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Cambio climático: qué advertencia trae el nuevo informe científico de la ONU

Este informe es encargado por los gobiernos inscritos en la ONU para ofrecer la mejor evidencia científica sobre el estado y la modificación del clima.

Nadie está a salvo. Ninguna región, ningún país. Nada ni nadie. No hay tiempo. La Tierra no está a salvo de los daños del cambio climático. La subida del nivel del mar, las olas de calor, las sequías y las tormentas “sin precedentes en siglos” están “inequívocamente” asociadas a las actividades humanas que causan el calentamiento global, aseguran los científicos del Panel Internacional de Expertos (IPCC, por su sigla en inglés).

El informe expone que la influencia humana ha alterado el clima a un ritmo sin precedente en los últimos 2.000 años. El grupo de científicos examinó 14.000 estudios de “alerta roja para la Humanidad” dijo antonio Guterres, secretario general de la ONU.

El informe dado a conocer este lunes por la evaluación realizada por 240 científicos de 66 países advierte que la alteración del clima alcanzó tal inercia que “la temperatura global continuará incrementándose hasta la mitad del siglo XXI”. Con lo cual, las metas del Acuerdo de París -frenar el calentamiento en 1,5ºC – se va a ver superado, “al menos que se hagan profundas reducciones en la emisión de CO2 y otros gases invernadero en las próximas décadas”, sostienen los científicos.

Esto requiere un cambio en la economía y en la matriz energética.

“Nadie está a salvo. Hemos comprobado que el calentamiento y la acidificación de los océanos ha llegado ya a más de 2.000 metros de profundidad. No hay duda de que el calentamiento acumulado hasta ahora es debido a las actividades humanas. Eso no lo había dicho así de taxativamente nunca el IPCC”, dijo el director ejecutivo de Carbon Project, Pep Canadell.

Los países retrasaron tanto la reducción de sus emisiones de combustibles fósiles que ya no pueden evitar que el calentamiento global se intensifique en los próximos 30 años, aunque todavía hay una corta ventana para evitar un futuro más angustioso, dice el informe.

De acuerdo a las conclusiones, casi 1000 millones de personas en todo el mundo podrían sufrir olas de calor más frecuentes que pondrían en peligro su vida. Cientos de millones más tendrían que luchar por el agua debido a las graves sequías. Algunas especies animales y vegetales que hoy en día viven, desaparecerán. Los arrecifes de coral, que sustentan la pesca en amplias zonas del planeta, sufrirán con mayor frecuencia muertes masivas.

“Podemos esperar un aumento significativo de las condiciones meteorológicas extremas en los próximos 20 o 30 años”, dijo Piers Forster, científico del clima de la Universidad de Leeds y uno de los cientos de expertos internacionales que ayudaron a escribir el informe. “Desgraciadamente, es probable que las cosas se pongan mucho peor de lo que son hoy”.

Y, a medida que el clima cambia, “experimentaremos episodios sin precedente en cuanto a su magnitud, frecuencia, periodo y localización”, es decir, más grandes, más habituales y en momentos y lugares donde antes no se producían.

Prácticamente todas las regiones geográficas en las que la ONU divide el mundo vieron cómo el calor extremo empeoró y la relación de este cambio con las actividades humanas: 41 de 45 regiones están en la zona roja.

También 19 regiones padecen mayores precipitaciones torrenciales (en este caso el Mediterráneo que abarca desde España a Turquía muestra un acuerdo bajo sobre el tipo de cambio que afecta). Ninguna región ha decrecido en este riesgo y faltan datos en otras 18.

Respecto a las sequías, agrícolas y ecológicas, en 12 regiones muestran peor panorama que hace 15 años. Entre las que han incrementado sus sequías y con mayor probabilidad de que este fenómeno esté exacerbado por la “contribución humana”, aparece la región mediterránea.

El IPCC planteó cinco escenarios de acuerdo a las emisiones de CO2.

Exigencias de emisiones netas cero

“Estabilizar el clima precisará de una reducción fuerte, rápida y sostenida de las emisiones de gases de efecto invernadero para alcanzar la neutralidad de carbono”, insiste Panmao Zhai, copresidenta del grupo de expertos que elaboró la primera parte de esta evaluación del IPCC.

La situación ha llegado a un punto en el que “la intensificación y la frecuencia de estos desastres van a aumentar muy significativamente casi hagamos lo que hagamos, hasta mitad de siglo. Luego puede parase si hay menos emisiones”. ¿Cuántas menos? “Cualquier estabilización del clima obliga a conseguir emisiones netas cero de CO2 para 2050”. Y darle un buen bocado a otros gases como el metano (CH4) o los óxidos de nitrógeno (NO).

De los papers científicos que fueron analizados, la acumulación de datos y evidencias sobre cómo se está alternado y el clima y sus consecuencias para todas las poblaciones no para de crecer. “Tenemos una imagen mucho más real lo que es esencial para comprender hacia dónde vamos, qué podemos hacer y cómo preparnos”, ha resumido la co-directora del grupo de expertos, Valérie Masson-Delmotte.

“Muchos de los cambios debidos a las emisiones pasadas y futuras son ya irreversibles durante siglos o, incluso, milenios”, dice el informe. El nivel del mar seguirá ascendiendo durante este siglo, sea cual sea el escenario analizado: con pocas, medias o muchas emisiones de CO2.

En el largo plazo el mar mantendrá ese crecimiento durante miles de años a partir de ahora debido al calentamiento del océano y la fundición de hielo.

Las grandes ciudades exacerbaron los efectos del cambio climático en las ciudades. El IPCC explica que estos centros son más cálidos que sus alrededores por el efecto isla de calor. El fenómeno de la urbanización es responsable, al menos en parte, del mayor calentamiento que experimentan las ciudades, especialmente en las temperaturas mínimas: “Ha empeorado las temperaturas extremas, especialmente por las noches”, subraya el informe.

El modelo urbano va a amplificar el cambio de temperaturas “con independencia del contexto climático” en el que estén. Se esperan “grandes implicaciones” por la combinación del desarrollo urbano y los episodios extremos como las olas de calor.

Tres factores contribuyen a que en la ciudades empeoren los efectos del cambio climático: la geometría de edificaciones altas que absorben más calor y que, al estar unas cerca de otras, dificultan la ventilación. Segundo, las actividades humanas que liberan calor como las calefacciones, los aires acondicionados y los motores. Y los materiales de construcción que “son muy buenos reteniendo el calor y, luego, expulsándolo”.

Fecha de publicación: 09/08, 3:30 pm