Una solución portátil y sin electricidad que convierte el aire en agua potable podría marcar un antes y un después para comunidades sin acceso a fuentes seguras. Diseñado por las alemanas Louisa Graupe y Julika Schwarz, este prototipo busca ofrecer una alternativa práctica, sostenible y accesible en contextos de emergencia o zonas vulnerables.
Así es el invento que recolecta agua del aire y sin usar electricidad
El dispositivo puede generar hasta 6 litros de agua al día sin necesidad de electricidad, paneles solares ni partes móviles. Su diseño modular permite transportarlo fácilmente y adaptarlo a distintas condiciones, haciendo de esta propuesta una opción ideal en situaciones de desastre o lugares con infraestructura limitada.
El funcionamiento se basa en un material innovador: el Metal-Organic Framework (MOF), específicamente el SHCP-10, capaz de captar vapor incluso en ambientes con baja humedad. El proceso es simple: el aire entra, el MOF lo retiene, y la temperatura ambiente hace que el vapor se condense, formando gotas que se recolectan en un depósito. Todo ocurre sin necesidad de energía externa.
Diseño sostenible con impacto social
Más de 2.000 millones de personas carecen de acceso seguro al agua potable, según la ONU. A diferencia de los generadores atmosféricos convencionales, que requieren energía eléctrica constante, esta propuesta apunta a resolver el problema desde un enfoque descentralizado, económico y adaptable.
Además, su diseño contempla la impresión 3D, lo que facilita la producción local, abarata costos y permite reparaciones sencillas. Así, se promueve la autonomía de las comunidades y se reducen los residuos tecnológicos.
Como todo prototipo, enfrenta desafíos. El SHCP-10 aún no se produce en grandes volúmenes, lo que encarece la fabricación. Su rendimiento también depende de la humedad ambiental: los 6 litros diarios se alcanzan solo en condiciones óptimas. Y aunque el agua obtenida es técnicamente destilada, podría requerir remineralización para un consumo seguro y nutricionalmente adecuado.
Pese a las limitaciones, el desarrollo representa un paso importante en la búsqueda de soluciones resilientes. En lugares como Marruecos, iniciativas similares como la de la startup WaterCube ya están en marcha, demostrando que recolectar agua del aire es mucho más que una idea futurista: es una necesidad real y una posibilidad tangible.