Agroecología en Argentina: 25 municipios ya la promueven, otros 30 buscan sumarse, y se aguardan definiciones políticas
Las jurisdicciones que abrazan esta alternativa se distribuyen entre las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y San Luis. Se espera la oficialización de la Dirección de Agroecología.
Con Merlo, San Luis, consagrado como el municipio número 25 en sumarse a la red, la producción extensiva e intensiva que propone la organización RENAMA sigue consolidándose como política en los distritos del interior. Y se espera la profundización de esta tendencia con la inminente oficialización de la primera Dirección de Agroecología impulsada por un gobierno nacional en la Argentina.
Los partidos y jurisdicciones que abrazan esta alternativa productiva con acento en el cuidado ambiental se distribuyen entre las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y San Luis.
Sin embargo, esta base se ampliará significativamente en el corto plazo dado que, según indicaron desde RENAMA a Economía Sustentable, ciudades y pueblos en Neuquén, Chubut, Formosa, Jujuy e incluso Misiones, ya explicitaron su interés por adherir a la propuesta.
Eduardo Cerdá, presidente de RENAMA e inminente director de Agroecología, comentó a este medio que, por estos días, “existen alrededor de 30 municipios que nos han pedido asesoramiento para integrarse a la red”.
“Estamos articulando charlas con productores y autoridades en las distintas provincias. Hablamos de cambiar el modelo de producción. Venimos de concretar una actividad así en Río Cuarto, Córdoba, y la idea es replicar ese intercambio de información y las capacitaciones en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, San Luis y Formosa. Confiamos en que ese acercamiento hará crecer el interés y motivará la decisión de migrar hacia la agroecología de más municipios y comunidades”, aseguró.
Cerdá sostuvo ante Economía Sustentable que, una vez consolidada la dependencia oficial, se trabajará en ayudar a productores, municipios, provincias e incluso universidades para que realicen experiencias o desarrollen líneas de investigación agroecológicas. Todo esto, desde la idea de fortalecer un modelo de producción capaz de mejorar la diversidad y el resguardo de los bienes comunes.
“La intención es aportarles herramientas a quienes quieran promover ese sistema, ayudar en la generación de ordenanzas de fomento a la agroecología, y también de uso responsable de las sustancias aplicadas. Esto último, teniendo en cuenta que es necesario disminuir de forma progresiva la cantidad de agroquímicos que se utiliza. Confiamos en poder poner a más profesionales en el territorio para mostrar que se puede producir de otra manera“, dijo.
Exaltación de la Cruz, Gualeguaychú, el mencionado Merlo, Guaminí, Bolívar, Lincoln, General Alvarado, Coronel Pringles, Salliqueló, Chabas, Saavedra, Tres Lomas, Coronel Suárez, Olavarría, Adelia María, Monte de los Gauchos y Pigüé, son algunos de los distritos y pueblos que, sumado a organizaciones como la Feria Agroecológica de Córdoba, de forma comunal o a través de grupos de productores ya abrazan este modelo de producción de alimentos.
La agroecología, bajo el modelo de la red en cuestión, promueve una disminución progresiva en el uso de plaguicidas y fomenta el uso de semillas de mayor calidad biológica. Fortalece, además, la biodiversidad a partir de concebir la labor en el campo como una interrelación de actividades que exceden al monocultivo. También propone la estabilidad económica y ecológica del sistema productivo.
Campo como ecosistema
Este sistema recupera la noción del campo como un ecosistema interrelacionado, con énfasis en la integración entre comunidades, agricultores, actividad de producción y ambiente. En la actualidad, la agroecología ya suma casi 100.000 hectáreas distribuidas en todo el país.
Las grandes extensiones de monocultivo que estimula el agronegocio consagrado demuestran tener enormes inconvenientes en lo que hace a deterioro de suelos y aumento en los costos de producción. Con pérdidas de hasta 50 por ciento de materia orgánica en casi toda la superficie productiva del país, según reconoce el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
La agroecología promueve la rotación de cultivos y, en a la par, una combinación con actividades como la ganadería para carne o tambo que justamente opera a contramano de esa disminución que reconoce el organismo oficial.
Por otro lado, el veto al uso de agrotóxicos que propone el sistema garantiza a los productores un ahorro económico considerable. Siempre según el INTA, suprimir las aplicaciones de herbicidas, insecticidas y fungicidas, además de restar el fertilizante artificial, reduce 60 por ciento los costos de producción de una hectárea de maíz o soja.
En Argentina, los establecimientos rurales que migraron hacia la agroecología ostentan rindes similares a los generados en campos convencionales que basan su actividad en la siembra de semillas híbridas o transgénicas y la aplicación de insumos químicos. Evidencian, también, un nivel de endeudamiento cercano a cero.