El pueblo con hospedajes de lujo oculto en Buenos Aires: qué hacer en Cucullú
A menos de dos horas de la Ciudad de Buenos Aires, existe un pueblo que es idea para una escapada distinta. Cómo llegar y qué hacer en el lugar.
A poco menos de dos horas de la ciudad de Buenos Aires, entre campos, ladrilleras y caminos de tierra, aparece Cucullú, un pequeño poblado del partido de San Andrés de Giles que conserva la calma de los viejos pueblos rurales.

Con apenas unas diez manzanas y una identidad marcada por la tradición alfarera, se convirtió en un refugio ideal para quienes buscan desconectarse sin alejarse demasiado.
Aunque su estética es sencilla y auténtica, el lugar sorprende con hospedajes íntimos y muy bien cuidados que funcionan como verdaderos “lujos escondidos” para una escapada diferente.
Un pueblo nacido del tren y del oficio
Cucullú surgió a fines del siglo XIX alrededor de la estación ferroviaria donada por Juan Simón de Cucullú. Con el tiempo se transformó en un centro clave del trabajo artesanal del ladrillo, una actividad que aún hoy define su identidad. Cada noviembre celebra la Fiesta del Hornero, un homenaje a los artesanos que sostienen ese oficio centenario y que atrae a visitantes de toda la región.

Caminar por el pueblo es reencontrarse con una Argentina que parece detenida en el tiempo: casas bajas, calles tranquilas, almacenes tradicionales y el humo suave de los hornos ladrilleros que continúan en actividad.
Qué hacer en Cucullú
Aunque pequeño, el pueblo ofrece varios puntos de interés para una visita corta o una escapada de fin de semana:

- Plaza del Hornero
Es el punto de encuentro del pueblo, con su monumento al ave que da nombre a la fiesta local. - Casa Gallo
Un clásico del pueblo desde 1880. Con estética de pulpería y menú criollo, ofrece picadas, platos típicos y, los fines de semana, música folclórica. - Capilla Santa Teresita del Niño Jesús
Construida en 1960, es uno de los edificios emblemáticos de la vida comunitaria. - Ruta del ladrillo
A simple vista, se observan los hornos y talleres donde se sigue produciendo ladrillo artesanal. Es la marca histórica del pueblo y parte de su atractivo cultural.
Hospedajes: pocos, discretos y con encanto
La sorpresa de Cucullú está en su oferta de alojamiento. Aunque el pueblo es chico y no abunda la infraestructura turística, existen hospedajes que destacan por su tranquilidad, diseño sencillo y espacios cuidados. Entre ellos se encuentra Los Ceibos, un complejo pequeño y muy valorado por quienes buscan privacidad, jardín prolijo, piscina y un ambiente silencioso que invita al descanso total.
Son lugares discretos, íntimos y alejados del turismo masivo, lo que los convierte en verdaderos “lujos ocultos” para una experiencia diferente en la provincia.
Cómo llegar
Desde Buenos Aires, el viaje es simple: Autopista del Oeste, Ruta Nacional 7 y desvío en el km 94. Unos cuatro kilómetros por caminos rurales conducen directamente al corazón de Cucullú.
Cabe destacar que Cucullú no busca deslumbrar con grandes atracciones ni propuestas comerciales. Su encanto está en lo opuesto: en la calma profunda, en la tradición del ladrillo, en la hospitalidad de sus vecinos y en la posibilidad de descansar en alojamientos que sorprenden por su calidad y privacidad.















