Por qué no se debate la ley del etiquetado frontal en la Argentina. ¿Ganó el lobby?
La iniciativa establece la obligación de aplicar sellos de advertencia con forma octogonal y color negro a los alimentos. Las empresa, intentan cambiar o directamente frenar esta propuesta.
La principal preocupación es que los selos de advertencia alcanzarían alciento por ciento de los productos que se ofrecen enlas góndolas. Sí, también aquellos autoproclamados ligth.
El debate del etiquetado tiene férreas resistencias en todos los países de la región. “Fue un combate de guerrilla difícil de ganar”, resumió en el New York Times Guido Girardi, un senador chileno que lideró la aplicación de la ley que finalmente entró en vigencia en ese país en 2016.
sin embargo, la ley cuenta con importantes apoyos: Unicef, La Sociedad Argentina de Pediatría, la Organización Panamericana de la Salud y la Fundación Interamericana del Corazón, entre otras organizaciones.
Ley de Promoción de la Alimentación Saludable establece la obligación de aplicar sellos de advertencia a los alimentos elaborados con exceso de azúcares, grasas saturadas, grasas totales y sodio, denominados nutrientes críticos.
Es el resultado de 15 iniciativas presentadas que pasaron por la revisión de distintas comisiones.
La obligación de imprimir sellos de advertencia en los productos que tengan “exceso” de “nutrientes críticos” se fundamenta en su relación con hipertensión, hiperglucemia y obesidad. Son todos los factores de riesgo asociados al 40% de las muertes del continente, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El proyecto busca cuidar al segmento más vulnerable de la población los niños. Por eso, también se suma la prohibición del uso de personajes y otro tipo de herramientas de márketing que atraigan a los máspequeños.
Sobrepreso infantil
Un informe reciente de Unicef, OPS, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos señala que la Argentina tiene el primer puesto de la región en sobrepeso en menores de 5 años.
El dato alcanza al 13,6% de esa población y escala al 41% en chicos y chicas de entre 5 y 17 años. Desde los kioscos de las escuelas hasta cualquier espacio para su entretenimiento, todo el universo infantil está rodeado de comestibles cargados de azúcar, edulcorantes, grasas y sal envueltos en paquetes coloridos que, además, inundan con publicidad las redes sociales que más navegan, como YouTube, Instagram y Tik Tok.
Tres años después de aplicarse el etiquetado frontal de advertencias Chile redujo un 25% el consumo de bebidas azucaradas. Y un estudio reciente de de las universidades de Berkeley y Stanford, encontró que cinco años más tarde había cambiado la demanda de productos que las personas creían eran saludables pero en realidad no lo eran, como muchos cereales y lácteos destinados a niños y niñas.
Perú fue el segundo país en implementarla, en junio de 2019, y una investigación de hábitos indica que el 37% de los habitantes de Lima dejaron de consumir casi por completo productos con octógonos.
En Uruguay, que debió sortear la resistencia que la Argentina impuso a su propuesta dentro del Mercosur, un informe de Unicef comprobó que el 58% de los consumidores uruguayos cambió su decisión de compra al ver los octógonos.
En Argentina los fabricantes de comestibles no están obligados a comunicar cuánta azúcar agregan a los preparados y hay datos prácticamente encriptados en siglas y números solo comprensibles para expertos.
En la Cámara de Diputados el debate se interrumpió. Sergio Massa, giró el proyecto a seis comisiones, en una maniobra que los defensores de la ley consideraron dilatoria.
El hecho fue trending topic en Twitter con el hashtag #ExcesoDeLobby y terminó con Massa descartando dos de esas comisiones. Sin embargo, nadie logró apresurar el tratamiento: la ley lleva seis meses en un limbo.
Fuente: El DiarioAr