificó: “Sustituir variedades que no fueron optimizadas; adelantar el período de cosecha, observar la cantidad de azúcar, la madurez fenólica, buscar soluciones como cambiar de tipo de conducción de la viña, jugar con la poda, con las variedades, los clones”.
Además, señaló que en Burdeos se trabaja con variedades de origen controlado, donde el Merlot es la estrella. Respecto a la posibilidad de hacer modificación genética, la especialista argentina manifestó que “no es el camino. El mundo vitivinícola es muy conservador y no aceptaría una variedad modificada genéticamente pero sí caracterizar el impacto en las variedades y ver si habrá respuestas de adaptación, como, por ejemplo, cambiar altitudes”.
Asimismo, Valls Fonayet señaló que “se puede trabajar cruces entre variedades sin manipular la información genética”.
Una de los progresos es el rediseño de la geografía, “hay cultivos en una localidad en la provincia de Santa Cruz, llamada Los Antiguos, donde se cultivan variedades como Pinot Noir, Chardonnay; en Mendoza, en Tupungato, y en la provincia de Jujuy”; en cuanto recursos tecnológicos para los eventos extremos “se utilizan telas antigranizo, aviones que siembra las nubes y disminuyen el tamaño del granizo”, enumeró Martinez.
Café de las Ciencias
El “Café de las Ciencias” es un ciclo de charlas encabezado por un/a investigador/a francés/a y uno/a argentino/a con la participación del público en general, que se reúne para conversar sobre temas que giran en torno a la ciencia y la tecnología. Dado el contexto actual, las mismas se realizan de manera virtual por el canal de YouTube del C3, hasta nuevo aviso.
El ciclo está organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación junto al Institut français d’Argentine, la Embajada de Francia en Argentina, el Centro Cultural de la Ciencia C3 y la Alianza Francesa de Buenos Aires.
Liliana Martinez: Es docente-investigadora del Instituto de Biología Agrícola de Mendoza IBAM-CONICET-UNCUYO y vicedirectora del Doctorado en Ciencias Biológicas UNCUYO.
Josep Valls Fonayet: Es docente-investigador en la Universidad de Burdeos, Francia, y pertenece al Instituto de las Ciencias de la Viña y el Vino de dicha institución.