Milanesas sin gluten y sin sellos: la pyme argentina que ya produce 1.800 kilos por mes

«Fuimos los primeros en salir al mercado con milanesas libres de gluten y con todas las certificaciones. Y no solo eso: también somos libres de sellos frontales. No excedemos en sodio ni en grasas, absolutamente nada», resume Darío Perelroezen, cofundador y socio gerente de Famista, la pyme detrás de la marca Milan.

Milanesas sin gluten y sin sellos: la pyme argentina que ya produce 1.800 kilos por mes

Perelroezen, de 51 años, no viene del mundo de la gastronomía, sino de la logística: trabajó tres décadas como gerente de operaciones y distribución en empresas multinacionales y nacionales. A los 50 decidió cumplir un objetivo que se había propuesto tiempo atrás: tener su propio emprendimiento.

La idea surgió de su experiencia personal: hace seis años le detectaron intolerancia al gluten, un trastorno que obliga a mantener una dieta estrictamente libre de esta proteína. «Siempre tuve claro que, si invertía, sería en algo que no existiera en el mercado. En seis años no encontré una milanesa congelada libre de gluten lista para llevar del freezer a la sartén en 20 minutos», cuenta.

La socia ideal la encontró en su barrio, Villa del Parque. Anabella Isa, administradora de dos carnicerías familiares, aportó el conocimiento y el control sobre la materia prima. Juntos formaron una SRL bajo el nombre Famista, invirtieron a partes iguales —unos u$s120.000— y alquilaron un local en febrero de 2024 para montar la planta de producción.

El camino, sin embargo, no fue sencillo. La habilitación demoró diez meses debido a exigencias pensadas para grandes industrias. «Nos pedían dos duchas por cada diez empleados, baño para discapacitados… y nosotros íbamos a tener cuatro personas. Estuvimos pagando alquiler, ingeniera, contador e impuestos sin poder producir», recuerda.

La solución llegó tras una reunión con el entonces ministro de Desarrollo Económico porteño, Roberto García Moritán, quien agilizó los trámites. Con las habilitaciones RNE y RNPA en mano, en diciembre de 2024 finalmente comenzaron a elaborar. Un mes después, en enero de 2025, las milanesas libres de gluten Milan ya estaban en las góndolas de alimentos congelados de Carrefour.

Ese ingreso fue meteórico: en tres meses pasaron de abastecer 20 sucursales a tener espacio en el centro de distribución nacional de la cadena, lo que les permitió llegar a todos los Hiper y Market del país. «Otros proveedores tardan dos años en lograrlo. Nosotros invertimos de nuestro bolsillo en la logística inicial, como si fuera publicidad», admite Perelroezen.

Cómo planea crecer la única milanesa congelada y sin gluten del país

Hoy Milan ofrece dos variedades —carne y pollo— en paquetes de 300 gramos, a un precio de alrededor de $11.000 para la versión vacuna. La producción mensual ronda los 1.800 kilos, muy cerca de su capacidad máxima de 2.000 kilos. Ya compraron una tercera máquina para escalar a 2.500 kilos, aunque eso implicará buscar una planta más grande.

El diferencial clave está en el rebozado, formulado con harinas de arroz, maíz y mandioca. «Logramos que no se desarme, algo que suele pasar con los productos sin gluten. Queríamos un producto premium, que sea rico y se vea bien en el plato», detalla.

Hoy Milan ofrece dos variedades —carne y pollo— en paquetes de 300 gramos, a un precio de alrededor de $11.000 para la versión vacuna

El mes pasado sumaron una alianza estratégica con la marca Cormillot Sabio Equilibrio, que avalará sus productos por los próximos cinco años. «Ellos nos vinieron a buscar a nosotros, no al revés. Encajamos perfecto en su concepto de comida saludable», destaca. El nuevo packaging con el sello de Cormillot llegará a las góndolas en las próximas semanas.

Mientras tanto, Perelroezen subraya el impacto que su producto tiene para familias con celiaquía o intolerancia al gluten. «Le facilité la tarea a las madres que tienen chicos con estas condiciones. En 20 minutos pueden prepararles la vianda o darles un plato sin riesgo de contaminación cruzada», señala.

Hace apenas unas semanas, Milan logró el alta en la cadena Changomás y, mientras espera la primera orden de compra, Perelroezen ya negocia con Cencosud (Jumbo, Disco, Vea). Además, contrataron a la comercializadora TTC —que maneja marcas como Manos y Felpita— para profesionalizar las ventas y abrir más canales.

En paralelo, su plan de negocios incluye exportar. «Estamos habilitados y tuvimos charlas con Uruguay, aunque los costos logísticos lo complicaron. En Brasil estamos buscando algún socio comercial», reconoce. También exploran contactos en España y otros países de Europa.

Aunque hoy no tienen competencia directa en las góndolas, saben que puede aparecer. «Por ahora soy único en el mercado, pero me estoy moviendo para estar fuerte cuando llegue el momento», asegura.

En apenas ocho meses, con sus milanesas libres de gluten, Perelroezen y su socia lograron lo que muchos emprendimientos sueñan: un producto sano, certificado y con presencia nacional. El desafío ahora para Milan es ganar nuevos mercados y mantener intacto el diferencial que los llevó hasta aquí. «Creímos en el proyecto incluso cuando parecía que no salía. Hoy estamos en funcionamiento, creciendo y pensando en grande», concluye Perelroezen.

Fuente: iProfesional

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