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Nuevo combustible: investigadores crean biodiesel a partir de restos de comida

Según el equipo de científicos de la universidad, el biocombustible obtenido es apto para los motores de todo tipo de vehículos.

Biocombustible a partir de los ácidos grasos provenientes de los desperdicios de alimentos de restaurantes. Esto es lo que ha conseguido un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba, España, con lo que quieren demostrar que es posible un método de menor coste energético y más sostenible para la obtención de gasóleo de origen vegetal.

La investigación, publicada en la revista científica Fuel, demuestra que la grasa de los desperdicios de comida es adecuada para la producción de un biodiésel que cumple las propiedades fundamentales de la norma europea y que se obtiene con un importante ahorro de energía y tiempo de reacción.

Precisamente, en este último apartado se ha logrado un ahorro importante de tiempo, reduciendo de una a hora a 20 minutos el tiempo dedicado a la transformación de los ácidos grasos en biodiésel, mediante una reacción llamada transesterificación, una técnica que transforma los ácidos grasos en un compuesto denominado alquilo, es decir, el biodiesel, incluyendo el ultrasonido en el proceso. 

Esta técnica es más sostenible que la convencional ya que requiere menor cantidad de catalizador, habitualmente muy contaminante. Además, el ultrasonido es más rápido, lo que reduce el consumo de energía necesario para la transformación.

Reducir, reciclar y reutilizar

“El aceite que hemos obtenido procede tanto del contenido lipídico de la propia comida desechada como de aceites ya usados, grasas, carnes, sebo de cordero y aceite de pescado. Tras el procesado, el biodiésel que se logra podría usarse en motores comerciales”, indica Pilar Dorado, investigadora de la Universidad de Córdoba y responsable de la investigación.

“El aceite procede del contenido lipídico de la propia comida desechada y de aceites ya usados, grasas, carnes, sebo de cordero y aceite de pescado”

Según señala la Fundación Descubre en un comunicado, el objetivo de los investigadores ha sido desarrollar una economía circular eficaz, incorporando al sistema productivo los desechos que se producen en el mismo a través de la estrategia de las tres ‘R’ (reducir, reciclar, reutilizar). Con ello, se pretende que el actual flujo de los alimentos (recursos-producto-residuos) se transforme en un flujo circular (recurso-producto-residuos reciclados-producto).

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), alrededor de un tercio de la producción de los alimentos destinados al consumo humano se pierde o desperdicia en todo el mundo, lo que equivale a aproximadamente 1.300 millones de toneladas al año. Es decir, una gran cantidad de recursos económicos, humanos y energéticos se tiran a la basura, junto a la comida desechada.

Peligro para la alimentación

En la actualidad, el 95 por ciento de las materias primas de biodiésel provienen de cultivos comestibles, como la palma, la soja y el aceite de colza, algo que puede afectar negativamente a la cadena de suministro de alimentos y al equilibrio ambiental por el uso intensivo del suelo.

Por ello, la comunidad científica está explorando vías alternativas para la obtención de aceites a partir de productos no comestibles. Así, los expertos observaron la posibilidad de reutilizar la basura orgánica procedente de alimentos para la extracción de grasas que permitieran su transformación en combustibles vegetales.

Fecha de publicación: 30/01, 7:15 am