“El 30% de tu factura se va sin que te des cuenta”: cómo ajustar hábitos frecuentes para ahorrar energía

Ahorrar energía en casa dejó de ser solo una cuestión de reducir la factura: hoy es una forma concreta de cuidar los recursos, disminuir el impacto ambiental y optimizar el funcionamiento de los dispositivos que usamos todos los días. En un contexto donde el consumo eléctrico crece y las tarifas se actualizan con frecuencia, incorporar hábitos eficientes puede marcar una diferencia real tanto en el bolsillo como en el bienestar del hogar.

Aunque muchas personas asocian el ahorro energético con pequeños gestos -como apagar la luz al salir de una habitación-, la mayor parte del consumo proviene de áreas menos evidentes: la climatización, los electrodomésticos y los hábitos cotidianos. Entender cómo funcionan estos factores es clave para administrar mejor la energía disponible.

Enrique García, especialista en eficiencia energética, señala que existen tres grandes pilares que determinan el gasto eléctrico de una vivienda: la climatización, los electrodomésticos y la forma en que los usamos.

1. Aislamiento

Tener ventanas adecuadas, burletes en buen estado y cortinas que acompañen la estación hace una gran diferencia. La climatización -tanto el aire acondicionado como la calefacción- suele ser el rubro que más energía consume en un hogar.
Consejos prácticos:

• Sellar rendijas con burletes o cintas térmicas.
  
• Usar cortinas que bloqueen el calor en verano y retengan el calor en invierno.
  
• Mantener puertas y ventanas cerradas mientras funciona la calefacción o el aire acondicionado.
  

2. Termostato

Cada grado que se suma o se resta tiene un impacto directo en el consumo.

• Invierno: mantener una temperatura entre 21°C y 23°C.
  
• Verano: regular el aire acondicionado a unos 8°C menos que la temperatura exterior.
  Cerrar puertas de las habitaciones también ayuda: los pasillos funcionan como cámaras de aire que mejoran el aislamiento y evitan pérdidas de energía.
  

3. La heladera

Es el electrodoméstico que más energía consume porque está en funcionamiento las 24 horas. Para reducir su gasto:

• Evitar la acumulación de hielo.
  
• Mantener ventilada la parte trasera dejando espacio con la pared.
  
• Colocarla lejos de fuentes de calor como hornos o estufas.
  
• No guardar alimentos calientes ni abrirla más de lo necesario.
  
• Organizar la comida para que el aire circule.
  Una heladera eficiente puede reducir hasta un 40% el consumo.
  

4. Electrodomésticos y cocina

• Lavar la ropa a 40°C en lugar de 60°C.
  
• Usar programas eco y aprovechar la carga completa del lavavajillas.
  
• Apagar el horno unos minutos antes para aprovechar el calor residual, lo que permite ahorrar cerca del 15% de energía.
  
• Tapar ollas y usar utensilios del tamaño adecuado para evitar fugas de calor.
  

5. Consumo fantasma

Muchos dispositivos consumen energía incluso apagados con el control remoto (televisores, routers, cargadores, computadoras, microondas, etc.).
Solución: conectarlos a una zapatilla con interruptor o desenchufarlos cuando no se utilizan. Esta práctica puede ahorrar hasta un 10% del consumo anual.

6. Agua caliente

• Reducir el tiempo de ducha: cinco minutos consumen un tercio de lo que demanda un baño completo.
  
• Instalar canillas de bajo flujo, que reducen hasta un 40% el uso de agua.
  
• Mantener las canillas en agua fría cuando no se necesita agua caliente evita activar la caldera innecesariamente.
  

7. Bombitas LED

Reemplazar lámparas tradicionales por LED reduce el consumo entre 25% y 80%, y su vida útil puede ser entre 3 y 25 veces mayor. Aunque requieren una inversión inicial mayor, el ahorro en electricidad compensa rápidamente el gasto.

¿Cuánto se puede ahorrar realmente?

Aplicando estas medidas, un hogar promedio puede reducir hasta un 30% su factura eléctrica. No se trata de resignar comodidad, sino de incorporar prácticas que permitan usar la energía de manera más inteligente y eficiente.