Envases comestibles: oportunidades y desafíos

Nuevas compañías están innovando para fabricar envases y vajillas comestibles, elaboradas a partir de proteínas, almidones o algas, detalla una reciente publicación de la revista Chemical & Engineering News (C&EN).

La idea del empaque comestible ha existido por un tiempo, pero ahora es el momento adecuado para que se profundice en la industria alimentaria. La preocupación por los desechos plásticos está creciendo a nivel mundial, y los artículos más comunes que terminan como basura y contaminan el océano están vinculados a los alimentos: envoltorios, pajitas, cubiertos, botellas y más.

El empaque comestible ofrece una gran oportunidad, pero también implica sus desafíos, ya que el plástico es difícil de superar como embalaje, por ser barato, ligero y versátil y tiene excelentes propiedades mecánicas. Mientras que, comer la envoltura de un alimento plantea problemas de higiene y de aceptación pública.

De todas maneras, algunas empresas ya han comenzado a utilizar estos embalajes, una de ellas es Notpla, que, durante la maratón de Londres de 2019, entregó a los corredores unas cápsulas de bebidas isotónicas hechas a base de algas marinas, llamadas Ooho. Aunque el envase es seguro y se puede tragar, los corredores podían desechar la película, ya que se biodegrada en un periodo de entre 4 y 6 semanas.

Asimismo, los envases sirven para salsas, aderezos y condimentos. Actualmente 65 restaurantes de Londres, que trabajan con la compañía Just Eat, ofrecen ketchup y otros condimentos en bolsitas Ooho, y Glenlivet vendió cócteles de whisky bajo este mismo sistema.

También la empresa Loliware, fabrica sorbetes a base de algas, los mismas duran 24 horas, luego de mojarse. Una vez usadas, pueden ser consumidas, o se degradarán en el embiente en 2 meses. Desde la compañía indican que apuestan a que sus sorbetes comestibles sean competitivos en precio con las de papel, que cuestan mucho más que las de plástico.

Los hoteles Marriott y Pernod Ricard comenzaron a usar estos sorbetes el año pasado, y Loliware planea fabricar 30 mil millones de ellos para fines de 2020.

Sin embargo, aún deben superarse los desafíos técnicos antes de que los envases comestibles puedan lograr un uso más generalizado. La humedad y el calor siguen siendo el principal problema de las películas comestibles, lo que dificulta el almacenamiento y el transporte a largo plazo.

Los investigadores y los expertos de la industria alimentaria están de acuerdo en que los envases comestibles requerirán una capa externa, al igual que los conos de helado se envuelven en papel y se venden en una caja. Esos materiales externos también podrían estar hechos de materiales compostables o sostenibles.

Para finalizar, los expertos, señalan el papel clave de los consumidores consientes, ya que a medida que aumente la demanda de estos envases, las empresas comenzarán a trabajar para cumplir con los estos estándares.

Según Transparency Market Research, la demanda de envases comestibles podría aumentar en promedio un 6,9% anual hasta 2024 y podría convertirse en un mercado valorado en casi $ 2 mil millones en todo el mundo.